El izquierdista nuevo presidente mexicano desde el sábado último Andrés Manuel López Obrador ofrece un ambicioso plan de gobierno con obras y programas sociales y la promesa de crear una «nueva patria» sin corrupción, violencia o pobreza.

Las 3o propuestas más destacadas de López Obrador son:

1.- Acabar con la corrupción y la impunidad (para ello, promueve una ley para que la corrupción sea considerada un delito grave).

2.- Acabar con la «calamidad» del modelo neoliberal, que ha empobrecido la población y cuyo «distintivo» es la corrupción.

3.- Convertir la migración en «optativa y no obligatoria».

4.- Volver la autosuficiencia energética al país con la renovación y construcción de refinerías.

5.-Combatir la pobrezay la marginación «como nunca se ha hecho», poniendo en el centro a los «vulnerables y desposeídos».

6.- Otorgar diez millones de becas a estudiantes.

7.- Crear cien universidades públicas.

8.- Contratar 2,3 millones de jóvenes como aprendices remunerados en empresas.

9.- Aumentar la pensión de adultos mayores al doble y con carácter universal.

10.- Dar un millón de pensiones por discapacidad.

11.- Ayudar a los damnificados de los sismos.

12.- Dar ayudas sociales a las clases más necesitadas y sin intermediarios.

13.- Proporcionar atención médica universal, en un plazo de tres años.

14.- Evitar afectaciones al medio ambiente, instaurar un plan de reforestación y prohibir el ‘fracking’ y los alimentos transgénicos.

15.- Bajar los sueldos de los altos funcionarios, empezando por el del presidente, que percibirá el 40% menos que su antecesor, Enrique Peña Nieto.

16.- Reducir el 50% de los gastos en publicidad oficial.

17.- Eliminar las flotillas de aviones y otros vehículos oficiales. Vender el avión presidencial.

18.- Crear una Guardia Nacional, encabezada por militares, con pleno respeto a los derechos humanos. «El soldado es pueblo uniformado», dijo.

19.- En política exterior, apeló a la política de no intervención y autodeterminación de los pueblos.

20.- Reformar el artículo 108 de la Constitución para eliminar la impunidad y los fueros de altos funcionarios y permitir que el presidente pueda ser juzgado como «cualquier ciudadano».

21.- Erradicar cualquier tipo de fraude electoral.

22.- No aumentar impuestos en términos reales.

23.- No subir los precios de los combustibles más allá de la inflación y, tras rehabilitar las refinerías, dejar de comprar combustible en el extranjero.

24.- Tras la cancelación del aeropuerto de Texcoco, una obra de 13.300 millones de dólares, construir el aeropuerto de Santa Lucía, aledaño a la capital, en tres años.

25.- Respetar los contratos suscritos en el anterior gobierno.

26.- Mantener la autonomía del Banco de México.

27.- No endeudar al país.

28.- Mantener el sufragio efectivo y la no reelección, que actualmente está prohibida en México y requeriría una reforma constitucional.

28.- En dos años y medio, consultará al pueblo si quiere su permanencia en la Presidencia.

30.- Reabrir el caso de Ayotzinapa para llegar a la verdad de los 43 estudiantes desaparecidos en septiembre de 2014 y castigar a los responsables. este fue uno de los momentos más emotivos del acto discurso del mandatario, el que  fue interrumpido por un grupo de legisladores que hicieron un conteo hasta el número 43, en referencia a los estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos en 2014. El emblemático caso es solo uno de los tantos que se acumulan en la actual crisis de inseguridad y derechos humanos tras un sexenio que termina con más de 120.000 muertos y 30.000 desaparecidos acumulados en la última década, lo que representará una prueba de fuego para el nuevo mandatario.

La asunción al poder mexicano

Andrés Manuel López Obrador, el primer presidente de izquierda en la historia reciente de México, tomó posesión de su cargo este sábado y dio pie a un reacomodo del terreno político de una nación que, durante casi un siglo, ha sido gobernada por un partido hegemónico.

Atacado y temido por sus enemigos, admirado y exaltado por sus seguidores, López Obrador es uno de los personajes políticos más conocidos de México. El nuevo mandatario ha sido una gran figura de la oposición política y personifica las demandas de un electorado inconforme que exigió el fin del orden establecido en las elecciones.

López Obrador toma las riendas de un país que enfrenta enormes desafíos como el auge de la violencia, la corrupción enraizada en la vida pública y una reciente crisis migratoria en la que más de seis mil centroamericanos se encuentran varados en la frontera norte con Estados Unidos, mientras esperan asilo.

En materia de política exterior el escenario no es menos complejo. El nuevo gobierno tendrá que lidiar con Donald Trump, el presidente estadounidense que ha basado su plataforma política en una retórica xenófoba, antiinmigrantes y hostil hacia los mexicanos, con lo que ha ocasionado el deterioro y una tensión sin precedentes en las relaciones bilaterales.

López Obrador llegó a la presidencia con una amplia base social, movilizada y anhelante, que acompaña su trayectoria política desde hace dos décadas para dar comienzo a la cuarta transformación. Con una ceremonia protocolaria, el exmandatario Enrique Peña Nieto entregó la banda presidencial a su sucesor.

“Estoy preparado para no fallarle a mi pueblo”, dijo desde la tribuna del Palacio legislativo en la capital del país el sábado. “Ese es mi compromiso, no tengo derecho a fallar”, sentenció tras un largo discurso en el que repasó sus compromisos y promesas, además de comentar algunas de las próximas acciones de su gobierno.

El acto simbólico también significa un cambio histórico de régimen político que se produce en un contexto de incertidumbre y recelo por parte de sus detractores, quienes ven con suspicacia al líder de izquierda, y en medio de la ola de popularidad que lo convirtió en el presidente más votado en la historia contemporánea del país.

En un tono frontal y crítico, el líder del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), tres veces candidato presidencial y ex jefe de gobierno de Ciudad de México, no titubeó en marcar el momento de su investidura con una incisiva reprobación al gobierno saliente de Enrique Peña Nieto (del Partido Revolucionario Institucional), quien se va de Los Pinos como un líder que marcó bajos índices de popularidad.

“Nada ha dañado más a México que la deshonestidad de los gobernantes y de la pequeña minoría que ha lucrado con el influyentismo”, dijo durante la ceremonia el líder de Morena. “Esa es la causa principal de la desigualdad económica y social, y también de la inseguridad y de la violencia que padecemos”, agregó.

El nuevo presidente resumió el mandato de su gobierno con la consigna de acabar con la corrupción y la impunidad. Pero también afirmó que no se realizarán persecuciones contra los antiguos funcionarios públicos.

“No es mi fuerte la venganza, no olvido, pero sí soy partidario del perdón y la indulgencia”, dijo en el Congreso mexicano, mientras argumentaba que será más eficaz cambiar y condenar al sistema económico neoliberal que perseguir y enjuiciar a sus personeros, una propuesta que ha generado críticas por parte de las organizaciones civiles.

Sin embargo, durante los cinco ajetreados meses de su transición, López Obrador ya ha tomado decisiones controversiales como la creación de una Guardia Nacional militarizada, que contradice su promesa de campaña de sacar al ejército de las calles.