El Gobierno estadounidense anunció este viernes nuevas medidas que limitan a 1.000 dólares por trimestre la cantidad que los cubanos residentes en Estados Unidos pueden enviar a sus familiares en Cuba a través de remesas.

Así lo dice un comunicado del secretario del Departamento del Tesoro en Washington Steven Mnuchin. Agregó que están completamente prohibidas las remesas a “familiares cercanos de funcionarios cubanos en lista negra en EE UU  y miembros del Partido Comunista de Cuba”.

Hasta ahora no existían límites ni de cantidad ni de frecuencia desde que las remesas a Cuba entrasen en vigencia en 2014, cuando la Administración del expresidente Barack Obama (2009-2017) normalizara las relaciones con la isla caribeña, poniendo fin a cinco décadas de hostilidad de la Guerra Fría entre las dos naciones.

Sin embargo, el presidente estadounidense, Donald Trump, quien ha echado atrás todos los avances logrados en materia de convivencia e intercambio por los pueblos de ambas naciones, pero que el presidente, ya en varias ocasiones, ha calificado de estrategia política “terriblemente equivocada”.  Preferible es que “los cubanos se mueran de hambre” se ha dicho en su entorno.

El titular de la cartera del Tesoro argumentó que Estados Unidos “responsabiliza al régimen cubano por la opresión del pueblo cubano y el apoyo de otras dictaduras en toda la región, como el régimen ilegítimo del (presidente venezolano Nicolás Maduro)” y por eso el pueblo, que nada tiene que ver con estos conflictos, debe de todas maneras ¿morirse de hambre?, como se preguntaron algunos analistas.

 “A través de estas enmiendas regulatorias, -continuó Mnuchin- el Tesoro está negando a Cuba el acceso a divisas fuertes, y estamos frenando el mal comportamiento del Gobierno cubano mientras continuamos apoyando al pueblo “sufridor” de Cuba” , sin aclarar de ¿cómo lo están apoyando?.

Ciertamente con estas medidas, EE UU les está abriendo más las puertas a Rusia, China, Irán y Turquía para que se instalen en América Latina con el pretexto de ir en ayuda de Cuba, como igualmente han reiterado los analistas internacionales.

En junio pasado Trump prohibió los viajes de cruceros a la isla cubana, pero el turismo no ha disminuido porque siguen llegando diariamente aviones desde Chile, Lima, Bogotá y Panamá y de diversos otros países, con turistas europeos, canadienses, japoneses y latinoamericanos, como Kradiario pudo apreciarlo en las calles de La Habana hace dos semanas.

Desde entonces, EE.UU. no permite las visitas a Cuba a través de embarcaciones de pasajeros y embarcaciones recreativas, incluidos cruceros y yates, así como aviones privados y corporativos.

Sin embargo, los vuelos comerciales sí que siguen operando entre EE.UU. y Cuba, pero en ellos no se permite que viajen ciudadanos que no vivan en territorio estadounidense que no posean la nacionalidad estadounidense.

Desde que llegó a la Casa Blanca en enero de 2017, Trump ha endurecido la política hacia Cuba con reducciones del personal diplomático, la activación de una ley que permite demandas en tribunales estadounidenses por bienes expropiados tras la Revolución y sanciones a los hoteles de la isla, aumentando el alcance del embargo económico y comercial.

Informe sobre Cuba de la Embajada de EE UU en La Habana

Este documento correspondiente al año 2018 y conocido en abril de este año, señala en su parte introductoria lo siguiente:

“Cuba es un estado autoritario dirigido por Miguel Díaz-Canel, presidente del Consejo de Estado y del Consejo de Ministros, donde el expresidente Raúl Castro ocupa el cargo de Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC). Cuba tiene un sistema unipartidista en el cual la constitución reconoce al PCC como el único partido legal y la máxima entidad política del Estado. El 11 de marzo, la ciudadanía votó para ratificar una lista preseleccionada de 605 candidatos a la Asamblea Nacional del Poder Popular. Una comisión de candidaturas adscrita al PCC aprobó de antemano a todos los candidatos, y el gobierno trabajó activamente para impedir que se incluyeran en la papeleta electoral los no aprobados por el PCC. El 19 de abril (2018), la Asamblea Nacional del Poder Popular eligió a Díaz-Canel presidente del Consejo de Estado y del Consejo de Ministros. Se consideró que ni las elecciones legislativas ni las elecciones nacionales fueron libres ni justas.

Miguel Díaz-Canel, Presidente de Cuba

El ejecutivo nacional, entre cuyos integrantes había miembros de las fuerzas militares, mantuvo un control efectivo sobre las fuerzas de seguridad.

Entre las cuestiones relacionadas con los derechos humanos cabe citar las denuncias de ejecuciones extrajudiciales y arbitrarias por la policía; la tortura de disidentes políticos, detenidos y reclusos por las fuerzas de seguridad; las duras condiciones de encarcelamiento amenazantes para la vida; los arrestos y detenciones arbitrarios; la detención de presos políticos; y la injerencia arbitraria o ilícita en la privacidad. El gobierno ejerció censura, impuso un bloqueo de sitios web y penalizó la calumnia. Hubo limitaciones de la libertad académica y cultural; restricciones al derecho de reunión pacífica; denegación de la libertad de asociación, incluso del reconocimiento de asociaciones independientes; y restricciones a la libertad de circulación interna y externa y a la participación en el proceso político. Hubo corrupción oficial, trata de personas, ilegalización de los sindicatos independientes y trabajo obligatorio, expresa el informe de EE UU.

Los funcionarios oficiales, por orden de sus superiores, cometieron la mayoría de los abusos de los derechos humanos y dejaron de investigar o de enjuiciar a quienes los perpetraron. La impunidad para los infractores siguió siendo generalizada, agrega el documento.