ESTUDIO-ANALÍTICO-AMPLIADO

Por Walter Krohne

Theresa May  está «colgando de un hilo» en la política británica  y hay quienes pronostican su inminente caída a medida que pierda más ministros (ya van dos renunciados y también varios funcionarios) como también pueda deteriorarse el apoyo de su Partido Conservador. Y todo esto le  ocurre por la negociación del acuerdo en torno al Brexit (salida del Reino Unido de la Unión Europea).

La primera ministra llegó a un acuerdo la última semana con Bruselas para una salida «más o menos airosa» pero parece que tiene poco o nada de eso.  El pacto comunitario completa ya  un año y medio de negociaciones, pero en el Parlamento en Londres, donde debe aprobarse definitivamente, no llegaría a contar con los votos necesarios.

Si es así habría cuatro consecuencias graves para Europa:

1.- Significaría el fin del actual Gobierno con líderes como May, una mujer de gran liderazgo en la política británica. Esto debilitaría en general al viejo mundo que ya comienza a carecer de líderes fuertes como ya lo vemos en Alemania con el eventual relevo de Angela Merkel,  quien ya anunció que dejará el mando de su partido CDU en diciembre  y no volverá a presentarse a la reelección como canciller para un nuevo período;

2.- Está también el peligro de que así como están las cosas el acuerdo por el Brexit sea rechazado y la salida británica de la UE se realice sin un acuerdo específico, lo que a la larga sería un desastre en las relaciones británicas-comunitarias a partir del 29 marzo de 2019.

3. El Brexit ha demostrado además  que es muy complicado abandonar la toalla tres decidir – el mal llamado divorcio- m  retirarse de una comunidad hitórica completamnente estructurada política, económica y jurídicamente. Quizá Mai seas además muy terca y con poca iniciativa ni ganas de seguir negociando con sus pares en Londres en un tema en el cual se vislumbran pocas salidas. En cambio se ha concentrado más bien en alertar al mundo político  sobre las posibles «consecuencias» para el caso que no se respalde su acuerdo del «Brexit», que para ella serían por  el momento un desastre «desconocido»  y clama por la unidad conservadora y el apoyo de otras fuerzas para dar término a este largo y duro proceso.

4.- Sin el Reino Unido el resto de Europa – la continental,  – sería difícil por el peligroso avance  de la extrema derecha como ocurre en Alemania, Francia, Austria, Polonia y otros.

Hay que pensar que en el Reino Unido lo integran Inglaterra , Escocia, Gales e Irlanda del Norte y es corrector mencionarlas como “naciones” o “naciones constitutivas”. La formación del estado unitario del Reino Unido fue un proceso complejo y largo en la historia, por lo que es una unión administrativa con características únicas. El Reino Unido fue uno de los doce miembros fundadores de la Unión Europea en su inicio en 1992 con la firma del Tratado de Maastricht.

Renuncias ministeriales

Sin embargo, no hay que desconocer que fue un gran revés para ella recibir la renuncia justamente de su ministro para el «Brexit», Dominc Raab, como también l ministra de Trabajo y Pensiones, Esther McVey,  junto con otros miembros de menor rango del Gobierno británico. Todos ellos renunciaron a sus cargos por desacuerdo con el borrador del tratado de salida de la Unión Europea (UE).  Raab, un euroescéptico nombrado en julio tras la dimisión del anterior ministro del Brexit, David Davis, escribió en su carta de dimisión: «No puedo reconciliar los términos del acuerdo propuesto con las promesas que hice al país».  Renunció menos de una hora después de que lo hiciera el secretario de Estado británico para Irlanda del Norte, Shailesh Vara, también por discrepancias con el acuerdo del Brexit. Pocos minutos más tarde, la ministra de Trabajo y Pensiones, Esther McVey, dejaba también su cargo. «El acuerdo que puso usted ayer frente al gabinete no honra el resultado del referéndum» de 2016, en que un 52% de británicos optaron por salir de la Unión Europea, escribió McVey quien votó ella misma a favor del Brexit en aquella consulta. A continuación lo hizo la secretaria de Estado del Brexit (subsecretaria),  Suella Braverman: «He llegado a un punto en el que siento que estas concesiones (hechas a Bruselas) no respetan la voluntad del pueblo», escribió Braverman en su carta de dimisión publicada en Twitter.

