La Reserva Federal (Fed-Banco Central de EE UU) no variará en este año, al menos por varios meses, los tipos de interés. El comité de política monetaria del ente emisor comunicó que el ambiente actual es de crecimiento económico moderado y presiones inflacionarias controladas, reconociendo además que las  condiciones económicas y financieras globales han continuado mejorando. Sin embargo nada permanecerá estable mientras continúe la guerra comercial  «decretada» por Donald Trump contra China y especialmente contra el consorcio tecnológico Huawei.

Así se comentó en el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) que  decidió dejar el precio del dinero sin cambios entre el 2,25% y 2,5% e insistió en un enfoque «paciente» de cara a futuras subidas.

Pese a haber comenzado el año con la expectativa de llevar a cabo dos subidas del precio del dinero, la Fed ha suavizado sus perspectivas y ahora prevé que concluya 2019 sin alteración en la política monetaria.

En las últimas semanas, no obstante, han crecido las presiones desde la Casa Blanca y el presidente Donald Trump ha afirmado que el banco central debería rebajar los tipos para apoyar el crecimiento económico

Los comentarios sobre política monetaria desde la Casa Blanca de Trump rompen con el tradicional respeto hacia la independencia de la Fed por parte del Ejecutivo.

La Fed rebajó en marzo sus perspectivas económicas en EE UU para este año al 2,1%, frente al 2,3% de comienzos de año, tras el 2,9% registrado en 2018, a la vez que pronosticó que la inflación se mantendría en torno a la meta anual del 2%.

La próxima reunión de política monetaria del banco central tendrá lugar el 18 y el 19 de junio, y en ella presentará sus nuevas proyecciones de crecimiento.

Pero no todo es miel sobre hojuelas

Sin embargo, todo lo anterior puede llegar a anularse en junio o más adelante en este año El reciente aumento de las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China está provocando incertidumbre para los negocios y podría amenazar el crecimiento económico, dijeron esta semana cuatro autoridades de la Reserva Federal de EE UU.

Los comentarios sugieren que el resultado de la guerra comercial de 10 meses entre las dos mayores economías del mundo será un factor importante cuando los funcionarios del banco central evalúen cuánto tiempo serán “pacientes” antes de mover las tasas de interés.

“Siento que los datos son buenos, pero el ánimo es dubitativo, así que si tenemos un relajamiento o una reducción de la incertidumbre (…) espero que el impulso económico sea un factor al alza para el crecimiento”, dijo la presidenta de la Fed de San Francisco, Mary Daly, en una conferencia en Dallas.

“Si la incertidumbre persiste (…) entonces creo que es un inconveniente para la economía, porque la incertidumbre tiene efectos reales, pero también tiene efectos sobre la confianza, y esa confianza retroalimenta la inversión”, agregó.

Los jefes de la Fed de Richmond, Thomas Barkin, y de Atlanta, Raphael Bostic, que hablaron en el mismo panel en Dallas, también afirmaron que las incertidumbres que rodean al comercio podrían dañar al crecimiento, mientras que su resolución podría impulsarlo.

“Estoy observando con mucha atención cómo se desarrollan estas tensiones comerciales, porque tengo una preocupación (…) si eso podría causar una desaceleración en la tasa de crecimiento”, dijo a periodistas el presidente de la Fed de Dallas, Robert Kaplan, tras el panel. “Es muy pronto para decirlo”.

Los comentarios se conocen luego de que investigadores de la Fed de Nueva York publicaron un documento que muestra que las últimas rondas de aranceles estadounidenses sobre los bienes importados desde China costará al hogar típico del país 831 dólares al año.

El gobierno de Donald Trump incrementó este mes los aranceles a bienes chinos valorados en US$200.000 millones, a un 25% desde un 10%, generando la represalia de Pekín con sus propios gravámenes.

Huawei y las consecuencias para Silicon Valley

La decisión por parte de las empresas tecnológicas de dejar de suministrar tecnología a Huawei para cumplir con la orden del presidente Donald Trump tendrá consecuencias devastadoras para la firma china, pero también en Silicon Valley, que cierra la puerta a uno de sus mayores clientes.

Hasta la fecha, Alphabet (matriz de Google) ha sido la mayor compañía en romper lazos comerciales con el fabricante de hardware chino, y a ella la han seguido empresas de microchips como Intel y Qualcomm, mientras que otro de los principales proveedores de Huawei, Microsoft, no se ha pronunciado aún.

Lo que hizo Google fue retirar a la compañía china la licencia para que pueda usar en sus móviles el buscador, Chrome, Gmail, Google Maps, Youtube y, todavía más importante, la tienda de aplicaciones Google Play, un paquete que la empresa de Mountain View (California) ha bautizado como Google Mobile Services (GMS).

Sin embargo, GMS es independiente del sistema operativo Android (también propiedad de Alphabet y que Huawei podrá seguir usando al ser código abierto) y, aunque también es gratuito como en el caso de Android, a diferencia de este sí requiere una licencia para que los fabricantes lo puedan instalar en dispositivos móviles (que es la que se le ha retirado a Huawei).

Al tratarse de un producto gratuito, el veto no supondrá que Google pierda una fuente de ingresos directa por la pérdida de Huawei como «cliente», pero sí significará que los teléfonos del segundo mayor fabricante del mundo dejen de usar sus servicios, y por ahí podría ver la empresa californiana en peligro sus cuentas (ingresois).

Según datos de la consultora IDC, Huawei tiene actualmente una cuota de mercado de la telefonía móvil en todo el mundo del 19%, por delante de Apple (11,7%) y sólo por detrás de Samsung (23,1%), por lo que Google se arriesga a que una quinta parte del mercado global deje de usar su buscador, Gmail, Google Maps, Youtube y Google Play.

Celular Huawei Y6 2018

Google gana dinero fundamentalmente mediante la venta de anuncios, por lo que dejar de estar presente en los teléfonos Huawei significa perder una importante cuota de mercado, llegar a menos gente, reducir su impacto publicitario y, potencialmente, ganar menos dinero, escribió la agencia española EFE esta semana.

Si en el caso de Google las implicaciones son indirectas, en el caso de los fabricantes de chips estadounidenses (que también se han cerrado a Huawei), los efectos serán inmediatos: pérdida como cliente del mayor fabricante de componentes de telecomunicación del mundo y del segundo mayor fabricante de móviles. Así, Intel, Qualcomm, Xilinx, Broadcom, Micron Technology y Western Digital dejarán de suministrar microprocesadores a Huawei, que controla un 28% del mercado mundial, por encima de la sueca Ericsson (27%) y la finlandesa Nokia (23%).