Aleuy en El Mercurio: La estrategia invisible de Piñera

“El Presidente Piñera es el jefe de campaña de Michelle Bachelet”. Así lo afirmó el ex subsecretario del Interior en el Gobierno bacheletista, Mahmud Aleuy,  en una entrevista con El Mercurio, donde además dijo que la actual alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos  había reconocido que «no fui capaz de arreglar los problemas de la Araucanía».

En cuanto a la gestión del Presidente Sebastián Piñera, responde que “si uno hace un análisis, puede concluir que el Gobierno ha asumido con demasiado entusiasmo una estrategia de polarización de la política. De persistir, se corre un grave riesgo: que tengamos una fractura en las relaciones”.

“La convivencia política en el país se ha deteriorado de manera bien acelerada, lo que se traduce en cómo se hace el diálogo democrático y en cómo se sostiene la convivencia entre las instituciones. Y creo que en esta polarización, el Presidente y el Gobierno se han enfrascado en dividir a la gente entre buenos y malos, entre patriotas y antipatriotas”, afirma.

Si bien se refiere en extenso en la entrevista, sobre materias como educación, la responsabilidad del gobierno de Bachelet en este deterioro de la política y el rol actual de la oposición, también habla sobre la posición de Piñera respecto de la alta comisionada de Derechos Humanos de la ONU.

En este sentido dice que “lo segundo que ha hecho bien, para mi sorpresa – el Presidente – es mantener el liderazgo de Bachelet en Chile, acrecentándolo en Latinoamérica y el mundo. Eso nunca me lo esperé».

“Piñera es el jefe de campaña de Michelle Bachelet. Yo a diferencia de muchas personas, no soy experto en esa área, no creo que sea un problema psicológico como dicen algunos”, agrega indicando que a “mi juicio es que el Presidente ha hecho esta estrategia de mantener el liderazgo de Michelle Bachelet por dos razones políticas. Una, porque mantener en la retina del chileno el liderazgo de Bachelet, le permite hacer una política, que considero artera, que es echarle la culpa de un conjunto de problemas de gestión que tiene hoy este gobierno al anterior. Y la segunda, a mi juicio, es porque con eso mantiene a raya a los nuevos liderazgos que puede construir la oposición”.

Piñera en El Mundo de España

¿Por qué Chile no suscribió el Pacto de Migraciones?

Chile siempre ha sido un gran defensor del multilateralismo, y lo seguimos siendo. Hemos suscrito prácticamente todos los pactos de la ONU. Ahora, en el caso de la migración teníamos una situación de enorme desorden heredada del Gobierno anterior (de Bachelet). No había ningún control, estaba ingresando a Chile de forma ilegal mucha gente y no teníamos ninguna política. Pensamos que eso había que terminarlo, poner orden en la casa y fijar una política cuyo sentido esencial es abrir las puertas a los migrantes que vienen en forma legal, cumpliendo nuestras leyes, a integrarse a nuestra sociedad, a colaborar a nuestro desarrollo y a cumplir nuestras normas. Sin embargo, el Pacto sobre Migraciones que se discutió en Marrakech apuntaba justamente a lo contrario, a fomentar, a facilitar la inmigración ilegal. Y, por tanto, esa materia tenemos que discutirla en base a los principios que acabo de anunciar, en Chile, en nuestro Parlamento y no seguir las aguas, necesariamente, de los funcionarios internacionales de la ONU.

¿Cuándo se va a constituir Prosur?

El 22 de marzo tenemos una reunión de presidentes en Chile, y ahí esperamos que todos los países se adhieran a la idea de crear un foro democrático de diálogo, explicó Piñera al diario El Mundo de España. Quiero recordarle que cuando nació Unasur se demoró siete años desde que surgió la idea hasta que se consolidó. Espero que esta vez lo hagamos en forma mucho más rápida.

¿A quién espera usted para la inauguración de Prosur?

Bueno, están confirmados los presidentes del Brasil, de Argentina, de Paraguay, de Colombia, de Perú y de Ecuador.

