Foto de portada es la imagen oficial de la cumbre
Con una declaración de cuatro puntos, que algunos analistas consideraron vaga e imprecisa, los presidentes de Estados Unidos, Donald Trump, y de Corea del Norte, Kim Jong , cerraron la histórica Cumbre de Singapur, la primera que realizaron ambos países después de un largo proceso y pasando desde un período de mucha tensión para el mundo y también con un ambiente belicista, registrado hace sólo seis o siete meses, a darse cordialmente un fuerte apretón de manos como ocurrió esta madrugada en Chile, pero en un día martes en el este asiático.
La declaración aprobada es la que sigue:
- Los Estados Unidos y la RPDC se comprometen a establecer nuevas relaciones entre los Estados Unidos y la República Popular Democrática de Corea según el deseo de los pueblos de los dos países por la paz y la prosperidad.
- Los Estados Unidos y la RPDC se unirán a sus esfuerzos para construir un régimen de paz duradero y estable en la Península de Corea.
- Reafirmando la Declaración de Panmunjom, del 27 de abril de 2018, la RPDC se compromete a trabajar hacia la desnuclearización completa de la Península Coreana.
- Los Estados Unidos y la RPDC se comprometen a la recuperación de los POW/MIA (prisioneros de guerra y desaparecidos en acción de combate) restantes, incluida la repatriación inmediata de aquellos ya identificados.
La ceremonia de firma con toda la formalidad de los acontecimientos de Estado. Banderas de los dos países. Una mesa en el centro de la habitación. Funcionarios solemnes.
Sin embargo, en el momento de la firma misma ocurrió un altercado minúsculo cuando los dos estadistas procedían a firmar el documento con lapiceros personalizadas, vino la hermana de Kim, Kim Yo-jong, su mano derecha, y procedió en el último minutos a sustituír el lapicero de su hermano por otro que ella portaba en el bolsillo. Esto lo hizo «para evitar el posible contacto que podría haber tenido el lápiz con sustancias sospechosas» como se comentó entre la prensa presente en el encuentro del Hotel Capella, en la isla Sentosa de Singapur.
Luego todo terminó con un apretón de 12 segundos de duración.
El inició del encuentro fue pasadas las cero horas (hora chilena) del martes en Singapur.
«Hemos superado muchos obstáculos para llegar aquí», dijo Kim Jong-un. al iniciarse la reunión, y Trump apuntó: «Vamos a tener una gran relación».
Con un breve apretón de manos y fotos para la prensa, los dos empezaron este martes la cumbre histórica en Singapur, la primera entre un presidente de EE. UU. y un líder norcoreano.
Con un fondo de banderas estadounidenses y norcoreanas, en el patio del hotel Capella en la isla de Sentosa, los dos líderes mostraban un semblante distendido, ajustándose estrictamente al protocolo.
Ya lo había adelantado el secretario de Estado de EE UU, Mike Pompano en una conferencia de prensa horas antes en Singapur, en la que dijo que Estados Unidos estaba «preparado» para ofrecerle a Corea del Norte garantías de seguridad que “no tienen precedentes” en la historia de las negociaciones nucleares entre los dos países.
«Estamos preparados para ofrecer garantías de seguridad que son diferentes, únicas, respecto a lo que Estados Unidos ha hecho en el pasado», dijo Pompeo a la prensa.
“Las medidas darán a Corea del Norte una certeza suficiente de que pueden estar cómodos sabiendo que la desnuclearización no acaba mal para ellos», explicó Pompeo.
Eso no significa, subrayó, que el Gobierno de Trump haya «cambiado» el objetivo de su acercamiento diplomático a Pyongyang.
«La desnuclearización completa, verificable e irreversible de la península coreana es el único resultado que aceptará Estados Unidos», destacó Pompeo