Tras cinco horas de un frenético consejo de ministros en Londres, May había anunciado el miércoles por la noche «la decisión colectiva» de su gabinete de respaldar los términos del proyecto de acuerdo alcanzado con Bruselas. Los defensores acérrimos del Brexit en el seno de su Partido Conservador reprochan a la jefa del gobierno haber hecho concesiones inaceptables a Bruselas, especialmente frente a Irlanda del Norte.

«Sé que nos esperan días difíciles», afirmó May el miércoles en referencia a la avalancha de críticas. «Esta es una decisión que será intensamente escrutada», advirtió, pero «creo firmemente que es el mejor acuerdo que podía negociarse».

Pedido de renuncia a May

Legisladores de su propia fuerza conservadora pidieron su renuncia, mientras que el Parlamento debe decidir si acepta o no las condiciones pactadas entre Londres y Bruselas

Sin embargo, May insiste: «Creo por completo que el rumbo que he marcado es el correcto para nuestro país y para toda nuestra gente. Mi objetivo es avanzar en favor del «interés nacional», admitiendo si que las negociaciones con la UE le han obligado a tomar decisiones «difíciles» e «incómodas», pero subrayó que «nunca he puesto por delante los intereses de su formación, el Partido Conservador, ni los suyos personales».

May defiende que el borrador de acuerdo  permitirá «poner fin a la libre circulación de personas de una vez por todas» y servirá para que el Reino Unido «retome el control completo» de sus finanzas y sus leyes.

Preguntada por los periodistas sobre qué hará si el Partido Conservador presenta una moción de confianza sobre su liderazgo, tal como han amenazado algunos diputados «tories», May se limitó a responder que «el liderazgo supone tomar las decisiones correctas, no las más fáciles», pero descartó ante los diputados que se haya planteado abandonar el cargo. En una rueda de prensa recalcó además que continuará «trabajando» para alcanzar el mejor «brexit» posible para el Reino Unido.

Las posibilidades de rechazo del proyecto de acuerdo y la renuncia de su principal ministro en esta negociación hizo por momentos caer fuertemente  la libra esterlina que llegó a US$1,2858 frente a los US$1,3027.

La primera ministra, afectada por la ola de renuncias en su gabinete, admitió por primera vez la posibilidad de que no se concrete la salida de la Unión Europea. Legisladores de su propia fuerza pidieron su renuncia, mientras que el Parlamento debe decidir si acepta o no las condiciones pactadas entre Londres y Bruselas

Un líder de la facción pro-Brexit del Partido Conservador británico pidió convocar a un voto de confianza contra la primera ministra, Theresa May, como rechazo al acuerdo alcanzado entre Londres y Bruselas sobre las condiciones de salida a la Unión Europea. Jacob Rees-Mogg cumplió con el proceso de escribir una carta a Graham Brady, actual titular del llamado Comité 1922, quien debe recibir el pedido de 48 diputados (15% del grupo parlamentario) para convocar al voto de confianza.

La postura de Rees-Mogg probablemente sea seguida por otros miembros del sector: el líder encabeza el denominado European Research Group, formación que cuenta con cerca de 50 integrantes, aunque algunos ya señalaron que no hay un consenso general.

De todas formas, el envío de la carta ya fue realizado por la legisladora Anne Marie Morris, según lo confirmó a Sky News. Más enfático se mostró el parlamentario Andrew Bridgen, quien pidió la renuncia de May.

De alcanzar la cifra requerida, May sería sometida al voto de los 315 congresistas conservadores, quienes la reemplazarían en caso de no otorgarle la confianza.

Los sectores euroescépticos rechazan un “Brexit suave” que otorgue concesiones a Bruselas. Entre los tories partidarios de un brexit duro, el tratado que espera formalizar May no es aceptable porque consideran que puede obligar al Reino Unido a seguir las normas comunitarias sin poder influir en ellas durante varios años.

La ley británica establece que deben celebrarse elecciones cada cinco años, con solo dos excepciones: si lo piden dos tercios de los diputados o si tras una moción de censura los diputados no se ponen de acuerdo en un período de quince días sobre el nombramiento de un nuevo primer ministro.

La diputada tory Nadine Dorries afirmó, tras conocer la decisión del gabinete, que esta es «la ruta más rápida para unas primarias» en la formación.

Mark Francois, vicepresidente del European Research Group (ERG), que agrupa a algunos de los conservadores más euroescépticos, indicó que muchos de sus colegas están «molestos» con el texto que ha acordado May, y emplazaron que van a esperar «a ver qué ocurre en los próximos días».

