Por Walter Krohne
Lo mejor para América Latina que haya ocurrido en las últimas horas en el mundo, ha sido el pacto firmado entre la Unión Europea y el Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) en Bruselas en una gestión histórica, cuyas negociaciones se prolongaron por casi veinte años y que ahora anula los obstáculos y podría comenzar a operar en 2020, después de resolverse los asuntos formales finales.
Este hecho ocurre en el centro de Europa, Bruselas, mientras en Osaka, Japón el G-20 sigue entrampado en temas que causan retrocesos, como la guerra comercial entre Estados Unidos y China o las amenazas de guerra de Donald Trump contra Irán.
Lo que ocurrió en Bruselas, casi en paralelo con la cumbre del G-20 es un progreso brutal para la región latinoamericana en general porque en el fondo se trata de una extensión de los mercados europeos y de otros por arrastre a la subregión latinoamericana, quedando abiertas las puertas para operar en un mercado renovado sin límites de 780 millones de consumidores. Al mismo tiempo que esto significa un «tapaboca» para el presidente Trump, que sigue con su política aislacioinista de “América (EE UU) Primero”.
El presidente de CE, Jean-Claude Juncker, aseguró que se trata del «mayor acuerdo comercial» que la UE haya cerrado en su historia y consideró que es un resultado «positivo» para el medio ambiente y los consumidores.
La tramitación del acuerdo tuvo varios altibajos que últimamente incluso enfrentaron al presidente de Francia Emmanuel Macron con la Canciller alemana Angela Merkel, debido a que el jefe de Estado galo y otros críticos del acuerdo habían advertido sobre las consecuencias del nuevo pacto para el medio ambiente y la agricultura europea, especialmente en lo que respecta a la producción vitivinícola.
El presidente argentino, Mauricio Macri, calificó este sábado en Osaka el pacto como «una de las pocas buenas noticias que hemos tenido en meses” y aseguró que ayudará a “reducir los problemas de pobreza que tenemos en nuestra región».
«Es una de las pocas buenas noticias que hemos tenido en meses en lo que todos creemos que es interconectar más estas economías para que haya más oportunidad de crecimiento para nuestra gente y podamos reducir los problemas de pobreza que tenemos en nuestra región», dijo Macri en una declaración solemne rodeado de líderes europeos y latinoamericanos en Osaka, sede de la cumbre del G-20.
Lo que había sido anunciado como una rueda de prensa para comentar el acuerdo con Macri, quien es presidente protémpore del Mercosur, y Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, se convirtió en una declaración solemne en presencia del presidente brasileño Jair Bolsonaro y de líderes europeos como el presidente francés Emmanuel Macron, la canciller alemana Angela Merkel y la primera ministra británica Theresa May, entre otros.
«Tardamos 20 años, pero logramos encontrar un momento en el tiempo en el cual encontramos muchos líderes con buena voluntad para transformar esto en una realidad», añadió Macri, quien se convirtió en Osaka como la figura latinoamericana más importante del momento.
Acuerdo en Bruselas
Los cancilleres de los cuatro países del Mercosur y los comisarios europeos de Comercio y Agricultura llegaron este viernes en Bruselas a un acuerdo político para un tratado de libre comercio.
Según el Gobierno y especialistas, el acuerdo le permitiría a los cuatro países comerciar a menor costo con un mercado ampliado que se resume en 780 millones de habitantes, un PIB de 20,8 billones de dólares -cerca de un cuarto del PBI mundial- y unos 138.000 millones de dólares anuales de comercio bilateral de bienes y servicios.
El acuerdo debe redactarse y traducirse y ya en 2020 debería firmarse oficial y solemnemente y podría entrar en vigor.
En Bruselas se explicaron las ganancias para ambas partes por la sustancial rebaja de aranceles, la apertura de mercados e incluso las ayudas específicas para pequeñas y medianas empresas. Se dijo además que el pacto incluye una referencia al Acuerdo del Clima de París y a derechos laborales o medioambientales, todo lo que rechaza Donald Trump que se va quedando lentamente solo en el mundo. Los signatarios respetarán las tres condiciones, incluyendo al presidente de Brasil Jair Bolsonaro quien anunció durante su campaña electoral sacar a su país de la lucha contra la crisis climática.
Este acuerdo podría influir también en la Declaración Final del G-20 que se conocerá mañana domingo, en las decisiones de Trump en EE UU frente a los demócratas que intentarán derrotarlo en las elecciones presidenciales (de mitad de tiempo) en noviembre de 2020 y en la Unión Europea que lucha para frenar una extrema derecha que persigue ganar cada año mayor poder político. En Argentina, el acuerdo podría ser un tema importante que favorecería a Macri en las próximas elecciones presidenciales frente al candidato kirchnerista Alberto Fernández a quien lo acompaña como vicepresidenta la ex presidenta argentina Cristina Fernández. Macri ha sido en los últimos años el promotor principal de este acuerdo. Igualmente el pacto con Europa originaría quizá una reacción en Estados Unidos para mejorar su política con América del Sur. Así de importante es este pacto.
La comisaria de Comercio de la Comisión Europea, la sueca Cecilia Malmström declaró en Bruselas que el acuerdo llega en tiempos de proteccionismo y medidas de retorsión comerciales que “están agotando los límites del sistema y dañando a la economía global. Con este acuerdo mostramos que creemos que el comercio es algo bueno, une a los pueblos y a las empresas y envía un mensaje común a favor de un comercio basado en reglas claras, sostenibles, justas y beneficiosas para todos”.