En junio ha sido invitado a la reunión del G-20 en Osaka, Japón. Usted ya estuvo en la reunión de Buenos Aires. ¿Cuáles son sus perspectivas para ese encuentro?

En primer lugar, es un reconocimiento a Chile, el haber sido invitado dos veces consecutivas a la reunión de los 20 países más poderosos del mundo. Y lo que esperamos es que se logre avanzar en los temas que ahora inquietan y angustian. El G-20 es una buena instancia para terminar la absurda guerra comercial entre EEUU y China. Avanzar en el compromiso de los países más grandes para combatir con mayor eficacia el cambio climático, hacer todo lo posible por evitar una segunda guerra fría, y digo esto porque tanto EE UU como Rusia se retiraron del Pacto de No Proliferación de Armas Nucleares.

¿Qué espera de las negociaciones comerciales entre EEUU y China?

Espero que la cordura y el sentido común regresen, porque una guerra de tarifas, como la que hemos conocido durante el año pasado entre las dos potencias económicas más grandes, las va a perjudicar a ambas y al mundo entero. La Organización Mundial de Comercio (OMC), hace mucho tiempo que no está cumpliendo con su labor.

En noviembre, Chile va a organizar la reunión del Foro de Cooperación Asia- Pacífico (APEC). Usted dice que estará especialmente orientado a la mediana y pequeña empresa. ¿Qué quiere decir?

La última reunión de la APEC, que es el foro de libre comercio más grande del mundo, se hizo en Papúa Nueva Guinea y no fue una buena reunión. Los conflictos entre China y EEUU impidieron, por primera vez en 30 años, que hubiera una declaración acordada por todos los países. Esperamos que en Chile podamos dar un paso adelante. Nosotros queremos enfatizar que el libre comercio debe favorecer a todos, pero en forma muy especial a las pequeñas y medianas empresas y a las mujeres, que han estado excluidas.

¿Cómo se gobierna en un mundo que se desglobaliza?

Sin duda que esta pugna entre las grandes potencias, lo que está pasando en la UE -que está capturada por el Brexit y que aún no logra resolver ese tema-, este revivir de la guerra fría, dificultan el camino de la globalización. Y quiero decir que eso es extraordinariamente peligroso porque los grandes problemas que enfrenta la humanidad, no se pueden resolver a nivel de cada país. Por ejemplo, el tema del calentamiento global no es un problema de un país en particular, es de todos. El tema del narcotráfico, también. El de la violencia y el terrorismo. El tema de la contaminación de los mares, de la escasez de agua dulce, esos problemas requieren un enfoque global. Y cuando más requerimos un gobierno global eficiente y coordinado es cuando está siendo puesto en duda y eso es muy peligroso.

En diciembre se va a celebrar la Cumbre del Clima (COP) en Chile. Usted está convencido del impacto humano en el cambio climático, pero otros líderes no. ¿Cómo convencería a Trump de la gravedad del cambio climático?

El Panel de Naciones Unidas de Expertos en Cambio Climático ha emitido ya cinco informes y cada vez más es más claro y categórico que el calentamiento global está siendo influenciado por las malas conductas del hombre, por el exceso de emisión de gases de efecto invernadero. Y la meta que se fijaron en la COP de París de contener el aumento de la temperatura hacia el fin del siglo a dos grados no es suficiente. Dos grados pueden ser una catástrofe. Pero, además, no lo estamos cumpliendo. Y por esa razón, en esa cumbre buscaremos que los países se comprometan -con metas más ambiciosas, con mecanismos de exigibilidad más poderosos-, a contener el aumento de la temperatura a sólo 1,5 grados y a hacerlo ya. Desde ese punto de vista, Chile tiene mucho que mostrar porque, en su globalidad, es un país que predica con el ejemplo.

Chile como país vulnerable

Es uno de los países más vulnerables frente a este fenómeno: la ONU determinó 10 factores de vulnerabilidad y Chile reúne 7 de ellos. Hay personas como el presidente Trump que creen que el hombre no tiene ninguna responsabilidad. Creo que está equivocado. Pero, además, si tuviéramos la menor duda, ¿qué es mejor? ¿Actuar para evitar una catástrofe, que puede terminar con la raza humana, o no hacerlo? Le recuerdo que 99 de cada 100 especies que alguna vez existieron, ya no existen. Y no queremos que el hombre sea la próxima.

