Antes del partido ante México dije que “tenemos que jugar bien y ganar, pero si no se puede jugar tan bien, es importantísimo ganar o empatar desarrollando un juego razonable”. ¿Qué es razonable? Tratar de parecer un equipo, con un sistema definido y que se sepa “nítidamente” a lo que se juega. Hasta el momento Reinaldo Rueda no lo ha conseguido. En ocho amistosos ha probado a 41 jugadores, ha ganado 3 partidos, empatado 3 y perdido 2; ha recibido 9 goles y Chile ha convertido 8; balance regular, teniendo presentes los rivales enfrentados. México anoche alineó con solo dos de los jugadores que hace cuatro meses vencieron a Alemania en el Mundial de Rusia, Hirving Lozano y Jesús Gallardo. Esto hay que tenerlo en cuenta para ponderar el triunfo en la agonía frente a los aztecas.

Alexis, Vidal, Medel, Isla, Maripán, Mena, Rocco, Pulgar, Paulo Díaz y el portero Brian Cortés ya están en “sintonía”, pero mientras Chile no encuentre una verdadera “manija” o “patrón” de juego será muy difícil recuperar el nivel que venía mostrando nuestra selección. ¿Qué es la “manija” de un equipo? Es simplemente un Jorge Valdivia, un David Pizarro, un “Coto” Sierra, un Fabián Estay y, hurgando en el pasado, un “Chamaco” Valdés o un “Cuá Cuá” Hormazábal. Así de simple, es el jugador que esta siempre destapado o libre para recibir el balón, aunque lo marquen. Es el que se echa el equipo al hombro y el que administra los tiempos en un partido, todo esto sumado a un gran talento futbolístico, que lo debe caracterizar.

Diego Valdés ha tenido oportunidades y ayer, lamentablemente, demostró que hasta ahora no da la talla y está muy lejos del “volumen futbolístico” de los históricos.

El técnico Rueda debe preocuparse de buscar “urgente” este tipo de jugador; no es fácil encontrarlo, pero debe insistir. Pienso que convocar a Matías Fernandez, de 32 años, es más de lo mismo, es una pérdida de tiempo y “traba” la renovación que necesita la selección chilena. También son preocupantes los rendimientos de Junior Fernandez, Angelo Sagal y Alfonso Parot, que no han logrado “encajar” en la escuadra nacional.

La victoria ante México les da un respiro a todos, dirigentes, técnicos y jugadores, porque no era fácil este partido. Se venía de perder ante Perú por 0-3, en una muy mala presentación La Roja, y en los últimos dos amistosos no se habían marcado goles. Para peor, los mexicanos tenían mucha sangre en el ojo con Chile, pues no olvidan la goleada de 7-0 que le propinamos en la copa Centenario: para ellos era la oportunidad de una “venganza deportiva”.

Por todo lo anterior fue importante el triunfo en el repleto estadio de Querétaro, más allá de si se jugó bien, mal o regular. Tengamos confianza en nuestro técnico y jugadores, especialmente en Alexis Sánchez, que, a los 29 años, tiene mucho que dar todavía. Nuestra Selección y Chile lo necesitan más que nunca.