El líder de las fuerzas armadas de Venezuela y ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, declaró su lealtad al presidente Nicolás Maduro y dijo que el plan de la oposición para remplazarlo por un gobierno de transición equivaldrá a un intento de golpe de Estado.

Padrino López hizo este anuncio hace 24 horas de enero, después de que Juan Guaidó, el presidente de la opositora Asamblea Nacional, se autoproclamara como presidente encargado de Venezuela en medio de protestas contra el gobierno en todo el país. Guaidó, por su parte, pidió a las fuerzas armadas que abandonaran a Maduro.

La declaración de Padrino López fue un revés para Guaidó, cuya juramentación ha sido respaldada por varios países, incluido Estados Unidos.
Hasta ahora Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Paraguay, Perú, Ecuador, Guatemala y la Organización de Estados Americanos han reconocido a Guaidó como el presidente encargado de Venezuela. Pero el asunto es mucho más complejo porque en la actualidad hay dos presidentes, pero sólo uno es el Jefe del Estado, Nicolás Maduro, quien tiene aparentemente el control de las Fuerzas Armadas.

El líder opositor (y ahora también autoproclamado presidente) preside la Asamblea Nacional, un órgano legislativo controlado por la oposición.

El dice y también sus seguidores lo confirman que él tiene el derecho de asumir el poder de la nación después de que lo hiciera Maduro por un segundo periodo a principios de este mes tras una elección considerada viciada.

Después de que el gobierno de Donald Trump respaldó la proclamación de Guaidó, Maduro dijo que Venezuela rompería relaciones diplomáticas con Estados Unidos y dio 72 horas a los diplomáticos estadounidenses para abandonar el país.

El Departamento de Estado estadounidense respondió que no hará caso a la orden de partida porque Guaidó ha invitado a Estados Unidos a permanecer en el país.

El apoyo militar a Maduro mostrado este jueves elevó las posibilidades de un punto muerto que los funcionarios estadounidenses esperaban que se resuelva rápidamente.

Los diplomáticos que respaldan a Guaidó confiaban en que miembros clave de las fuerzas armadas cambiaran de bando después de las abundantes muestras de apoyo para Guaidó en las calles de Venezuela, así como por el respaldo de varias naciones en América Latina.

Para Padrino López “un gobierno paralelo de facto carece de legalidad y de sustento popular” y dijo que representa la postura de las fuerzas armadas. Agregó que la oposición tenía “el oscuro propósito de generar caos y anarquía en nuestra sociedad.

Otro contratiempo para la oposición venezolana fueron las declaraciones del gobierno ruso que el jueves advirtió a Estados Unidos que no interviniera en Venezuela, un país aliado del Kremlin desde hace mucho tiempo (leer en KRADIARIO).

El presidente ruso, Vladimir Putin, habló por teléfono con Maduro y le dijo que “cualquier interferencia exterior destructiva es una violación burda de las normas fundamentales del derecho internacional”, según un comunicado del gobierno de Rusia.

El secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, ignoró las advertencias desde Rusia y reforzó el llamado del gobierno de Donald Trump a que más países reconozcan a Guaidó y desconozcan a Maduro.

“Su régimen está en bancarrota moral, es económicamente incompetente y es profundamente corrupto, además de ser antidemocrático en su centro”, le dijo Pompeo a los representantes de los países miembro reunidos en la Organización de Estados Americanos este jueves.

Estados Unidos ya ofreció un paquete de 20 millones de dólares en fondos de emergencia al bando de Guaidó y convocó a una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para este sábado con el fin de discutir la crisis en Venezuela. Diplomáticos estadounidenses afirmaron que estaba previsto que Pompeo asista a la reunión.

En su conjunto, los eventos del último día han aumentado la confusión y el conflicto sobre quién es el presidente legítimo de Venezuela, un país petrolero que fue muy próspero pero durante la gestión de Maduro se ha visto afectado por la represión política y severos problemas económicos con una inflación que llegaría este año a 10.000.000%, según el FMI.

Maduro anunció el fin de relaciones con Washington el miércoles y ordenó que todo el personal diplomático dejara el país en un plazo de 72 horas. Pompeo dijo que Estados Unidos no acataría la medida.

Pero un funcionario diplomático estadounidense de alto rango, quien hizo comentarios con la condición de mantener el anonimato, dijo que la embajada en Caracas ya estaba en el proceso de evacuar a familiares de las personas designadas ahí y a algunos integrantes del cuerpo diplomático; su plan es mantener a ciertos oficiales importantes ahí, aunque no hay claridad sobre cuánto tiempo se quedarían, según versión del The New York Times.

Maduro dijo, durante un evento con jueces del Tribunal Supremo venezolano, que los estadounidenses deben retirarse a más tardar el fin de semana. “Si queda algo de sensatez y racionalidad, yo le digo al Departamento de Estado: con base en el derecho internacional, ustedes tienen que cumplir la orden”, dijo.

Muertes en las calles de Caracas

Hasta el momento, catorce personas murieron en los enfrentamientos entre las fuerzas policiales venezolanas y los manifestantes, así como en otros hechos violentos relacionados con la situación política, según el Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos, Provea.
Poco después de las declaraciones de Padrino, la televisora estatal venezolana emitió otros pronunciamientos de comandantes regionales en los que se dicen leales a Maduro.

El ministro ruso del Exterior, Lavrov, dijo que Rusia estaba lista para unirse con otros “países responsables” para lanzar un diálogo nacional entre venezolanos y evitar llamados a derrocar al gobierno legítimo.
Apenas en diciembre, Rusia envió una pequeña flotilla de aeronaves a Venezuela como muestra de solidaridad con Maduro, incluidos dos bombarderos Tu-160 con capacidad nuclear que volaron casi 10.000 kilómetros. Además se anunció la creación de una base militar en una isla venezolana del Caribe (Leer en Kradiario).

A su vez Rusia ha entregado una cooperación económica a Venezuela más de 10.000 millones de dólares en asistencia financiera en los últimos años. A cambio, Rosneft, la compañía petrolera estatal rusa, ha adquirido acciones en el sector energético de Venezuela.
Venezuela también ha sido uno de los mercados más grandes para las exportaciones de armas rusas a América Latina. Firmó treinta contratos con valor de 11.000 millones de dólares desde 2005 hasta 2013, según la agencia informativa Tass.

China, otro de los socios extranjeros más importantes de Maduro, ofreció un mensaje más neutral, sin condenar explícitamente el apoyo estadounidense. En una declaración el jueves, el Ministerio de Relaciones Exteriores de China expresó su esperanza de que todas las partes en el conflicto “resuelvan sus diferencias políticas a través del diálogo y la consulta con base en el respeto al gobierno constitucional”.
China ha apoyado al gobierno de Venezuela desde que el predecesor de Maduro, Hugo Chávez, llegó al poder, y ambos líderes visitaron Pekín. La relación se ha visto respaldada por el creciente consumo de petróleo en China, el crudo parcialmente se paga con decenas de miles de millones de dólares en préstamos a Venezuela.

Para 2015, los préstamos de China a Venezuela habían aumentado a 65 mil millones de dólares, dijo ese año un investigador del Ministerio de Comercio chino.

Pero el entusiasmo de China por Venezuela se ha atenuado en los últimos años a medida que la economía venezolana se ha tambaleado. En 2016, China aceptó flexibilizar las condiciones de los pagos de Venezuela en un acuerdo en el que recibían petróleo a cambio de proveer ayuda financiera al gobierno venezolano.

Cuando Maduro visitó China el año pasado, los reportes indicaron que no logró sus aspiraciones de recibir una gran inyección de préstamos chinos.