Por Walter Krohne

El presidente Donald Trump habla tanto fuera como dentro de EE UU y muchas cosas que dice  son “barbaridades ingenuas u inconsciencias” que revelan una cierta falta de conocimientos en materia de política internacional. Esta es la crítica que le hacen a Trump algunos analistas europeos y americanos y que también la subrayaron hoy cuando el presidente de visita en Bruselas para participar en la cumbre de la OTAN, hizo sus primeras declaraciones que sorprendieron a muchos porque se lanzó en picada en contra de los alemanes.

“Alemania –dijo- es una prisionera de Rusia. Alemania está totalmente controlada por Rusia” e insistió en que era “muy triste” que Alemania hiciera  un acuerdo “masivo” de gas y petróleo con ese país, mientras “se supone” que Estados Unidos debe proteger a sus aliados frente a Moscú. Para muchos analistas  existe la convicción de que Trump cree que seguimos viviendo en la época de la “guerra fría” (terminada en 1990) cuando el capitalismo era Estados Unidos con sus aliados europeos y la Unión Soviética, era la cuna del socialismo soviético.

La pregunta que se hicieron algunos críticos de las ideas de Trump es ¿si la política de su gobierno ha tenido la capacidad de medir el daño que le está causando al mundo con la guerra comercial por él iniciada contra Europa, Canadá, México y China?

Esta política perversa ya ha sido respondida por los países afectados como es la implantación también a EE UU de aranceles equivalentemente excesivos para sus importaciones desde la Unión Europea, similares al 25% que el imperio americano le ha comenzado a cobrar a Europa tras activar el denominado arancel del acero y un 10%  para el aluminio.

Hay que hacer notar que esta guerra de Trump es precisamente una guerra comercial contra sus grandes aliados como la Unión Europea, México y Canadá. Entonces ¿con qué cara Trump puede quejarse del acuerdo de gas y petróleo que mantiene Alemania con Rusia y no con EE UU?

A veces no se sabe bien lo que Trump  quiere realmente, si es un mercado abierto con los europeos y aliados o esta guerra que, según él, favorecería a su credo “inclaudicable” de “América primero”.  Washington pide cambios para reducir el déficit comercial con los países europeos y China, pero las conversaciones no han fructificado y la escalada arancelaria ya está lanzada, es decir el remedio ha sido peor que la enfermedad porque el contagio no se expandirá sólo en Europa y China, sino por todo el mundo.

”Alemania paga miles y miles de millones de dólares al año a Rusia”, fue la parte final de la crítica de Trump quien calificó la situación de “muy inadecuada” y dijo lamentar que el excanciller alemán Gerhard Schröder presida el gasoducto Nord Stream 2, a cargo de la gasista estatal rusa Gazprom.  “Alemania está totalmente controlada por Rusia, porque recibe entre el 60 y el 70 % de su energía de Rusia con un nuevo gasoducto”, dijo Trump.

El tema fue abordado por el presidente en el marco del financiamiento de la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN), punto en el que preguntó de si era adecuado  lo que hacía Alemania en su «estrecha» relación con Rusia porque a mí me parece que no y creo que es una cosa muy mala para la OTAN, no creo que debiera pasar y creo que debiéremos hablar sobre ello con Alemania”, afirmó. Trump criticó que Alemania destine solamente algo más del 1 % del PIB al gasto militar, mientras Estados Unidos aportó en 2017 el 3,57 %, según los datos de la  entidad militar creada principalmente por presiones de EE UU. (La OTAN fue creada en 1948 tras la Segunda Guerra Mundial como una asociación política . Sin embargo, la guerra de Corea en los años cincuenta convirtió a esta organización en una coalición permanente, naciendo entonces una nueva estructura militar bajo la dirección de los comandantes de Estados Unidos).

En otras palabras, Trump quiere más gastos militares “para protegerse y proteger” al mundo occidental, lo que se podría resolver de mejor manera teniendo buenas o mejores relaciones con el resto del mundo sin practicar su permanente política confrontacional.

Pero en esta materia el mandatario estadounidense no aprende o no quiere aprender porque después de todo lo que criticó la relación-comercial germano-rusa hoy en Bruselas, el próximo lunes se encontrará frente a frente con el presidente ruso Vladimir Putin en Helsinki, en su primer encuentro oficial. Entre los temas está el de la presunta injerencia rusa en las elecciones estadounidenses de 2016 que tiene al “hombre de Washington” bailando en la cuerda floja.