Los más veteranos de la ex guerrilla colmbiana, conocidas como las Farc (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) han decidido volver «al monte» al mando del comandante Iván Marquez (verdaero nombre es Luciano Marín-ver foto de portada), quien participó en las conversaciones de paz en Cuba durante la Presidencia colombiana de Juan Manuel Santos. El llamado lo hizo el mismo Marin este jueves casi tres años después de que los rebeldes firmaran el  acuerdo de paz para desarmarse (ver video) .

Iván Duque, Presidente de Colombia

Marquez afirmó que las Farc volvían a la lucha armada porque el gobierno no había cumplido con el acuerdo.

El anuncio de Márquez podría significar el rompimiento total de los acuerdos de paz de 2016, que habían dado esperanzas a muchos en Colombia y en Latinoamérica después de más de cincuenta años de conflicto armado que dejaron 220.000 muertos.

Márquez sigue siendo una figura poderosa entre la excomandancia de las Farc y desde hace tiempo se temía que lanzara un llamado como el de este jueves. Había expresado sus dudas con los acuerdos de paz cuando las negociaciones aún seguían en Cuba y, cuando se firmaron, Márquez desapareció del ámbito público: se rehusó a asumir su escaño como senador electo, que había sido prometido a los exguerrilleros como una parte clave del pacto de paz. El fue uno de los que se dio la mano con el jefe negociador del entonces gobierno colombiano cuando se firmó el acuerdo. Ahora, al renegar del pacto, tal vez termine por tener un papel igual de importante en unificar a los grupos disidentes de exguerrilleros de las Farc que se han rearmado y hasta en conectarse con otra guerrilla activa como el Ejército de Liberación Nacional (ELN).

En el video, Márquez llamó a “una nueva etapa de lucha” con “el derecho universal que tienen todos los pueblos de levantarse en armas contra la opresión”. La etapa anterior duró 52 años, la que ha sido considerada por algunos analistas como un largo período en la cual no cambio la situación social colombiana ni hubo tampoco mejoramiento de  la situación de los trabajadores y los explotados. En otras palabras pueden considerarse 52 años perdidos y por eso el Presidente Santos se empeñó en lograr con éxito este acuerdo de paz, además con la colaboración directa de Cuba y de  Raúl Castro, hermano de Fidel.

Miguel Ceballos

El  Alto Comisionado para la Paz en Colombia, Miguel Ceballos, le restó importancia a las declaraciones de Márquez diciendo que solo representaba una pequeña facción de los exrebeldes y que su objetivo principal era restablecer una red de narcóticos y evadir los cargos de narcotráfico, tanto en su país como en Estados Unidos

“El noventa por ciento de las Farc están comprometidas con el proceso de paz y seguimos apoyándolos”, dijo. Pero muchos exmiembros de las Farc que se han comprometido con el acuerdo de paz y viven como civiles han expresado temores, haciéndose eco de las críticas de Márquez, de que el gobierno no está cumpliendo su parte del trato.

La Fundación Paz y Reconciliación, sin embargo no opina como Ceballos, cuyo subdirector Ariel Ávila, dice que «hoy el riesgo es regresar al conflicto político armado y lo que esperábamos ver era el fin de la política que justificaba la violencia y ahora nos enfrentamos a un nuevo conflicto guerrillero”.
Ceballos acusó al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, con el que Colombia se ha enfrentado, de apoyar tanto a Márquez como al ELN y permitirles usar la frontera como escenario de sus actividades.

“Existe un vínculo directo entre el dictador, Maduro, y estos grupos que tratan de afectar nuestra democracia y nuestro Estado de derecho”, dijo Ceballos.

El Presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, a la izquierda, y el comandante guerrillero Rodrigo Londoño durante la ceremonia de firma del acuerdo de paz en Cartagena, Colombia.

El llamado a retomar las armas de Márquez es uno de los golpes más fuertes contra los acuerdos de paz, con los que originalmente las Farc dejaron las armas y se refundaron como el partido político Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común. Sin embargo, lo pactado en 2016 fue socavado de manera casi continua; tanto el gobierno como los excombatientes incumplieron varias de las promesas hechas.

Los problemas con la implementación de los acuerdos quedan evidenciados por la cantidad de personas que se han rearmado y los nuevos reclutas; se calcula que hay hasta tres mil combatientes.

El actual secretario general del Partido Comunista de Cuba, Raúl Castro, participó también en la firma del acuerdo de paz en la isla caribeña..

El jueves, Iván Márquez culpó a las autoridades de esa situación y retomó consignas típicas marxistas de luchas de clases que eran conocidas entre la guerrilla.

“Esta es la continuación de la lucha guerrillera en respuesta a la traición del Estado a los acuerdos de paz en La Habana”, dijo Márquez. “Es la marcha de la Colombia humilde, ignorada y despreciada hacia la justicia que destella en las colinas del futuro”.

Ceballos acusó al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, con el que Colombia se ha enfrentado, de apoyar tanto a Márquez como al ELN y permitirles usar la frontera como escenario de sus actividades.

“Existe un vínculo directo entre el dictador, Maduro, y estos grupos que tratan de afectar nuestra democracia y nuestro Estado de derecho”, dijo Ceballos.

Más de cuatro millones de venezolanos han huido del colapso económico de ese país, y muchos han buscado refugio en Colombia, lo que ha ocasionado diversas problemáticas.

Uno de los peores escollos de este pacto de paz ha sido el actual presidente Iván Duque, cuyo partido de derecha ha sido crítico de los acuerdos desde un inicio con el argumento de que hubo demasiadas concesiones a los exguerrilleros y que necesitaban cambiarse.

Alvaro Uribe

Duque es el delfín del ex presidente Alvaro Uribe por dos períodos (2002-2006 y 2006-2010), quien con su fuerte extremismo de derecha hizo todo lo posible para impedir esta paz y posteriormente entorpeció hasta hoy la puesta en marcha del acuerdo.

Según The New York Times, desde que Duque llegó al poder, ha intentado cambiar el sistema transicional de justicia al que los rebeldes y otros excombatientes  acordaron someterse, con la condición de que sus testimonios no resultaran en condenas penales. Las declaraciones y acciones de Duque respecto a organismos como la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) provocaron miedo entre algunos de que el nuevo presidente fuera a intentar encarcelar a los excomandantes.

Esas preocupaciones fueron avivadas cuando Duque ordenó encarcelar a Jesús Santrich, otro excomandante que había sido votado al Senado y luego fue arrestado por cargos de narcotráfico; fue liberado por orden de la Corte Suprema de Justicia por falta de evidencia y después fue declarado prófugo, agregó el diario en su web. Santrich reapareció este 29 de agosto, al lado de Márquez en el video del llamado a la rebelión.

Dos funcionarios que fueron negociadores de los acuerdos de paz por el lado del gobierno anterior, Sergio Jaramillo y Humberto de la Calle, respondieron al anuncio de Márquez con un comunicado de condena en el que dicen que la “mayoría de los hombres y mujeres de las Farc han cumplido con lo pactado” para reincorporarse a la vida civil, aunque también ellos dijeron que el gobierno actual comparte la culpa.

“Una y otra vez le dijimos al gobierno nacional que sus ataques permanentes al proceso y los riesgos de desestabilización jurídica que conllevaban podrían llevar a varios comandantes a tomar decisiones equivocadas”, declararon como informó  la reportera del NYT Jenny Carolina González desde Bogotá.