Con análisis del especialista de Kradiario Martín Poblete
Increíble pero cierto: El Presidente de Estados Unidos aprobó un acuerdo de siete países del G-7 y posteriormente por tuit decide dar marcha atrás y rechazarlo.
Así lo relató la canciller alemana Angela Merkel: «Habíamos estado hablando seriamente de temas claves, habíamos llegado a un acuerdo y luego la forma como el Presidente retiró su apoyo, a través de un tuit, fue como una ducha fría e incluso deprimente».
La líder alemana entregó este relato a la cadena germana de TV ARD.
Merkel reiteró que Europa tiene que tomar su destino en sus manos, en ocasiones junto con Japón y Canadá, ante un presidente de EE UU que tiene una agenda clara en la cumbre en La Malbabie en Canadá.
En la disputa comercial con EE UU, Merkel llamó a los europeos a permanecer unidos y seguir haciendo esfuerzos por evitar una escalada.
Interrogada acerca de si se podía imaginar la idea de abolición completa de los aranceles propuesta en determinado momento con Trump, Merkel dijo que en un caso ideal se podía llegar a ello pero advirtió que también hay que tener el cuenta el tema de las subvenciones.
«El tema de los aranceles no se puede mirar aisladamente, hay que pensar también en temas como las subvenciones», dijo.
Con respecto a un posible regreso de Rusia al G7, Merkel dijo que se lo podía imaginar para un futuro pero que para ello tenían que darse las condiciones.
No obstante, Merkel subrayó que han de seguir hablando con Rusia en otros foros sobre determinados temas como el desarme o la crisis ucraniana.
Asímismo, Merkel señaló que pese a la situación actual las relaciones transatlánticas siguen siendo importantes aunque ya no será posible confiar plenamente en el apoyo de EE UU.
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, anunció este sábado que la cumbre del G-7 finalizó con un comunicado conjunto «firmado por todos» los miembros del grupo de países más industrializados del mundo.
El comunicado se refiere en «lenguaje consensuado» al comercio internacional, incluida la voluntad de reformar la Organización Mundial del Comercio (OMC) especialmente en lo referente a la resolución de disputas.
La primera ministra del Reino Unido, Theresa May, también dijo que el documento reafirma la imposición de sanciones a Rusia hasta que Moscú no cambie «sus acciones» con respecto a la anexión de Crimea.
Trudeau también confirmó que el comunicado final contiene igualmente referencias al cambio climático y al Acuerdo de París que no han sido suscritos por Estados Unidos.
Trudeau también intentó minimizar las amenazas vertidas por Trump poco antes de abandonar la localidad canadiense de La Malbaie y en las que afirmó que Estados Unidos dejará de negociar con aquellos países que no eliminen aranceles a los productos estadounidenses.
Durante una rueda de prensa final, Trudeau afirmó que «el Presidente va a seguir diciendo lo que quiera decir» pero que la cumbre ha terminado con un comunicado final consensuado por todos.
Pero Trudeau también contradijo a Trump al negar de forma rotunda que el nuevo Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) que están negociando México, Canadá y EE UU, vaya a tener una cláusula de disolución automática.
Trudeau señaló con un rotundo «no» que Canadá no aceptará la cláusula de disolución cada cinco años, o «de cualquier otra duración» que Estados Unidos quiere incorporar. Explicó que el TLCAN ya cuenta con un mecanismo para que cualquier país abandone el acuerdo con un aviso de seis meses.
Trudeau también dijo que Canadá impondrá «sin ninguna duda» represalias comerciales a EE UU a partir del 1 de julio por la decisión de Washington de imponer aranceles a las exportaciones canadienses de acero y aluminio.
Trudeau afirmó que así se lo dijo «directamente» a Trump.
«Los canadienses somos educados pero no permitiremos que nos empujen», explicó Trudeau.
