Por Walter Krohne
Editor de Kradiario
Esta noche dejó de existir en la Clínica Dávila de Santiago el Premio Nacional de Periodismo 2017, Alberto «Gato» Gamboa, a la edad de 97 años como consecuencia de una afección pulmonar.
Su deceso impacto fuertemente a los medios de comunicación, a los integrantes de la Mesa de los Miércoles que precisamente lleva su nombra, y también a KRADIARIO, cuyo editor aprendió de él la actividad reporteril en el terremoto de Valdivia en mayo de 1960.
El Gato Gamboa, al margen de sus éxitos profesionales, además del Premio Nacional fue galardonado con el Premio Camilo Henríquez de trayectoria periodística, tuvo una vida dura e ingrata como su permanencia de casi dos años en el campo militar de prisioneros de Chacabuco, ubicado a 110 kilómetros de Antofagasta, que fue relatada por el mismo en su libro “Un viaje por el infierno”, que fuera publicado por primera vez en cuatro capítulos por la desaparecida revista «Hoy» en 1984.
El “Gato” fue director del diario El Clarín durante 12 años hasta el mismo 11 de septiembre de 1973, el día del golpe militar. Años después y tras abandonar el campo de concentración quiso volver a ejercer su profesión, pero como era difícil trabajar en los medios por razones político-militares, tuvo que dedicarse primero a otras actividades hasta que el entonces director de la prestigiosa revista Hoy, Emilio Filippi, lo contrató y allí comenzó a publicar reportajes deportivos.
Luego, el gerente general de la empresa, Enrique Marshall, fue quien lo instó a contar sus experiencias. “Acordé con ellos que iba a publicar las vivencias por las que había pasado en Chacabuco, pero no sólo las mías, sino que también las de mis compañeros de prisión”, declaró entonces Gamboa.
Los setenta fueron años demasiado tumultuosos. Por eso recién en 1984 se publicaron los cuatro tomos en formato de libros pequeños. En tiempos en que no era común leer relatos de este tipo, según Gamboa, la aparición de los capítulos disparó las ventas. “La revista Hoy, que más o menos debe haber tenido un tiraje de 25 a 30 mil ejemplares semanales, con los capítulos subió a 90.000”.
Un verdadero sabueso
El Gato Gamboa con 62 años de profesión fue un verdadero sabueso del reporterismo nacional (en realidad son muchos más años porque un periodista de verdad nunca se jubila) , de esos que nacieron con la letra de imprenta en la sangre, sin dejar pasar ningún segundo de vida para escribir la historia, y como buen gato, tomarle noche y día el pulso a Chile y al mundo.
Fue un trabajador inagotable e imbatible que disfrutó y amó su profesión, porque ésta le abrió cada día nuevas perspectivas que agotaron su curiosidad de felino y escritor. Con 22 años se inició como reportero deportivo en la revista “Estadio”. Ni durante la dictadura de Pinochet ni tampoco antes, intentó abandonar el país, ignorando siempre lo que pudo haber sido para él un exilio voluntario u obligatorio en tierras lejanas y extrañas. Todo lo contrario: Cambió siempre el exilio por la difícil y dura lucha interna que cumplió severamente como periodista, escribiendo desde la clandestinidad y buscando trabajos para sobrevivir. Sin mirarse las manos, trabajó como obrero en las excavaciones de los túneles del metro de Santiago (1977-1980) o como vendedor de libros.
Reporteó los aciertos y desaciertos de once gobiernos, desde los dos últimos radicales, el de Juan Antonio Ríos (muerto antes de terminar su período en 1946) y el de Gabriel González Videla, hasta el primero encabezado por una mujer, el de la presidenta Michelle Bachelet (11 de marzo de 2006 – 11 de marzo de 2010). Conoció de cerca a todos los presidentes democráticos y elegidos en comicios abiertos y populares y fue prisionero político en el Estadio Nacional y en Chacabuco entre 1973 y 1976, donde conoció de cerca la tortura, el asesinato la intriga y la sangre, de un régimen militar que fue la única dictadura que vivió Gamboa y también la etapa más difícil e injusta de toda su existencia.
Demostró en varias ocasiones su gran y fino talento profesional, como el famoso titular suyo publicado en el diario Fortín Mapocho: “Corrió solo y llegó segundo” al relatar lo que había ocurrido en el plebiscito de 1988 y la derrota del dictador Augusto Pinochet. Este ha sido el titular más recordado en la historia del periodismo y la prensa chilena.
El «Gato» Gamboa es periodista desde antes que existiera el Colegio de Periodistas. Antes de la revista Estadio cumplió funciones como reportero deportivo en el diario «La Opinión», en 1954, cuando tenía 17 años de edad, hasta completar su carrera como integrante del equipo periodístico del diario La Nación en 2010. Entre los hitos más destacados de su carrera profesional está el haber sido director del diario Clarín, el de más alta circulación en Chile hasta 1973. También tuvo cargos de responsabilidad en los diarios Ultima Hora, Fortín Mapocho, La Cuarta y La Nación. Después del golpe militar, el «Gato» Gamboa fue detenido, torturado y relegado. Todo lo contó en su libro testimonial «Un viaje por el infierno».