Aprobación con encierro

No hay un Plan B para el Brexit dijo la UE a través del negociador Michel Barnier (en la foto izquierda)

El miércoles Theresa May encerró a todos sus ministros durante más de cinco horas (cerró con llave la puerta de la sala de reunión en Downing Street y la tiró por la ventana). Este fue el único modo hallado por ella para salvar el acuerdo del Brexit alcanzado con la UE  y lo obtuvo a pesar que el bando euroescéptico hablaba de “traición” y llamaba a los ministros a rebelarse.

“Sé que esta decisión será sometida a un intenso escrutinio”, dijo May ante el solitario micrófono instalado a las puertas de Downing Street. “Pero es la decisión que ayudará a construir un futuro para nuestro país. La alternativa es volver a la casilla de salida y fracasar en la promesa que hicimos hace dos años, después del referéndum”.

Sin embargo el negociador de la UE, Michel Barnier, declaró que todavía queda por delante «mucho trabajo» y un camino «largo y quizá difícil».

David Davis, el exministro para el Brexit que hoy se postula como candidato en la sombra para suceder a May, habló del “momento de la verdad, de la encrucijada que estábamos esperando”, y también exigió a los miembros del Ejecutivo que hicieran fracasar los planes de la primera ministra.

“Por primera vez en mil años el Parlamento británico va a perder la capacidad de decidir con qué leyes se gobierna el país. Se trata de una situación increíble”, aseguró el exministro de Exteriores y furibundo euroescéptico Boris Johnson.

Irlanda del Norte

May reconoció en su intervención que todavía quedan muchos obstáculos por superar. Los términos del acuerdo, imprescindibles para salvar el escollo de Irlanda del Norte, atan al Reino Unido con las instituciones comunitarias por mucho más tiempo, y de un modo más estricto, de lo que reclamaban los euroescépticos. La espinosa cuestión de la frontera entre Irlanda e Irlanda del Norte ha obligado a May a modificar su estrategia sobre la marcha: de la ruptura brutal que defendía hace dos años ha acabado aceptando un brexit blando, con vínculos estrechos con la UE, y se ha ganado la ira de los más euroescépticos de su propio partido. Por lo demás, la primera ministra británica ha acabado capitulando a las exigencias de Bruselas en la mayoría de capítulos, como la factura de salida o el papel del Tribunal de Justicia de la UE, que tendrá la última palabra sobre derechos de los ciudadanos o la interpretación del acuerdo de divorcio. Estas son las claves del compromiso entre Bruselas y Londres.

“Es un acuerdo pobre, un mal acuerdo, el acuerdo que la propia primera ministra aseguró que no aceptaría. La gente se va a escandalizar con este resultado”, aseguró Sammy Wilson, del DUP, el partido de los unionistas norirlandeses que mantiene a flote la mayoría parlamentaria conservadora. Su principal exigencia era que Irlanda del Norte no tuviera un trato distinto al del resto de Reino Unido y nada indica que vaya a ser así.

El Partido Laborista ha dejado ya bastante claro, sin conocer aún los detalles del documento o borrador que tiene 585 páginas, lo considera un mal acuerdo, contrario a los intereses de los trabajadores británicos, y declaró que votará en contra.

El Partido Nacionalista Escocés anticipó también su rechazo. La ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, aseguró que el pacto alcanzado supone “lo peor de ambos mundos” y una mala noticia para la región.  Partidarios de la celebración de una segunda consulta, para dar de nuevo la palabra a los ciudadanos británicos, se concentraron en las últimas noches en  las calles de Londres. Partidarios del Brexit acudieron a manifestarse a las puertas de Downing Street.

El documento

Las 585 páginas del documento contienen 185 artículos, 3 protocolos y varios anexos.  A ello hay que sumar una declaración política de 8 páginas que esboza la relación futura entre Bruselas y Londres tras el Brexit (ver por separado el Documento del Brexit).

¿Cuáles son los próximos pasos? Tras un análisis detallado en las capitales, los jefes de Estado y de Gobierno celebrarán una cumbre extraordinaria el 25 de noviembre para sellar el acuerdo. Después llegará el turno de la Cámara de los Comunes, que tiene previsto votar alrededor del 10 de diciembre. La Eurocámara se pronunciará en febrero o marzo. ¿Qué pasa si el Parlamento británico rechaza el pacto? ¿Hay posibilidades de renegociarlo?  Lo único que está claro es que el Reino Unido se irá de la UE el 29 de marzo de 2019.