Mas Allá de Todos los Márgenes: Análisis del especialista Martín Poblete
El Presidente Donald Trump ha superado sus propias marcas, y cualesquiera otras, con su comportamiento en la Cumbre del G7 en Canadá. Un poco de historia. El Presidente Harry Truman y el Primer Ministro Winston Churchill en su segundo mandato iniciaron contactos bilaterales regulares; con la sucesión de Truman por el General Dwight Eisenhower, los contactos se ampliaron a los aliados en la OTAN, fueron mantenidos por los gobiernos de los presidentes John Kennedy y Lyndon Johnson, en el primer mandato del Presidente Richard Nixon tomaron rango permanente, pasando a ser una extensión de la OTAN a la diplomacia, dando flexibilidad y matices a las duras confrontaciones de la Guerra Fría, agregando en su agenda las complejas cuestiones económicas y financieras posteriores al término de la convertibilidad del dólar.
Las sucesivas reuniones no estuvieron exentas de algunos exabruptos entre gobernantes, Nixon con el Primer Ministro canadiense Pierre Elliott Trudeau; o Francois Mitterrand con George H. W. Bush: «Cuando van a terminar con su torpe política sobre Cuba?». Por cierto, en ocasiones, la redacción del Comunicado Final también fue tema de algunas discusiones, si bien tradicionalmente se respetó el privilegio del gobernante del país anfitrión de proponer la redacción; en una ocasión también en Canadá, cuando el entonces Primer Ministro Bryan Mulrooney llegó con su propuesta de Comunicado, el Presidente Francois Mitterrand intentó algunas objeciones solo para ser frenado por Lady Thatcher: «Oh Francois! Say what you want Bryan, it’s your statement». Sin embargo, los sucesos de este último sábado no tuvieron nada de la cordial camaradería de las cumbres anteriores.
Para empezar, el Presidente Trump llegó atrasado a la cumbre del G-7 anunciando al mismo tiempo que se retiraría antes de las deliberaciones finales, poniendo commo causa de su conducta su viaje a Singapur para reunirse con el líder norcoreano Kim Jong-un este lunes. Conforme a la información disponible, el Comunicado final fue trabajado por los principales asesores de los respectivos mandatarios, el lenguaje acordado por todas las partes. Con redacción ya definida, Donald Trump abandonó la reunión antes de darse a conocer el documento oficialmente, cuales fueron sus razones para desconocer un texto previamente aprobado? Al parecer, Trump habría tenido una rabieta cuando se enteró de las expresiones del Primer Ministro Justin Trudeau, respecto de las negociaciones del tratado de libre comercio conocido por su sigla en inglés NAFTA, específicamente a la delicada cuestión de la cláusula de salida; la pataleta incluyó numerosos otros temas de comercio, finanzas, aranceles, y amenazas de límites a determinadas importaciones de los otros países del G7.
De cuanto puede inferirse por lo informado en los medios presentes en la Cumbre del G7, Trump habría sido influenciado por dos de sus inmediatos asesores, su consultor en asuntos económico-financieros Lawrence Kudlow, y el Consejero de Seguridad Nacional John Bolton; ambos han sido prominentes voceros de posiciones de extrema derecha por mas de treinta años, en los gobiernos de los presidentes Ronald Reagan y George H. W. Bush no tuvieron acceso a formular diseño de políticas, frenados por los sucesivos secretarios de estado, General Alexander Haig, George Shultz, James Addison Baker. Pero ahora, ambos están al centro de la gestión de gobierno, en la Casa Blanca, a pasos del despacho presidencial.
La idea original de llegar a una Alianza Atlántica les pertenece a Winston Churchill y Franklin Delano Roosevelt. Su desarrollo fue paralelo con el de la OTAN, a esta fecha, en sus diversas versiones, el G7 tiene setenta años; queda por verse si los descriterios de Donald Trump han dañado seriamente las confianzas y el futuro de un marco diplomático probadamente efectivo.