Por Enrique Fernández
El caso de la periodista Corita Cid Recabarren, que sufrió la amputación de su pierna derecha después de ser atropellada por un bus del Transantiago, no apareció en la televisión ni en las portadas de ningún diario. Ella fue protagonista de un drama que truncó su vida, pero no es una figura de la farándula, ni de la política, ni del deporte. Por lo tanto, no es noticia.
El accidente
A diferencia de tantos personajes que se atribuyen aptitudes periodísticas que no tienen, para opinar sobre esto o aquello, Corita exhibe una carrera profesional alejada de halagos y artificios. De contextura frágil y voz suave, la noche del jueves 10 de mayo le pidió al chofer del bus que le abriera una de las puertas traseras para descender. El conductor, ansioso por continuar la carrera, cerró la puerta de inmediato y aprisionó un pie de Corita, que cayó al pavimento.
– ¡Deténgase…!, gritaron varios pasajeros.
La petición llegó tarde, porque la pesada máquina pasó con sus ruedas traseras sobre la pierna derecha de la periodista. Tres semanas después, el jueves 31 de mayo, sobrevino la amputación, en el Hospital El Salvador. Así se interrumpió una trayectoria profesional que comenzó en 1970, cuando se tituló de periodista en la Universidad de Chile. Después sus inquietudes la llevaron a ejercer las relaciones públicas de la Corporación de la Reforma Agraria y tareas periodísticas en Radio Nuevo Mundo, Radio Umbral y otros medios informativos.
Hoy, de regreso en casa pero bajo un estricto tratamiento de recuperación, se siente conmovida por el apoyo de sus amigos y colegas. Con su habitual optimismo está segura de que podrá superar el trauma físico y sicológico, a pesar de los dolores que todavía aparecen en la zona donde estaba su pierna, más debajo de la rodilla. “Dolores fantasmas” es el nombre que reciben en el lenguaje clínico, porque la paciente cree percibirlos en una parte del cuerpo que ya no está.
Lo que viene ahora, además de la recuperación, es el juicio por cuasi delito de homicidio contra la empresa propietaria del bus y el chofer, que por ahora perdió su licencia pero quedó en libertad.
Solidaridad y apoyo
A las muestras de solidaridad y apoyo, además de una campaña para obtener aportes económicos, se sumó una declaración de “La Mesa de don Camilo”, agrupación de periodistas de larga trayectoria, cuyo texto es el siguiente:
“Hace ya unas semanas, la periodista Cora Cid Recabarren, de anónima pero dilatada trayectoria en el acontecer del periodismo nacional del último medio siglo, sufrió un accidente, del cual se responsabiliza al Transantiago. Los antecedentes del trágico hecho están en manos de la Justicia.
En estos momentos, Cora se repone de la amputación de una de sus piernas y, consecuentemente, enfrenta un futuro de penosas y difíciles consecuencias. Y nosotros, como colegas de Cora y unidos profesionalmente en la fraterna Mesa de Don Camilo, estimamos inadmisible el hecho de que en ningún medio de comunicación del país haya sido consignado este accidente que, si hubiese sucedido a algún o alguna colega de mayor renombre o participante en programas de televisión, habríase transformado en noticia de importancia nacional y portada de periódicos.
Los miembros de La Mesa de Don Camilo, constituida por periodistas de larga trayectoria y observadores de la realidad nacional en sus aspectos políticos y consecuentemente comunicacionales, no queremos quedar ajenos al devenir de nuestra colega Cora Cid, como también deseamos señalar que los hechos noticiosos, en este caso el desgraciado accidente de una de los nuestros, son importantes en sí mismos y no se deben considerar publicables en tanto si la persona en cuestión fuese o no parte de la actualidad popular o farandulesca que, desgraciadamente, actualmente nos caracteriza y nos desinforma”.
Periodistas de La Mesa de Don Camilo
Sergio Campos, Jorge Andrés Richards, Enrique Martini, Miguel Davagnino, Leonardo Cáceres, Erasmo López,
Enrique Contreras, Federico Gana,
Felipe De la Parra, Enrique Fernández, Marcelo Castillo, Marcel Garcés, Christian Ruiz, Alejandro Arellano
Excelente comentario. Pero sería bueno pasar a la acción. Por ejemplo, hay una cuenta corriente que recibe los aportes de quienes solidaricen con Cora y un juicio pendiente para sancionar al chofer.