La canciller alemana Angela Merkel que recientemente cumplió 64 años de edad, insistió en una conferencia de prensa en Berlín, de 90 minutos de duración, que las relaciones internacionales atraviesan un punto de inflexión, que dará paso a un nuevo equilibrio de poderes, todavía incierto.

“Lo que hemos considerado natural durante muchas décadas, que EE UU se considere el poder regulador del mundo, para bien o para mal, no está asegurado en el futuro”, sostuvo Merkel.

“El orden mundial está cambiando y hay mucho por hacer”, dijo la canciller tras mencionar la creciente asertividad de China y de Rusia. Los nuevos equilibrios sitúan a Europa ante nuevos desafíos, analizó.

“La UE se encuentra en pleno proceso de transformación. […] reconoce la seriedad de la situación, pero no está claro hasta qué punto vamos a ser capaces de hacer frente a los desafíos con la necesaria celeridad”

Las relaciones transatlánticas “están bajo fuerte presión”, admitió, para insistir luego en su determinación a “no abandonar el multilateralismo”.

EE UU sigue siendo un “aliado fundamental”, enfatizó, pese a reconocer que la amenaza de aranceles por parte de EE UU a la producción automotora europea es un “peligro para la prosperidad de muchos”, ante los que Europa deberá aprobar “contramedidas”. Merkel no entró en valoraciones sobre las descalificaciones personales que le ha dirigido Trump.

Valoró, por el contrario, positivamente que a la cumbre celebrada en Helsinki entre Trump y el líder ruso, Vladímir Putin, haya seguido una invitación para otro encuentro en Washington -”que ambos presidentes se reúnan para hablar es un signo de normalidad”, dijo. El diálogo es la vía “correcta” y “sensata”, insistió Merkel, defensora de que “hablar es bueno para todos”.

En el plano interno alemán, la canciller se comprometió a cumplir su mandato, pese a las luchas internas con su ministro de Interior Horst Seehofer y también a las hostilidades lanzadas por el presidente estadounidense, Donald Trump. Así lo ha confirmado en su tradicional rueda de prensa de balance previa a sus vacaciones estivales.

El tema dominante en dicha rueda de prensa fue la confrontación mantenida durante semanas con su ministro del Interior y líder de la Unión Socialcristiana (CSU).

Hasta tres veces, la canciller negó plantearse dimitir por sentirse cuestionada ante el ministro Seehofer. Un ministro que amenazó con reimplantar por su cuenta controles fronterizos para impedir la entrada de refugiados previamente registrados en otros países de la UE. Lo fundamental es que finalmente se “alcanzaron compromisos” y que su ministro no se “extralimitó en sus competencias”, añadió, ante la pregunta sobre por qué no cesó a Seehofer. El objetivo es lograr una “inmigración legal y ordenada”