El Papa Francisco hizo un enérgico llamado a la adopción de “medidas concretas y eficaces”, para terminar de una vez por todas con la pedofilia en la Iglesia Católica mundial. Esto lo dijo al inaugurar en el Vaticano la inédita cumbre de los presidentes de Conferencias Episcopales para afrontar la crisis de los abusos sexuales clericales.
“El santo pueblo de Dios nos mira y espera de nosotros no condenas simples y obvias, sino medidas concretas y eficaces. Se necesita concreción”, remarcó el Pontífice frente a 190 líderes de Iglesia.
“Ante la plaga de los abusos sexuales perpetrados por hombres de la Iglesia hacia los menores, he pensado de interpelaros a ustedes, ustedes, patriarcas, cardenales, arzobispos, obispos, superiores religiosos y responsables, para que juntos escuchemos al Espíritu Santo y con su guía escuchemos el grito de los pequeños que piden justicia”, dijo el Papa Francisco.
En la cumbre se están entregando las líneas-guías a los participantes para ayudar a reflexionar y seguir el encuentro del que se espera que sirva para arrojar luz sobre las causas de la multitud de agresiones sexuales por parte de sacerdotes y obispos contra niños, pero también para que queden más claras las responsabilidades de los encubridores.
Han pasado más de treinta años desde que comenzaron los primeros escándalos en Irlanda o Australia, pero todavía hay obispos en el mundo que niegan que existan abusos en sus áreas de competencia.
El periodista chileno Juan Carlos Cruz, denunciante del cura pedófilo de Karadima y sus múltiples delitos sexuales, reafirmó este miércoles sus duras críticas contra los obispos chilenos por los abusos cometidos.
Cruz participó, junto a otras once víctimas, de una reunión con el comité organizador del encuentro, liderado por el arzobispo Charles Scicluna, secretario adjunto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
Luego de la actividad, Cruz ofreció una conferencia de prensa en la que dijo que “hay tantos obispos chilenos que están a punto de irse a la cárcel, que poco se puede hacer. Ahí tiene que haber una renovación completa”.
“Los que se tienen que ir a la cárcel, que se vayan a la cárcel; los que tengan que salir, que se vayan; pero yo hablé acá del desastre que son los obispos chilenos”, dijo.
El papa Francisco convocó a Roma a los obispos del mundo para esta cumbre sin precedentes centrada en la protección de menores.
Los abusos sexuales del clero y de acusaciones de encubrimiento han golpeado muy duramente a su papado como a toda la Iglesia católica romana. La cumbre se extenderá hasta el domingo en la que es la primera reunión global de líderes eclesiásticos para discutir la crisis de abuso sexual.
El descontento se ha profundizado con las revelaciones del abuso de menores y adultos en Chile, los más de mil casos de niños abusados en Pensilvania, el caso de McCarrick en EE UU y las acusaciones de Viganò.
Esta misma semana, el exsecretario personal del papa Benedicto, Georg Gänswein, hizo referencia al tema comparándolo con el desastre del caso de las torres gemelas del 11 de septiembre del 2001 en Nueva York. “La Iglesia católica -dijo- luce confundida frente a su propio ‘11 de Septiembre’, aunque la catástrofe no está vinculada a una sola fecha, sino a tantos días y tantos años, a una cantidad incontable de víctimas”, dijo. Agregó que la crisis, con las revelaciones más recientes, demuestra “cuántas almas han sido heridas de manera mortal e irrevocable por sacerdotes de la Iglesia católica”.
El papa Francisco reconoció este jueves que el «pueblo de Dios» espera «medidas concretas» contra la pederastia. «El pueblo de Dios nos mira y se espera no obvias y simples condenas sino medidas concretas y eficaces», instó el pontífice al hablar ante los líderes de la Iglesia.
«Escuchemos el grito de los niños que piden justicia», clamó el papa e invitó a encarar la «plaga de los abusos sexuales» cometidos por miembros de la Iglesia.
«Pido al Espíritu Santo que nos ayude en estos días a transformar ese mal en una oportunidad para tomar consciencia y como purificación», dijo.
«Que la Virgen María nos ilumine para tratar de curar las graves heridas que el escándalo de la pedesrastia ha causado tanto a los pequeños como a los creyentes», concluyó.
La jornada inició con un momento de oración seguido de un video con testimonios de víctimas y las palabras de introducción del papa.
Desde que estallaron los primeros escándalos hace unos 35 años, la jerarquía de la Iglesia católica ha tomado una serie de medidas preventivas, adoptado leyes, pedido perdón y lanzado condenas, pero sin lograr que desaparezca la llamada «cultura del encubrimiento».