La supremacía blanca o supremacismo blanco es una creencia racista que considera a las personas blancas como superiores en muchos aspectos en comparación a las personas de otras razas, y que, por lo tanto, los blancos deben ser dominantes frente a las otros razas humanas (negros, amarillos o acaramelados) por ejemplo.  La supremacía blanca tiene sus raíces en el racismo científico, y con frecuencia se basa en argumentos pseudocientíficos. Como la mayoría de los movimientos similares, el neonazismo o los supremacistas blancos que típicamente se oponen a otras razas humanas, así como a los judíos.

El término supremacía blanca se utiliza en los estudios académicos del poder racial para denotar un sistema de racismo estructural o social que privilegia a las personas blancas sobre otras, independientemente de la presencia o la ausencia de odio racial. Las ventajas raciales blancas ocurren tanto a nivel colectivo como a nivel individual

El término también se usa normalmente para describir una ideología política que perpetúa y mantiene el dominio social, político, histórico o institucional de los blancos (como lo demuestran las estructuras sociopolíticas históricas y contemporáneas, como el comercio atlántico de esclavos, las leyes Jim Crow en los Estados Unidos y el apartheid en Sudáfrica).

Lo que ocurrió este viernes en Nueva Zelanda, un atentado que dejó medio centenar de muertos en dos mezquitas en la ciudad de Christchurch (leer en Kradiario), ha sido descrito como un acto terrorista del movimiento supremacista blanco, que históricamente se originó en Estados Unidos donde están sus principales organizaciones racistas.

Diferentes formas de supremacismo blanco presentan diferentes concepciones de quiénes son considerados blancos, y diferentes grupos de supremacistas blancos identifican a varios grupos raciales y culturales como su enemigo principal. ​

En el uso académico, particularmente en el uso que se basa en la teoría crítica de la raza, el término «supremacía blanca» también puede referirse a un sistema político o socioeconómico en el que las personas blancas disfrutan de una ventaja estructural (privilegio) sobre otros grupos étnicos, tanto a nivel colectivo como individual (como ocurrió en Sudáfrica durante muchos años).

En EE UU, toda una historia

La Ley de Inmigración y Nacionalidad de 1965 abrió el ingreso a EE UU a inmigrantes que no fueran los grupos germánicos y del norte de Europa tradicionales, y como resultado alteró significativamente la mezcla demográfica en el imperio del norte de América.​ Muchos estados de EE UU prohibieron el matrimonio interracial a través de las leyes contra el mestizaje hasta 1967, cuando estas leyes fueron invalidadas en Loving y Virginia por una decisión de la Corte Suprema estadounidense.

Hasta después de mediados de la década de 1960, la supremacía blanca había seguido siendo una ideología importante de la extrema derecha estadounidense.

Sin embargo los avances de mediados de siglo tuvieron un gran impacto en las opiniones políticas de los estadounidenses blancos; la segregación y la superioridad racial blanca, que había sido públicamente aprobadas en la década de 1940, se convirtieron en puntos de vista minoritarios dentro de la comunidad blanca a mediados de la década de 1970 y continuaron disminuyendo en las encuestas de 1990 a un porcentaje de un solo dígito. ​ Para el sociólogo Howard Winant, estos cambios marcaron el final de la «supremacía blanca monolítica» en los Estados Unidos.  No hay que olvidar en esta historia la existencia del Ku Klux Klan, especialmente en algunos estados del sur de EE UU.

Algunos académicos sostienen que los resultados de la elección presidencial de los Estados Unidos de 2016, en la que triunfó el actual presidente Donald Trump,  reflejan los desafíos actuales con la supremacía blanca. No hay que olvidar que Trump llegó al poder después de ocho años de gobierno encabezados por un presidente negro como Barack Obama.

La psicóloga Janet Helms sugirió que los comportamientos normativos de las instituciones sociales de educación, gobierno y atención médica estén organizados en torno al «derecho de nacimiento y del  poder de controlar los recursos de la sociedad y determinar las reglas para estos recursos estatales y no del supremacismo blanco.

Pero no solo en EE UU, sino también en el Reino Unido (ex Imperio Británico) se dio este fenómeno con mucha fuerza. Según afirmó el historiador británico Richard Toye, autor del libro Imperio de Churchill,  que «Churchill pensaba que los blancos eran superiores».

En Alemania

El nazismo promovió la idea de un pueblo germánico superior o raza aria en Alemania a principios del siglo XX. Las nociones de supremacía blanca y superioridad racial aria se combinaron en el siglo XIX, con la supremacía blanca manteniendo la creencia de que los blancos eran miembros de una «raza de amos» aria que era superior a otras razas, particularmente a los judíos (que fueron descritos como «Raza semita»), eslavos y gitanos, que asociaban con la «esterilidad cultural». ​

Las organizaciones neonazis que abrazan la ideología de la supremacía blanca están presentes en muchos países del mundo. En 2007, se afirmó que los neonazis rusos representaban «la mitad del total mundial».

Los supremacistas blancos llegaron ahora a Oceanía atacando duramente este viernes a Nueva Zelanda.