La canciller de Alemania Angela Merkel  dijo este martes a su colega británica Theresa May que no hay espacio para hacer más concesiones de parte de la Unión Europea al Reino Unido, en el marco de una gira europea de la primera ministra para intentar mejorar el acuerdo antes de someterlo a votación en el Parlamentro británico, que, de perderla, significaría su renuncia al cargo y la convocatoria a nuevas elecciones.

En su viaje exprés por distintas ciudades de Europa,  la primera ministra británica  se reunió  con la canciller alemana en Berlín, donde recibió como «un balde de agua fría» la declaración de la alemana: «no habrá más renegociación”.

Así al menos lo revelaron fuentes que tuvieron acceso a esta información. De acuerdo con estas personas, Merkel expresó también su optimismo de que aún era posible alcanzar una solución. Y agregó que cualquier negociación sobre el tema que se intente a partir de ahora tendrá que ser con la UE como en un todo y no de forma bilateral con los países miembros del bloque, según informó la Deutsche Welle.

Tras su reunión con May, Merkel conversó con legisladores de la Unión Cristianodemócrata (CDU) y la Unión Cristianosocial (CSU), a los que reveló detalles del encuentro con la premier británica. A ellos les aseguró que no ve «ninguna posibilidad de cambiar” el acuerdo alcanzado del pasado 25 de noviembre entre Bruselas y Londres.

Por su parte, el portavoz de May dijo a la prensa que tanto la primera ministra como la canciller acordaron permanecer en estrecho contacto mientras May intenta que el Parlamento apruebe el acuerdo. Asimismo, el vocero de la primera ministra dijo que la reunión entre ambas dirigentes realizada en la cancillería, en Berlín, había sido muy positiva. May ya tuvo este lunes que suspender la votación en la Cámara de los Comunes en Londres por temor a perderla. Esto lo hizo en el último minutos de la sesión parlamentaria, ya que de haberla realizado se habría expuesto a una derrota catastrófica.

Ahora parece que May quiere ganar todo el tiempo que le sea posible con la esperanza de que en Navidad, con ponche y pavo, aumente el miedo ante un «brexit” duro y no haya tanta resistencia hacia un acuerdo.

May retrasó, bloqueó y retrasó ciertas decisiones durante las negociaciones y este lunes volvió a hacerlo.  En Bruselas estas no avanzaron, porque Londres negoció principalmente consigo misma. Al final, todo esto ha perjudicado y no ha beneficiado nada al Reino Unido.

En Bruselas no dejan de sacudir la cabeza ante el absurdo teatro en la capital británica. Theresa May ha perdido el resto de credibilidad que aún le quedaba. Es como si estuviéramos viendo una escena cómica de Monty Python. May prometió nuevamente en el Parlamento que será el mejor «brexit” de todos los tiempos, pero no había gente dispuesta a creer en su buena nueva, comentó la Deutsche Welle.

May tuvo que reconocer su derrota. Ella realmente habría intentado todo para satisfacer las demandas de los que están a favor del «brexit”. Pero, ¿será suficiente para vencer la resistencia de los tories y parte de la oposición? Es más que probable que muchos entren aún más en cólera.

Lo peor del retroceso de Theresa May es que pierde el tiempo, que es más que necesario para tomar la decisión final sobre el «brexit”. También esta salida de la UE se puede reconsiderar, porque la mejor solución para salir del callejón sin salida sería un segundo referéndum.

La primera ministra está aún perdiendo más terreno ante los fanáticos del «brexit” de su partido, que ahora están alejándose del «brexit” duro, según las normas de la OMC, incluidos los acuerdos de emergencia con la UE. Todo es una fantasía de consecuencias económicas devastadoras y previsibles.

La jefa del Gobierno británico se reunió temprano esta mañana en La Haya con el primer ministro de los Países Bajos, Mark Rutte. Para esta tarde tiene previstas citas en Bruselas con el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, y con el titular de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker. Los líderes de la Unión Europea aseguraron igual que Merkel,  aseguraron que están dispuestos a ofrecer más aclaraciones pero no una renegociación del acuerdo.

Theresa May se convirtió en primera ministra luego de que David Cameron renunciara al cargo tras la votación del «brexit», en junio de 2016. Desde entonces, May ha intentado determinar qué tipo de «brexit» quiere su Gobierno. La línea más dura del Partido Conservador busca una salida a toda costa. Otros prefieren mantenerse cerca del bloque. La UE ha rechazado muchas de las exigencias de May.

Este lunes la decisión de la corte con sede en Luxemburgo anunció que era posible revocar el brexit solo un día antes de la fecha prevista para la votación del acuerdo en el Parlamento del Reino Unido, donde May justamente tiene posibilidades dudosas de ganar.

Según el fallo del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), el Reino Unido tiene la capacidad de revocar de forma unilateral el artículo 50 de los tratados europeos, con el que inició el proceso de su salida de la UE, el «brexit», al activarlo el 29 de marzo de 2017.

El TJUE precisó en su sentencia que la revocación de la notificación en la que se informaba al Consejo Europeo de la decisión de abandonar la UE, llevada a cabo de acuerdo con los requerimientos constitucionales británicos, tendría el efecto de que el Reino Unido seguiría en la Unión Europea sin cambios en su estatus como Estado miembro.

Para Luxemburgo, la posibilidad de retirar el artículo 50 existe mientras el acuerdo de retirada pactado entre Londres y Bruselas no haya entrado en vigor. El tribunal añadió que, si semejante pacto no se ha concluido, el «brexit» se puede retirar antes de que termine el período de dos años desde que se notificó la intención de abandonar la UE, o cualquier posible extensión que se haya añadido a esos dos años.

El Reino Unido informó al club comunitario de su intención de abandonar la Unión Europea el 29 de marzo de 2017 y, por ese motivo, la salida efectiva de Londres se producirá el próximo 29 de marzo de 2019, pues no se ha decidido prolongar el plazo de dos años. En cualquier caso, el acuerdo de retirada aún debe ser ratificado por parlamentos como el británico o la Eurocámara para que pueda entrar en vigor.

Además de seguir «un proceso democrático de acuerdo con los requerimientos constitucionales nacionales» del país, la revocación debe comunicarse por escrito al Consejo Europeo, órgano que reúne a los jefes de Estado y de Gobierno de la UE. Pero una revocación pondría punto final al proceso de salida de la europa comunitaria, según el TJUE.

Luxemburgo recalcó que el artículo 50 no aborda de manera explícita la posible marcha atrás y que, por tanto, ni la prohíbe ni la autoriza de manera expresa. De acuerdo con la corte, la revocación del «brexit» refleja una decisión soberana de retener el estatus como Estado miembro del club comunitario, un estatus que ni se suspende ni se altera por la notificación sobre la intención de salir de la UE.

Para el tribunal sería «inconsistente» con el objetivo de los tratados europeos (crear una unión más cercana entre los pueblos de Europa) forzar la retirada de un país miembro que, tras notificar su intención de marcharse, decide revocar esa misma notificación mediante un proceso democrático.

El TJUE agregó que someter el derecho a la revocación a la aprobación unánime de los jefes de Estado y de Gobierno de los países, como solicitaban la Comisión y el Consejo, «transformaría un derecho soberano unilateral en un derecho condicional y sería incompatible con el principio de que un Estado miembro no puede ser obligado a abandonar la UE en contra de su voluntad».