El «Gato» Gamboa es periodista desde antes que existiera el Colegio de Periodistas. Antes de la revista Estadio cumplió funciones como reportero deportivo en el diario «La Opinión», en 1954, cuando tenía 17 años de edad, hasta completar su carrera como integrante del equipo periodístico del diario La Nación en 2010. Entre los hitos más destacados de su carrera profesional está el haber sido director del diario Clarín, el de más alta circulación en Chile hasta 1973. También tuvo cargos de responsabilidad en los diarios Ultima Hora, Fortín Mapocho, La Cuarta y La Nación. Después del golpe militar, el «Gato» Gamboa fue detenido, torturado y relegado. Todo lo contó en su libro testimonial «Un viaje por el infierno».
Las primeras reacciones
Aporte de Erasmo López Avila: «Hace pocos minutos me acaba de llamar mi hermano Jaime López Avila, de 69 años, muy apenado, para comentarme su pesar por la muerte del “Gato” Gamboa. Me dice: “Me enteré recién por las noticias radiales de esta mañana… Lo siento mucho… Era un gran tipo… Te cuento, hermano, que con el Gato estuvimos prisioneros en el camarín 5 del Estadio Nacional… Yo llegué ahí el 21 o 22 de septiembre del 73 y ya estaba el Gato… Él nos recibió… Compartí camarín con el hasta fines de octubre o más… También estaban en el mismo camarín José Antonio Gomez y el doctor Alfredo Jádresic, una eminencia y un gran caballero… Este doctor me enseñó a jugar ajedrez… Entre varios recortamos cartones, hicimos el tablero y dibujábamos las piezas… Y después terminé jugando muchas partidas con el Gato… Era una gran persona, hermano… Recuerdo con mucha pena cuando los milicos se llevaban al Gato y al Gómez a torturarlos en el velódromo y volvían pa la cagá… Les sacaban la cresta… Volvían muy golpeados… Y entre todos los cuidábamos y tratábamos de recuperarlos y animarlos… El Gato era muy divertido. Tenía mil anécdotas. Pasábamos horas conversando… Lo quise mucho… Después se lo llevaron para Chacabuco. Varios años más escribió el libro Viaje al infierno donde contó de sus detenciones, incluido su paso por el Estadio Nacional… Ya se que estaba viejito… Voy a hacer lo posible por ir a despedir a mi compañero de camarín. ¿Mañana serán los funerales? Tu me avisas, hermano, dónde van a ser… Me gustaría ir a despedirlo…”. Hasta ahí el relato conmovido de mi hermano, que he decidido compartir con su familiaamigos y Kradiario, como un homenaje al colega que desde hace mucho tiempo está merecidamente inscrito en la historia del periodismo chileno. ¡Honor y gloria para el Gato Gamboa!).
“En el Estadio Nacional vi a un Gato Gamboa muy torturado”, testimonió una vez el ex presidente del Colegio de Periodistas de Chile, Guillermo Torres Gaona. Sin embargo, este sufrimiento y la agresividad aplicada en su contra no cambiaron su actitud frente a la vida ni ante sus persecutores y siguió reporteando sin ningún odio ni rencor, quizá sólo con un recuerdo amargo y gris, que también casi ha olvidado con el pasar del tiempo. Sigue siendo “un amigo de todo el mundo”, como dijo uno de sus colegas más cercanos.
El presidente de la Mesa de los Miércoles Alberto Gamboa, Pablo Vildósola, se refiirió al Gato, aún en vida , en los siguientes: “una gran trayectoria profesional a lo largo de siete décadas; tus grandes cualidades humanas y personales; tu profundo sentido de la amistad y solidaridad, y tu grandeza de espíritu y alma hacen que esta distinción que te hemos otorgado tus pares (Premio Camilo Henríquez) coronen tan brillante ejercicio de esta hermosa profesión de quienes, como razón de vida, abrazamos al periodismo”.
“Para ti han sido años de lucha y grandes triunfos profesionales; también, de inmenso sufrimiento y dolor por esos tiempos de angustia y tormento que debiste enfrentar por el solo hecho de pensar distinto y decir y escribir verdades insoportables para quienes ejercían el poder que dan la fuerza y las armas. Pero, al final, han sido años de un brillante resurgimiento y satisfacciones que, para quienes te conocemos, apreciamos y queremos, nos llena de orgullo. Es un honor tenerte desde hace años como disciplinado miembro de nuestra querida Mesa de los Miércoles. Tus dichos, recuerdos y acertados comentarios son siempre un aporte que le da brillo, simpatía y vitalidad a nuestra mesa”, señaló el periodista Vildósola.
Esta noche en Radio Cooperativa, el ex Presidente Ricardo Lagos lamentó el deceso del destacado periodista Alberto «Gato» Gamboa.
«Estamos tristes porque el ‘Gato’ Gamboa se fue», dijo Lagos, que recordó al ex director de Clarín y Fortín Mapocho como «un amigo de larga data, de esos amigos que demuestran sus emociones pero les gusta, a ratos, ocultarlas; un amigo agudo, inteligente, rápido». «El ‘Gato’ Gamboa era un gran amigo y un gran conversador… En torno a una botellita de tinto se podía tener unas tardes muy gratas con él. Repasaba su vida y sus anécdotas, que eran infinitas, como sus amigos», rememoró Lagos.
Que lindo artículo y homenaje a uno de los grandes periodistas de nuestro país