El Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica de Argentina estimó el índice de pobreza en este país era de 33,6 por ciento de la población urbana, subiendo 5,4 puntos porcentuales en el último año.
La tasa de aumento equivale a 2.180.000 nuevos argentinos que han caído en el nivel de pobreza, un mal que en todo el país afecta a 13.600.000 personas, sin incluir la pobreza rural.
Como informa en su página web el diario bonaerense Clarín se trata del nivel más alto de toda la década.
Igualmente marcó un récord – 51,7% — la pobreza entre los niños y, por regiones, encabeza el conurbano bonaerense con el 43,4 %, donde también es récord en la serie.
De los 13,6 millones de pobres urbanos, hay 161.500 nuevos indigentes, con un crecimiento de 0,4 puntos, y suman 2.470.000 porque sus ingresos no alcanzan para cubrir el costo de una canasta básica de alimentos.
El mayor salto y la mayor pobreza e indigencia afecta a los menores de 17 años. Subió del 44 al 51,7%. Son 931.700 nuevos niños pobres de los cuales el 10,9% (1.310.000) pertenecen a familias que no tienen ingresos para asegurar una alimentación básica.
Así, uno de cada dos niños se alimenta, se educa y se desarrolla entre familias que no pueden comprar los bienes y servicios básicos, lo que constituye un factor de reproducción de la pobreza.
Estos datos corresponden al tercer trimestre de este año: Están actualizados y recalculados para toda la década.
Este récord de pobreza se produjo en un año en que se disparó el dólar, la inflación, cayó la actividad económica y se redujeron entre 15 y 20 puntos el poder adquisitivo de los salarios, las jubilaciones y las prestaciones sociales y, además, se redujo la ocupación laboral tanto formal como informal.
El director del Observatorio Agustin Salvia, dijo que las perspectivas de aminorar la pobreza en 2019 son inciertas, aunque podría reducirse de los altos niveles actuales si los salarios y las jubilaciones suben por encima de la inflación y crece el empleo y no hay un nuevo shock.
Estos datos, aunque esperados, impactaron al Gobierno argentino. En campaña y cuando asumió, el presidente Mauricio Macri había dicho que el objetivo de su gobierno era “pobreza cero”, y hasta aseguró que “si cuando finalice mi gestión no bajó la pobreza, habré fracasado».
Informe oficial de septiembre
El 27 de septiembre último el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) informó que la tasa de incremento de la pobreza en Argentina había sido de 1,6 puntos porcentuales en el primer semestre de 2018 en comparación al mismo período del 2017.
Según este informe oficial, el 27,3% de la población urbana del país sudamericano vive en la pobreza, mientras que el 4,9% vive en condiciones de indigencia. «Es un número que esperábamos y que refleja las turbulencias de los últimos meses y las dificultades que estamos atravesando», reconoció entonces el presidente Mauricio Macri al ofrecer una declaración a la prensa en la Casa Rosada.
Para el informe fue tenido en cuenta el nivel de vida de los 31 centros urbanos más poblados de Argentina. Si bien desde el segundo semestre de 2016 los datos de pobreza registraron bajadas progresivas, el aumento de la tasa está influida principalmente, según los analistas económicos, por la abrupta caída del peso frente al dólar, que comenzó a finales de abril pasado y provocó en agosto una devaluación del 50%, y a la alta inflación.
El aumento del índice de inflación incide en forma directa en la valoración de la cesta básica de alimentos y servicios, que se utiliza luego para medir la línea de indigencia y pobreza.
Es doloroso lo que ocurre en Argentina, un país supuestamente rico en alimentos y recursos naturales, pasa por una crisis alarmante. Acabo de estar en Buenos Aires e impacta ver personas alojando en sus hermosos parques y plazas para salir a mendigar luego, o a madres cocinando lo que pueden en callejones para sus pequeños hijos y durmiendo en colchones o muebles abandonados. La irresponsabilidad de los últimos gobiernos trasandinos y la corrupción generalizada están en la raíz del problema. La Derecha no es solución.