Recientemente, Chile ha suscrito un acuerdo comercial con Brasil, un país que pertenece al Mercosur y que siente que este organismo se ha convertido en una camisa de fuerza. ¿Cuál es el objetivo?

Mercosur no ha dado los resultados para los cuales fue creado y eso lo sabemos todos y también sus miembros. Por eso, en una cita que tuvimos en México, los países de la Alianza del Pacífico (Chile, Perú, Colombia y México), nos reunimos con los del Mercosur y propusimos un camino para que podamos converger en un acuerdo de libre comercio, pero que funcione, como ha hecho en forma muy efectiva la Alianza del Pacífico. Porque en pocos años la Alianza ha logrado lo que Mercosur no ha conseguido: liberalizar todo el comercio, avanzar en el libre movimiento de bienes, servicios, capitales y personas, homologar nuestros sistemas de comercio para facilitar el flujo, eliminar muchas barreras paraarancelarias, avanzar en integrar nuestro mercado de capitales, y eso lo hemos logrado con un enfoque pragmático.

Su principal promesa electoral fue que Chile volviera a crecer, ¿lo ha conseguido?

Mire, el año 2017, el último del Gobierno anterior, el crecimiento fue del 1,7%. El 2018, el crecimiento fue del 4%, casi tres veces más. Durante el Gobierno anterior, Chile estaba en la parte baja de la tabla de crecimiento de América Latina; en el año 2018, la encabezamos junto con Perú. Y, por lo tanto, obviamente que Chile ha recuperado su capacidad de crecer, de invertir, de crear empleos, de innovar, de emprender.

Con un Congreso donde no tiene mayoría, hacer reformas no es fácil, ¿cuál ha sido su experiencia este primer año de gobierno?

Nos enfrentamos a una situación paradójica, porque en diciembre del 2017 no solamente tuvimos un amplio y robusto triunfo electoral, también recibimos un mandato para cumplir una misión, un proyecto, y, al mismo tiempo, tenemos minoría en las dos Cámaras. Y para conjugar esto, nada reemplaza al diálogo, los acuerdos, la colaboración, la buena voluntad. Y espero que ése sea el clima que predomine en nuestro país y que mejoremos la calidad de la política, porque yo diría que el principal problema que enfrenta el mundo hoy, creo yo, es la mala calidad de la política. Mire la confrontación brutal entre demócratas y republicanos en EE UU; mire el estancamiento en que está Europa en la forma de enfrentar sus problemas. Y eso es algo que me preocupa y me inquieta. Y hago un llamado a todos los hombres y mujeres de buena voluntad para mejorar la calidad de la política, porque los ciudadanos lo que esperan de sus políticos es diálogo y soluciones, y no una confrontación brutal.

¿Quién tiene que superar esta situación? ¿El diseño institucional, los políticos, los votantes?

Obviamente que tenemos que modernizar nuestras instituciones, hacerlas más eficientes, incorporar tecnologías digitales, acercarlas al ciudadano. Ése es un frente en que estamos avanzando mucho, que es el gran proyecto de modernizar el Estado en Chile. Otro es mejorar la calidad de la política, entender que la misión del Gobierno y la Oposición no son liquidarse mutuamente, sino que cada uno desde su punto de vista y sin sacrificar sus principios, debe buscar con diálogo y con buena voluntad, acuerdos y puntos de encuentro, porque cuando logramos acuerdos, los países avanzan más rápido y en forma más segura.

 Usted tiene en marcha varias reformas: tributaria, pensiones, laboral, sanidad… se dice «que un camello es un caballo diseñado con muchas manos», ¿no teme que de esa reforma que usted ha diseñado salga «un camello»?

Bueno, estamos buscando el diálogo con la oposición para llegar a un acuerdo, pero no estamos dispuestos a un acuerdo que transforme un caballo, que es lo que el país necesita para avanzar, en un camello que signifique más frenos y más estancamiento.