El detonante de la convocatoria radical del domingo en la ciudad alemana de Chemnitz fue la muerte de un ciudadano de 35 años -un carpintero de origen cubano, según informaciones del semanario Der Spiegel– que se vio inmerso en lo que fuentes policiales tildaron de «pelea verbal» en las fiestas de la ciudad.
En la disputa se vieron involucradas varias personas más, de diversas procedencias y nacionalidades, entre ellos un sirio y un iraquí, de 23 y 22 años respectivamente, detenidos como presuntos autores materiales de la muerte a cuchilladas del hombre y a los que se les imputa homicidio.
Lo que siguió a continuación, según relató la portavoz policial, Sonja Penzel, fue una convocatoria a través de las redes sociales entre los hooligans y neonazis de la ciudad a concentrarse en un punto determinado para mostrar «a los extranjeros quién manda aquí».
Entre los 800 ultraderechistas concentrados había un grupo de unos 50 neonazis identificados por las fuerzas policiales como «violentos», indicó Penzel, quienes «comandaron» al resto, mientras se ignoraba las órdenes de dispersarse de las fuerzas policiales desplegadas por el centro de Chemnitz.
Se tiene constancia de tres agresiones o situaciones de acoso contra extranjeros -un afgano, un sirio y un búlgaro- en puntos distintos de la ciudad y en los tres casos contra personas que se encontraron de forma casual con los radicales.
Tanto la portavoz como el titular de Interior del Land apelaron a la colaboración ciudadana para localizar a los responsables de estas u otras posibles agresiones, al tiempo que pedían «moderación» y «prudencia» ante las nuevas convocatorias realizadas en relación a lo ocurrido.
La Policía local reforzó sus dispositivos ante dos concentraciones de signo distinto junto a la estatua de Karl Marx (símbolo de Chemnitz, que en tiempos de la Alemania comunista se llamó Karl-Marx Stadt), una en contra de la xenofobia y otra de signo neonazi, convocadas a través de las redes.
El portavoz del Gobierno alemán, Steffen Seibert, condenó por su parte cualquier tipo de «acoso» contra extranjeros y declaró que «en Alemania no hay espacio para tomarse la justicia por su mano, para grupos que quieren propagar el odio en las calles, para la intolerancia y para el extremismo».
El diputado de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) Markus Frohnmaier había llamado abiertamente a los ciudadanos el domingo a través de su cuenta de Twitter a tomarse la justicia por su mano.
Chemnitz, como el resto de Sajonia y el conjunto del este de Alemania, es zona de fuerte implantación para esa formación, que en las elecciones generales del año pasado se alzó en esa parte del país con un 22%, casi diez puntos por encima de la media nacional (12,6%).
En la capital del Land se originó, en 2014, el movimiento Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente (Pegida), con fuerte vínculos con al partido de ultraderecha alemán AfD, a pesar de no tener una estructura común.
Los disturbios de Chemnitz siguen al escándalo desatado la semana pasada, a raíz de una protesta convocada por Pegida en contra de la presencia ese día en Dresde de la canciller Merkel.
Un manifestante increpó y trató de impedir ser grabado por un equipo de la televisión pública ZDF, que acabó retenido durante 45 minutos por la policía, lo que causó una ola de indignación entre los medios de comunicación y la clase política por la presunta connivencia de esos agentes con el simpatizante de Pegida.
Posteriormente salió a relucir, además, que el manifestante trabaja en el departamento de Investigaciones de lo Criminal del Land, lo que aumentó el estupor por lo ocurrido.
La propia Merkel salió en defensa de la libertad de prensa y recordó ahí que todo aquel que acude a una manifestación tiene que contar con que puede ser filmado.
Diez personas son investigadas
La Policía alemana ha abierto investigaciones por la exhibición del saludo hitleriano y otros símbolos nazis en la manifestación ultraderechista en Chemnitz, que se saldó con seis heridos.
Hacer el saludo nazi está prohibido en Alemania, un país en el que la apología del nazismo o la negación del Holocausto son un delito castigado con penas que pueden ir desde una multa hasta los cinco años de cárcel.
Marcha de ultraderecha reúne a miles
Los diez investigados imitaron el saludo de Adolf Hitler en el marco de una marcha de ultraderecha en reacción a la muerte de un hombre de 35 años ocurrida el fin de semana durante una pelea presuntamente con inmigrantes.
Por el momento, la Justicia alemana dictó una orden de detención contra un sirio de 23 años y contra un iraquí de 22 años, quienes presuntamente apuñalaron a la víctima tras mantener una discusión.
Merkel condena acoso xenófobo
Este martes, en una conferencia de prensa, la canciller alemana, Angela Merkel, subrayó que el acoso xenófobo «no tiene cabida en un Estado de derecho» como Alemania.
«Se cometió un horrible crimen, por el que fueron detenidos sus presuntos responsables», apuntó la jefa del Gobierno alemán. Los pensamientos de todos «están con los familiares de esa víctima», añadió.
Poco antes, su ministro del Interior, Horst Seehofer, ofreció enviar refuerzos policiales a Sajonia, el estado federado en el que se encuentra Chemnitz, si las autoridades regionales lo precisan.
La protesta de este lunes, la segunda que los extremistas de derecha secundaron en poco más de 24 horas en un ambiente de creciente tensión, se celebró de forma simultánea a una contramanifestación convocada por simpatizantes de izquierda. La concentración neonazi había congregado a 6.000 personas, mientras que la de signo contrario reunió a unos mil seguidores, según informó el ministro del Interior sajón, Roland Wöller.