
Los firmnantes de la declaración y ex cancilleres José Miguel Insulza y Heraldo Muñoz.
«La política exterior no puede continuar al servicio de intereses políticos domésticos. Esta no es la respetable tradición de Chile», insisten les firmantes del documento, donde también figuran los ex ministros Sergio Bitar, Adriana Delpiano y Carlos Ominami, ex embajadores Jaime Gazmuri y Carlos Eduardo Mena; y el ex director de Relaciones Económicas Internacionales Osvaldo Rosales; jefe programático de la campaña presidencial de Alejandro Guillier.
Viaje a Cúcuta
Tras Piñera anunciar su visita a Cúcuta para presuntamente entregar “ayuda humanitaria” a Venezuela, de inmediato reaccionaron con agudas críticas otras fuerzas políticas, como la Democracia Cristiana y el Partido Comunista.
Este último emitió una declaración en la cual señala que con ese paso el mandatario pretende cumplir un papel protagónico “en una operación política intervencionista contra el pueblo venezolano y su Gobierno constitucional”.
Añade que “con su injerencia en Venezuela, desde territorio colombiano, el presidente Piñera compromete a Chile, que aparece jugando un rol que atenta contra el derecho internacional y la soberanía de una nación latinoamericana”, en una acción que vulnera la carta de las Naciones Unidas.
El ex Canciller Gabriel Valdés calificó de “populista” el anunció del Presidente Sebastián Piñera de que se trasladará este viernes hasta Cúcuta para entregar la ayuda humanitaria que Chile enviará a Venezuela en el marco de la crisis que vive ese país.
Valdés, quien actualmente integra el grupo de expertos que asesora en asuntos de mediación al jefe de Naciones Unidas, aseguró que la política exterior “se ha transformado en un espectáculo”.
“Este es el acto más populista que ha realizado un Presidente de Chile en la historia del país. Venezuela requiere ayuda humanitaria pero no del espectáculo en que se ha transformado la política exterior de Chile”, expresó en su cuenta de Twitter el ex embajador en Estados Unidos, luego de que se conociera el viaje del Mandatario.
Esta opinión publicada en la red social le valió cuestionamientos de políticos como el senador Felipe Kast quien defendió el anuncio de Piñera como “una acción política que busca apoyar a Juan Guaidó y a Venezuela en su esfuerzo de lograr una transición pacífica a la democracia”.
A esto el excanciller contestó por la misma vía: “¡Si a la solidaridad con el pueblo venezolano! ¡Si a la condena a Maduro! Pero la política exterior de Chile y su Presidente no son parte del proceso interno de ningún país. Su obligación es buscar con otros una salida pacífica a un conflicto que amenaza a toda la región.
Valdés ha criticado en varias oportunidades las decisiones adoptadas por el gobierno en materia de relaciones exteriores tanto en política migratoria -luego de que Chile no firmara el pacto de la ONU lo que a su juicio “daña la imagen internacional del país”.
La declaración
El escrito comienza con serias críticas al Gobierno de Nicolás Maduro y señala, entre otros puntos, que «la revolución bolivariana se ha descompuesto, las instituciones democráticas se han degradado, la economía se ha arruinado y la sociedad se ha polarizado a un punto extremo».
En medio de «una grave penuria de alimentos y medicinas, que ha alcanzado el nivel de crisis humanitaria, (…) Venezuela dejó de ser un estado de derecho para convertirse progresivamente en una forma de dictadura».
«Maduro perdió la ‘legitimidad de origen de su régimen’ ganada en la elección de 2013 y se fue deslizando hacia un ejercicio del poder cada día más arbitrario y menos tolerante, por lo que no está en condiciones de seguir gobernando», sostienen.
Chile «plegado a la estrategia norteamericana»
«La amenaza de una intervención armada por parte del gobierno Trump es completamente inadmisible (…) La administración Trump ha transformado a Venezuela en un asunto de política interior. Para alcanzar su reelección, Trump necesita imperiosamente algún triunfo político internacional, y lo está buscando en Venezuela», apuntan, denunciando que, «en los hechos», Chile y el Grupo de Lima se han «plegado a la estrategia norteamericana».
«La posición del gobierno de Chile rompe con la tradición de autonomía de nuestra política exterior», dice la declaración.
La carta insiste en que «es legítima la preocupación internacional por lo que acontece en Venezuela», ya que «los derechos humanos tienen una dimensión global». Sin embargo, critica que «el gobierno de Chile, así como el resto de los que constituyen el llamado ‘Grupo de Lima’, ha sido extremadamente débil en la defensa de una salida pacífica a la crisis venezolana».
«Distanciamiento del multilateralismo y la integración»
La declaración indica que «para la opinión pública es sobradamente conocido que tradicionalmente la política exterior de Chile se ha practicado como ‘Política de Estado’, lo que quiere decir que las decisiones significativas se adoptan con consultas a las instituciones públicas: Senado y Cámara de diputados, así como partidos políticos, internacionalistas, ex cancilleres, agrupaciones empresariales y sociales».
«Esa gran tradición no inspira a los actuales gobernantes. El Gobierno de Sebastián Piñera está abandonado la política de Estado y optando por un sistema inconsulto que traerá consecuencias», advierten, y señalan que «la posición de Chile sobre Venezuela no constituye un caso aislado», sino que da muestra de «una política sistemática de distanciamiento respecto de dos pilares fundamentales de nuestra política exterior: la defensa del multilateralismo y la integración regional».
Mencionan como ejemplos la «sorprendente» decisión de no suscribir el Acuerdo de Escazú sobre el Acceso a la Información, Participación Pública y Acceso a la Justicia en Asuntos Ambientales en América Latina y el Caribe, «no obstante haber sido uno de sus principales redactores»; y la «manera completamente inconsulta» en que Piñera decidió no suscribir el Pacto Mundial sobre Migración aprobado en Marrakech por la inmensa mayoría de los países miembros de la ONU.
«Lo mismo se puede decir del congelamiento de la participación en UNASUR sin pensar siquiera en su reforma y anunciar la pronta creación de una nueva organización, PROSUR, de marcado signo ideológico conservador sin ninguna garantía de solidez en el mediano y largo plazo», prosigue.
Me habría gustado Cayetano Brulé para canciller…