Dos días después de que el Parlamento hundiera su proyecto de presupuestos para 2019 y en un contexto de crisis candente en Cataluña, el jefe del Gobierno español, Pedro Sánchez, socialista, se vio obligado a convocar este viernes a elecciones generales anticipadas, las que se efectuarán el próximo 28 de abril, es decir antes de los comicios europeos fijados para mayo.
Sánchez, al presentar la nueva convocatoria, habló de la necesidad de «ofrecer un horizonte a los españoles» y explicar las razones de la convocatoria anticipada de elecciones. Así, Sánchez se remitió hasta junio de 2018, cuando impulsó la moción de censura que desalojó del poder al entonces presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.
Sánchez, quien ya estaba bajo presión dentro de su propio partido socialista para reducir su presidencia, perdió su débil respaldo legislativo después que los separatistas catalanes se unieron a legisladores de oposición para rechazar su propuesta de gastos para 2019.
“Entre no hacer nada y continuar sin presupuestos, o dar la palabra a los españoles, España debe continuar progresando, excluyendo la política de la crispación, creando empleo de calidad, ampliando los derechos y libertades, garantizando la protección social”, dijo Sánchez en una aparición televisada desde el Palacio de la Moncloa, sede del gobierno español, después de una reunión urgente con su gabinete.
El presidente de 46 años derrocó a su predecesor Mariano Rajoy en junio del año pasado, al ganar un voto de censura provocado por una condena de corrupción que afecta al conservador Partido Popular.
Pero la mayoría simple de socialistas y partidos antiausteridad y nacionalistas regionales que se unieron en su momento contra Rajoy se desmoronó en la última semana después de que Sánchez se rehusó a aceptar un diálogo respecto a la autodeterminación de Cataluña como parte de las negociaciones actuales con los separatistas.
Sin hacer mención de Cataluña, Sánchez dijo que continúa comprometido al diálogo con las regiones del país en tanto mantengan sus reclamos “dentro de la constitución y la legalidad” y culpó a los conservadores de no respaldar las negociaciones.
“Por desgracia, en estos ocho meses de gobierno no hemos contado con la lealtad, no al gobierno, sino al Estado, de la oposición conservadora”, dijo Sánchez.
El sucesor de Rajoy al frente del PP, Pablo Casado, festejó lo que llamó la “derrota” de los socialistas y atacó a Sánchez por ceder a algunos de los reclamos de los separatistas catalanes.
“Nos toca decidir si España quiere seguir siendo rehén de los partidos que quieren destruirla, o un liderazgo del Partido Popular”, dijo.
Las encuestas de opinión indican que es poco probable que las elecciones produzcan a un claro ganador, situación muy lejana a la política bipartidista que dominó la escena política española durante décadas.
Aunque el partido de Sánchez parece tener ventaja, el PP y los centroderechistas de Ciudadanos podrían reeditar la coalición que les permitió destronar recientemente a los socialistas en Andalucía con ayuda del partido ultraderechista Vox.
Este partido registró el primer triunfo significativo de la ultraderecha en la España posdictadura franquista y las encuestas anticipan que obtendrán una buena cantidad de bancas en el Parlamento nacional.
“España, otra vez, ha sido más fuerte que sus enemigos”, tuiteó el líder de Vox, Santiago Abascal.
Es poco probable que los socialistas sean capaces de rebasar el umbral, incluso si llegan a un acuerdo con el partido antisistema Podemos, por lo que sería necesario un tercer partido.
Sánchez tiene escasas opciones. Un acuerdo con Ciudadanos parece poco probable y la perspectiva de que los nacionalistas catalanes se sumen a una coalición bien podría estrellarse contra el hecho de que 12 políticos y activistas de la región están siendo juzgados por su papel en el intento separatista de hace dos años.
Antes de hacer pública la fecha de celebración de las elecciones generales, el actual jefe de Gobierno describió los tres ejes sobre los que su Gobierno se ha concentrado en los últimos meses: consolidación de crecimiento económico y creación de empleo, reconstrucción del estado de bienestar y, finalmente, refuerzo de las instituciones democráticas. Respecto al conflicto catalán, Sánchez destacó que la voluntad de su Gobierno siempre fue la del diálogo: «Dentro de la Constitución, todo. Fuera de la Constitución, nada», apuntó. En ese sentido, tuvo palabras para el papel de la oposición conservadora, a la que ha acusado de deslealtad, «no al Gobierno, sino al Estado», subrayó el presidente del Gobierno de España.
Antes de hacer pública la fecha de celebración de las elecciones generales, el actual jefe de Gobierno describió los tres ejes sobre los que su Gobierno se ha concentrado en los últimos meses: consolidación de crecimiento económico y creación de empleo, reconstrucción del estado de bienestar y, finalmente, refuerzo de las instituciones democráticas. Respecto al conflicto catalán, Sánchez destacó que la voluntad de su Gobierno siempre fue la del diálogo: «Dentro de la Constitución, todo. Fuera de la Constitución, nada», apuntó. En ese sentido, tuvo palabras para el papel de la oposición conservadora, a la que ha acusado de deslealtad, «no al Gobierno, sino al Estado», subrayó el presidente del Gobierno de España.
Desde 2015, la política española ha vivido una formidable aceleración: estallido del bipartidismo, tentativa de secesión de Cataluña seguida de una suspensión temporal de su autonomía, caída de Rajoy en una inédita moción de censura que acabó teniendo éxito. Todo ello unido a un Parlamento fragmentado, en el que la acción legislativa se ha visto muy dificultada por la divergencia de intereses de los partidos. En este momento, los sondeos dan al Partido Socialista Obrero Español, el PSOE, como vencedor en unas futuras elecciones, pero con un número de escaños que, incluso sumado a la izquierda radical de Podemos, no le llegaría para gobernar. Los mismos sondeos perfilan una mayoría conservadora, conformada por el Partido Popular, el PP, los liberales de Ciudadanos y los ultraderechistas de Vox. Un trío que ha disparado el tono nacionalista.