Por Martín Poblete

Por muchos años, el centro político chileno estuvo en el Partido Radical, apoyado por coaliciones integradas por partidos de izquierda, gobernó catorce años consecutivos con los presidentes Pedro Aguirre Cerda, Juan Antonio Ríos, y Gabriel González Videla.  Había un electorado moderado, de centro, dispuesto a darle sus votos a los candidatos radicales; sin perjuicio de perder el gobierno en 1952, el Partido Radical mantuvo su posición del mas votado hasta la elección municipal de 1963, cuando fue desplazado por la Democracia Cristiana.

Los democristianos empezaron a ganar el centro político en 1957, cuando Eduardo Frei Montalva resultó elegido senador por Santiago con alta votación; en 1958 se confirmó la tendencia con la primera campaña presidencial de Frei Montalva, después vino el triunfo en la elección presidencial de 1964, seguido por la victoria en la elección de diputados y senadores de 1965.  Por largo tiempo, sin perjuicio de los años de la dictadura, el centro político estuvo anclado en la Democracia Cristiana; la declinación de este Partido ha dejado mas de un millón de votos con variados pelajes de centro sin domicilio electoral, el giro de un número considerable de ellos a votar por Sebastián Piñera en la segunda vuelta de la reciente elección presidencial, dejó en evidencia su importancia, por ello varios de los protagonistas en el actual escenario político están maniobrando para captarlos.

El Partido Demócrata Cristiano es el mas directo interesado en reencantar a los ciudadanos de centro, del éxito en este empeño dependerá, en gran medida, el de la nueva Directiva encabezada por Fuad Chaín; los indicadores empezarán a notarse en el anunciado esfuerzo de revitalización interna, la prueba de fuego llegará con la elección municipal y de gobernadores regionales en 2020, en esa elección se jugará el futuro de la DC.

Dos interesados en proyectarse moderados son el Partido Radical Socialdemócrata y el PPD, el presidente de este último grupo, el ex-Canciller Heraldo Muñoz, ha sido explícito en su intención de buscar reubicarse hacia el centro, esperando así recuperar los muchos votos perdidos, volver a tener presencia relevante.

En la coalición de gobierno, Renovación Nacional ha dejado en manos de tres senadores la búsqueda de aperturas al centro político, Andrés Allamand, Francisco Chahuán, y Manuel José Ossandón, cada uno con su propio estilo y lenguaje;  el resultado de la maniobra está ligado a la percepción del gobierno del Presidente Piñera, si los moderados conservadores dejados huérfanos por la DC  optan por acompañar al gobierno, su mas probable domicilio estaría en Renovación Nacional.

Quedan varios grupos cuyo electorado natural debiera estar en el centro.  En primer lugar se debe considerar a Progresismo con Progreso, integrado por ex-democristianos, les falta decidir constituirse en partido político, está por verse si serán capaces de hacerlo.  Ciudadanos decidirá su destino en la elección de dirigencia fijada para mediados de agosto, sus perspectivas parecen remotas.

Evópoli, con su deriva liberal extrema en lo social, no estaría bien posicionado para competir por el electorado centrista.

Finalmente, dos actores importantes no demuestran mayor interés en salir a buscar a los electores de centro moderado.   El Partido Socialista se ha lanzado a reafirmar su identidad de izquierda, tiene la competencia del Frente Amplio.   La UDI, con problemas internos, mas la amenaza eventual de una oferta de extrema derecha por José Antonio Kast, tiene otros asuntos mas inmediatos que salir a encontrarse con el centro.