Por Martín Poblete
La tan anunciada visita a Chile del Presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha empezado a poner en pantalla los temas bilaterales, entre los cuales parece haber acuerdo en revisar los términos del tratado de libre comercio firmado el año pasado en Santiago por el antecesor de Jair Bolsonaro, Michel Temer, así como cuestiones de alta tecnología en materia de telecomunicaciones.
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Han sido los brasileños quienes han planteado como una de sus prioridades la construcción de la conexión bioceánica, en lo fundamental construir uno o dos ferrocarriles de tecnología vigente conectando puertos chilenos y brasileños, serían ferrocarriles de carga llevando exportaciones brasileñas a puertos chilenos para su envío a centros de consumo en la región Asia Pacífico, y las correspondientes importaciones desde Asia a puntos de consumo en Brasil.  Habría beneficios evidentes para Chile por su condición de país de tránsito, asimismo podrían haber beneficios  considerables para las exportaciones de Argentina y Paraguay..
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Actualmente la distancia carretera entre Santos y Mejillones es de 41 horas (3306,0 km).

El puerto chileno mas que obvio es Mejillones, la única bahía natural de aguas profundas en el Pacífico sudamericano; la cuestión desde la contraparte brasileña es como llegar a Mejillones desde Brasil.

Técnicamente, hay tres opciones, la primera es construir ferrocarriles nuevos, la segunda usar vías existentes elevando su capacidad de operación a estándares del Siglo XXI, la tercera una combinación de las dos anteriores.  A vías y obras se agrega el tendido eléctrico por largas distancias, si bien el cruce de los Andes debería hacerse con locomotoras diesel.

Desde una perspectiva geopolítica, la conexión bioceánica es un proyecto de integración de dimensiones continentales, largo plazo, por lo menos tres partes contratantes, relaciones de mutua confianza, su financiamiento una compleja operación monetaria internacional.    La tradicional falta de confiabilidad de los gobiernos bolivianos, cualesquiera sea su signo, podría obligar a prescindir de Bolivia sin perjuicio de una posibilidad digna de considerar como se verá en los párrafos siguientes. Actualmente la distancia carretera entre Santos y Mejillones es de 41 horas (3306,0 km).
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Una primera opción parte desde Cuiabá, capital del Estado de Mato Grosso, ubicada al oeste del Planalto de Mato Grosso; rica región agrícola productora de cereales ansiosamente buscados por los centros de consumo en Asia Pacífico.   Sería un ferrocarril nuevo hacia el sur pasando por la margen oriental del Pantanal para llegar a Campo Grande, capital de Mato Grosso del Sur;  en este punto estaría la disyuntiva de usar las vías existentes actualmente en uso hacia Santa Cruz de la Sierra en Bolivia, desde ahí a Oruro, para seguir a Antofagasta y eventualmente a Mejillones, estas vías deberían mejorarse a estándares vigentes además de construirse la segunda vía.
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La otra variable es, partiendo desde Campo Grande, construir un ferrocarril nuevo en diagonal noreste a suroeste pasando por Paraguay construyendo puente sobre el Río Paraguay, y Argentina hasta llegar a Salta, ahí usar la vía existente del transandino Antofagasta-Salta por el Portezuelo de Socompa a 3.858 metros de altura, todos los otros pasos son considerablemente mas altos en una cordillera dominada por el Volcán Lascar y el Cerro Puntas Negras; ese ferrocarril transandino debería ser sustancialmente mejorado en sus estándares, lo cual incluiría construir la segunda vía. Actualmente la distancia carretera entre Santos y Mejillones es de 41 horas (3306,0 km).
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La segunda opción, propiamente un corredor bioceánico,  tendría su punto de partida en Porto Alegre, capital del Estado de Río Grande del Sur, usando vía existente transversal en sentido este-oeste hasta Uruguaiana, en la frontera con Argentina, construir puente sobre el Río Uruguay, construir corto tramo hasta Mercedes en la Provincia de Corrientes, usar el ferrocarril argentino en esa provincia elevando sus estándares, construir un nuevo puente ferroviario sobre el gran Río Paraná entre las ciudades de Corrientes y Resistencia, seguido de una nueva diagonal hasta conectar con las vías desde Campo Grande  por Paraguay.    Una variable sería construir un ferrocarril nuevo desde Uruguaiana en sentido diagonal, sureste-noroeste, hasta conectar directamente con Salta, el puente sobre el Paraná estaría unos cuatrocientos kilómetros aguas abajo desde Resistencia.
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Mucho habrán de trabajar los presidentes Sebastián Piñera y Jair Bolsonaro si quieren dejar fundadas las bases de la conexión bioceánica, durante sus respectivos gobiernos, sin perjuicio de las intensas negociaciones para traer a bordo a los gobernantes en Asunción y Buenos Aires.
Aporte de la Redacción Central

El presidente de Chile, Sebastián Piñera, y su homólogo brasileño, Jair Bolsonaro, acordaron en los primeros días de enero de este año la construcción de un corredor bioceánico que conecte el Pacífico y el Atlántico sin incluir territorio boliviano.

“Ya tenemos un acuerdo para construir un corredor bioceánico, que parte en Puerto Murtinho, pasa por Paraguay, el norte de Argentina y llega a los tres puertos del norte de Chile, y eso va a significar un enorme auge para Antofagasta, Iquique y Arica”, aseguró Piñera luego de reunirse con Bolsonaro el día del acto de traspaso de mando presidencial en Brasil (1 de enero).

El mandatario chileno declaró a los medios de su país que Brasil era un “país continente” y un socio estratégico de Chile, por lo que trabajará para acelerar la aprobación en los dos congresos del proyecto del corredor bioceánico, además de un Tratado de Libre Comercio binacional.

Esta nueva ruta férrea, a diferencia del proyecto de corredor bioceánico que impulsa el Gobierno de Evo Morales, no considera un paso por territorio nacional ni por Perú para conectar los puertos sobre ambos oceános.

Por otra parte, Bolivia, Perú y Brasil trabajan en el proyecto de tren bioceánico desde 2015, cuando empezaron las labores para determinar la factibilidad del plan.

Se prevé que el tren bioceánico, que incluye a Brasil, Bolivia y Perú, inicie en el puerto brasileño de Santos, ingrese al país por Puerto Suárez, continúe por los municipios orientales de Santa Cruz, Montero y Bulo Bulo, para salir al puerto peruano de Ilo por el Hito 4, uniendo, mediante 3.755 kilómetros de vías férreas los puertos brasileños ubicados sobre el Atlántico con los peruanos que están en el Pacífico.