El narcotraficante mexicano Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera fue condenado este miércoles a cadena perpetua y 30 años más adicionales, por un juez federal de Nueva York en la Corte Federal de Distrito en Brooklyn,, lo que pone fin a este largo proceso judicial, que comenzó con su arresto en México en 2016 y su posterior extradición a EE UU.
“El Chapo”, de 62 años, ya había sido declarado culpable en febrero por un jurado de los 10 cargos que enfrentó, incluida la participación en una empresa criminal continuada y cargos de tráfico de drogas, entre otros.
El juez Brian Cogan, del tribunal de Brooklyn, aceptó así lo requerido por la Fiscalía de EE UU y condenó de una a ocho cadenas perpetuas al Chapo, como marca la ley, por mantener de forma continuada una organización criminal, además de 30 años por el uso de armas de forma violenta, a lo que ha añadido 240 meses por blanqueo de dinero.
“El Chapo” habló ante el tribunal antes de dirigirse, ya de por vida, a la prisión y manifestó que él esperaba, cuando en el 2017 fue extraditado, que su fama no sería un “factor determinante para administrar justicia”, pero sin embargo cree que al final “no ha sido así”.
Asimismo, el juez dio la palabra a la colombiana Andrea VélezFernández (testigo clave-foto derecha), por quien el narcotraficante llegó a pedir un millón de dólares para que fuese asesinada. Ella recordó que pidió perdón ante la sociedad por formar parte del narcotráfico y agregó entre sollozos mirando al “Chapo”: “yo le pido perdón a usted y espero que me perdone”.
El mexicano, que ha permanecido en una cárcel federal en Manhattan, considerada una de las más seguras de EE UU afrontó un proceso judicial de tres meses en el que se escuchó a 56 testigos, entre ellos antiguos socios y empleados, y tras seis días de deliberaciones el jurado le halló culpable el pasado 12 de febrero.
Ahora, tras llegar extraditado hace 30 meses, pasará el resto de su vida en una cárcel de Estados Unidos.
La testigo clave
«Lo perdono porque sé que usted es un buen padre”, dijo la testigo Andrea Vélez Fernández, colombiana. La fiscalía estadounidense cumplió su promesa y en la audiencia para dictar sentencia contra Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”, presentó a Vélez como testigo clave.
Velez se identificó como una de las víctimas de “El Chapo”. En su declaración, la mujer narró que logró salir del Cártel de Sinaloa, a pesar de recibir una amenaza de que solamente lo haría “en una bolsa de plástico”.

Dijo que Cifuentes era una asistente de “El Chapo”, encargada de conseguirle “edecanes” cuyo trabajo, en realidad, consistía en seducir a funcionarios ligados al narco. La red de prostitución era disfrazada como una agencia de modelaje con sede en la Ciudad de México.
El juicio del Chapo
El poderoso Chapo, uno de los narcotraficantes más temidos en el mundo, puso durante el juicio a la ciudad y al estado de Nueva York en alerta roja. Este ha sido quizá el juicio neoyorquino por narcotráfico más importante y peligroso de la historia, especialmente después que el Chapo fue calificado por el Gobierno estadounidense como “extremadamente peligroso”.
Durante el proceso la defensa del Chapo lo presentó como un campesino de una zona rural muy pobre en México y la Fiscalía como un señor de la droga que encabezó un negocio de distribución con el que amasó una ingente fortuna y que dejó un reguero de sangre de enemigos que se interponían a su paso desde ambos lados de la ley.
El Chapo, que fue descrito por la Fiscalía como “malvado en extremo» y que tenía en su dossier varias fugas de cárceles mexicanas, fue extraditado a EE UU desde México la noche del 19 de enero de 2017.
La reclusión
Como fundador del cártel de Sinaloa, que sigue existiendo y es uno de los más poderosos de México y Centroamérica, El Chapo fue encarcelado en EE UU bajo régimen de aislamiento en un penal de la Corete Federal de Brooklin, estimado como el de mayor seguridad en Estados Unidos. Ha estado recluido durante el juicio en una celda de 18 metros cuadrados durante 23 horas al día, donde nunca se apagó la luz. La sala que tiene reservada para las visitas es tan pequeña que los abogados dicen que deben tomar notas sobre las rodillas. También argumentaron que las condiciones de aislamiento eran extremas y estaban afectando al estado mental de su defendido.
