
Desde los comienzos del fútbol profesional, el jugador capaz de marcar goles concentró la fascinación de los aficionados, todos fijaban la vista en quien llevaba esa singular habilidad, lo distinguía de los demás, la cualidad de generar esa explosión de alegría y éxtasis, el grito de gol en las tribunas, el abrazo de sus compañeros; al goleador se le perdonaban limitaciones técnicas, ocasionales faltas de disciplina táctica, todos sabían las dificultades de jugar ahí dónde las papas queman, en los pequeños espacios del área con fracciones de segundo para ejecutar, rodeado de adversarios empeñados en impedirle mandar esa pelota a la red.

Silvio Piola
Entre los de la primera mitad del Siglo XX, imposible olvidar a Silvio Piola, goleador de la selección italiana campeona mundial en 1938, escurridizo, oportunista, rápido para dejar atrás a los defensores, sabía encontrar los espacios para recibir los pases enviados por Paolo Meazza; entre los «tiffosi» surgió la frase que lo identificaba: «passare come Piola».

La década de los 1950 tuvo a dos insignes goleadores, definieron la forma de jugar en el área adversaria, Alfredo Di Stéfano (derecha) y Ferenc Puskas (foto de portada), jugaron juntos en Real Madrid, sabían convertir en goles los pases milimétricos enviados por Héctor Rial, los centros de Raymond Kopa y Francisco Gento. Por la misma época en Sudamérica estuvieron Antonio Valentín Angelillo y Omar Sívori, apoyados desde la media cancha por Umberto Maschio y Néstor Rossi.

Alfredo Di Stefano

René Meléndez
Guardando las proporciones, nuestro medio ha tenido sus goleadores, de los netamente de área un recuerdo a René Meléndez, Sergio Espinoza, Jorge Robledo, Juan Soto, Carlos Campos; en esta línea encaja el actual, Esteban Paredes. De aquellos técnicamente mas dotados, Luis Hernán Alvarez, Honorino Landa. Mas adelante estuvieron Iván Zamorano y Marcelo Salas, también muy buenos jugadores, físicamente fuertes, recibían y daban.

Chamaco Valdés
En cual categoría de goleador encaja Francisco «Chamaco» Valdés? En ninguna de las nanteriores, el «Chamaco» Valdés era un atacante multifacético, dotado de mucha seguridad en el control de la pelota, peligroso en el tiro de media distancia, marcó muchos goles en el área apoyado en su sentido de oportunidad y superior técnica para definir con precisión, era un maestro en los servicios con pelota detenida, convirtiendo en goles los penales, y tiros libres al borde del área, generados por sus compañeros; fue un gran jugador, en su carrera profesional marcó 215 goles, el record igualado hoy por Esteban Paredes.