Estados Unidos confirmó este viernes su salida oficial del tratado de desarme nuclear INF, acusando nuevamente a Rusia de violar el acuerdo bilateral firmado al final de la Guerra Fría en 1987.
«La retirada de Estados Unidos conforme al artículo XV del tratado toma efecto hoy porque Rusia no reanudó su respeto total y verificado», declaró en un comunicado el jefe de la diplomacia estadounidense Mike Pompeo desde Bangkok, donde asiste a una cumbre de países del sudeste Asiático. Poco antes, Rusia había anunciado el final del tratado «por iniciativa de Estados Unidos».
¿Es el fin del Tratado INF y el inicio de una nueva carrera armamentista?, se preguntan los medios de Europa.

Los Presidentes Ronald Reagan y Mijail Gorbachov firman el Tratado INF en Washinton el 8 de diciembre de 1987.
Rusia fabricará en menos de dos años nuevos misiles para responder a EE UU. El tratado de eliminación de misiles de corto y mediano alcance (INF por las siglas en inglés de Intermediate-Range Nuclear Forces), suscrito por la entonces URSS y EE. UU. en 1987, ha dejado de existir «por iniciativa» de EE. UU., declaró el Ministerio ruso del Exterior.
El Gobierno de EE UU anunció su salida del histórico tratado y al mismo tiempo invitó a China a formar parte de «una nueva era del control de armas» que incluya a otras naciones con potentes fuerzas militares.
Pompeo declaró en Bangkok que «durante los últimos seis meses EE UU dio a Rusia una última oportunidad para que corrigiera sus incumplimientos. Pero, como ya ha hecho durante muchos años, Rusia decidió quedarse con los misiles que violan el acuerdo, en vez de volver a adherirse a las obligaciones de este tratado».
Por su parte, Rusia anunció que el final del tratado llega «por iniciativa de Estados Unidos». «El 2 de agosto de 2019, y por iniciativa de la parte estadounidense, el Tratado entre la Unión Soviética y Estados Unidos sobre la eliminación de sus misiles de alcance intermedio y corto queda terminado», dijo el ministerio de Relaciones Exteriores ruso en un comunicado.
Poco antes, el viceministro ruso de Relaciones Exteriores Serguéi Riabkov indicó que su país propuso a Estados Unidos una moratoria en el despliegue de esas armas nucleares. «Hemos propuesto a Estados Unidos y otros miembros de la OTAN considerar la posibilidad de anunciar una moratoria en el despliegue de armas de alcance intermedio», afirmó Riabkov en una entrevista con la agencia rusa TASS.
«Sería una moratoria comparable a aquella anunciada por Vladimir Putin afirmando que si Estados Unidos no despliega sus armas en ciertas regiones, Rusia también se abstendrá de hacerlo», dijo.
En el centro del recrudecimiento de las tensiones entre Moscú y Washington se encuentra un misil de crucero ruso que pesa 1.700 kilos y mide ocho metros de largo (ver foto de portada): el Novator 9M729 (SSC-8, según la clasificación de la OTAN) y que, de acuerdo a EE. UU., infringe el tratado al superar los 500 kilómetros de alcance.
No obstante, las tensiones vienen de lejos. Durante años, Washington y Moscú han estado acusándose de violar el tratado, firmado en 1987 y que prohíbe a los dos países fabricar, desplegar o realizar pruebas de misiles de corto alcance (500-1.000 kilómetros) y de medio alcance (1.000-5.500 kilómetros).
En el comunicado, Pompeo insistió en culpar a Moscú y aseguró que su Gobierno «sigue comprometido en lograr un control efectivo de armas que promueva la seguridad de EE UU aliados y socios».
El jefe de la diplomacia estadounidense fue más lejos y afirmó que el presidente de EE UU, Donald Trump, desea iniciar «un nuevo capítulo en busca de una nueva era del control de armas» que vaya más allá de los tratados bilaterales, como el suscrito con Moscú, y favorezca la participación de otras potencias, como Pekín. «De ahora en adelante, EE UU urge a Rusia y China a que se unan a nosotros en esta oportunidad de ofrecer resultados reales de seguridad a nuestros países y al mundo entero», subrayó Pompeo.
En ocubre de 2018 Trump anunció su intención de retirarse del tratado y, desde ese mismo momento, ha dado señales de que China fue un factor importante en esa decisión.
Pekín no forma parte de ningún tratado de desarme y, actualmente, posee la «fuerza de misiles más grande y diversa del mundo, con un inventario de más de 2.000 misiles balísticos y de crucero», detalló en abril de 2017 ante el Senado el que fuera jefe del Comando del Pacífico de las Fuerzas Armadas de EE. UU., Harry Harris.
Actualmente, Washington no tiene la capacidad para contrarrestar la fuerza de los misiles balísticos chinos.