La Fiscalía adoptó y sigue tomando las más enérgicas medidas de seguridad durante el juicio ya que hasta se ha temido que entre los representantes de los medios de comunicación se pudieran infiltrar a la sala del tribunal integrantes de la organización criminal.
El cártel de Sinaloa, según también la Fiscalía, ha encontrado o creado nuevas vías para atender la creciente demanda de drogas en EE UU. Introdujo así el producto por la frontera de Texas construyendo túneles con aire acondicionado. Utilizó aviones e incluso un submarino y se calcula que este negocio le generó unos beneficios ilícitos valorados en 14.000 millones de dólares. El Chapo tiene además causas pendientes en los estados de California, Texas e Illinois.
Los cargos
El Chapo, ha enfrenbtado en la Corte diez delitos cometidos como es el liderazgo del cártel de Sinaloa. El primer cargo comprendía acusaciones por conspirar para producir y distribuir cocaína, heroína, metanfetaminas y marihuana, uso ilícito de armas de fuego y blanqueo de dinero.
La cantidad de material recopilado por el gobierno es apabullante e incluyó ya entre 300.000 y 400.000 páginas de documentos y miles de conversaciones grabadas en secreto, frente a lo cual los abogados de El Chapo acusan que este material fue entregado sin siquiera proveerles un índice para su revisión.
Es un relato que comenzó a principios de los años ochenta cuando capos colombianos como Pablo Escobar controlaban la industria de narcóticos en Nueva York y Miami, lo que el gobierno estadounidense ha descrito como “una infraestructura de distribución” respaldada por traficantes mexicanos que se las arreglaban para contrabandear el producto desde Colombia hasta la frontera con Estados Unidos.
El cartel y las detenciones
Los procuradores indicaron que Guzmán Loera, quien empezó cultivando marihuana, se pudo distinguir de la competencia al mover la cocaína colombiana hacia Texas, Arizona y California con gran velocidad y eficiencia. Para finales de los años ochenta, su éxito «fomentó» la búsqueda de nuevos caminos para ampliarse, una decisión que, según los fiscales estadounidenses, conllevó a una guerra con el entonces Cartel de Tijuana.
Como parte de esa guerra fueron asesinadas figuras como el cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, este último en un aeropuerto de Guadalajara en 1993, lo que llevó a una cacería policial por Guzmán Loera. Este eventualmente fue capturado y estuvo ocho años en prisión de alta seguridad, desde donde pudo mantener e incluso aumentar su imperio, de acuerdo con los procuradores. Y en una hazaña que se volvería uno de sus grandes trucos recurrentes se escapó en 2001, supuestamente metido en un carrito de lavandería. Después de esa fuga, dicen los procuradores, Guzmán Loera se refugió en las montañas de Sinaloa cercanas a Culiacán. Para evitar volver a ser capturado organizó un “ejército de cientos de guardaespaldas fuertemente armados” y estableció un sistema sofisticado de comunicaciones con aparatos encriptados y “varias capas de intermediarios”.
Los fiscales afirman que, con ganancias a “niveles exorbitantes”, Guzmán Loera entonces expandió sus operaciones no solo dentro de Estados Unidos y México sino en Honduras, Costa Rica, El Salvador y Panamá, donde tenía pistas de aterrizaje secretas y recurrió al uso de submarinos para mover de una sola vez hasta seis toneladas de cocaína. Poco después, de acuerdo con los documentos presentados ante la Corte, estableció a sus lugartenientes en Sudamérica para que cuidaran de la red de suministro y amplió su negocio para que incluyera la marihuana y la heroína. Cuando se interesó en traficar metanfetaminas envió a asociados suyos a India y China, dicen los procuradores, para que consiguieran los ingredientes necesarios para fabricar esa droga.
El Chapo fue nuevamente apresado en 2014 por la Marina mexicana que lo encontró en su hogar en Culiacán, pero otra vez logró escaparse por un pasaje construido debajo de una tina que conducía a una serie de túneles. Después de un mes de búsqueda lo encontraron de nuevo en Mazatlán y fue llevado a otra prisión de alta seguridad. De la cual, en 2015, se escapó de nuevo por medio de otro túnel construido en la ducha de su celda.
“La fama mundial de Guzmán ha llevado a que aparezca en la lista de los más poderosos y ricos de Forbes”, señalaron los procuradores. “En las últimas décadas se demostró que la influencia de Guzmán no tenía límites”.