DEL ARCHIVO DE KRADIARIO:
Análisis del columnista Hugo Latorre Fuenzalida publicado en este medio el 22 de enero de 2018
(Edicioón Nº 1055).
FOTO DE PORTADA: EDUARDO BITRÁN, VICEPRESIDENTE DE LA CORFO
Por Hugo Latorre Fuenzalida
Nuestra élite, apenas le sonaron las campañas de triunfo con la derecha, inicia de manera sin recato y urgente la entrega de nuestro futuro a manos de una empresa que se convirtió en el símbolo del desfalco al Estado, del robo al fisco y de corruptor de la clase política más innoble que ha tenido Chile en el último siglo.
El robo de Soquimich al Estado se hizo bajo el sable de Pinochet, el desfalco corruptor se ha hecho en democracia; la entrega final de otra gran riqueza como es el litio (la promesa alternativa al cobre) se hace ahora, por muchos años y resguardada por una serie de concesiones adicionales de derechos mineros y de aguas.
Pareciera que el señor Julio Ponce Lerou se presentó a cobrar sus favores a esa élite. La presencia de Toby Rodríguez (DC) en esta entrega absurda, parece que ya constituye una marca asignada en propiedad a los falangistas. Ponce Lerou sigue siendo propietario, aunque no firme las actas de administración. Esto significa ceder riqueza pública sin ningún plan para Chile y su desarrollo futuro.
Lo que extraña (aunque ya menos) es que en este gobierno se sigan entregando riquezas públicas a destajo. Eso quiere decir que el gobierno de Bachelet presentó reformas sociales pero se quedó absolutamente regresivo en las propuestas económicas. Porque alentar una reforma tributaria es una mínima parte de las reformas económicas que Chile demanda hacia el futuro. Lo importante para el país, en materia de economía, está en cambiar el modelo de acumulación, de uno financiero-rentista y especulativo-comercial a otro que sea industrial, tecnológico y creativo.
Si no se hace este cambio del eje y la dirección del destino económico estructural del país, podemos hacer ciertas reformas edulcorantes, pero no obtendremos más que un simulacro de desarrollo. Y lo triste es que en el Litio y en el Cobre se sembraron tantas esperanzas, pues desde esa industrialización seria y futurista, se intentaría ahora darle a Chile otra categoría en el concierto mundial. El Litio y el Cobre, tienen ahora miles de aplicaciones enormemente rentables; Chile tiene esos recursos en abundancia y este era el momento de lanzarse al desafío, ponerse pantalones largos y dar la batalla por las tecnologías que vienen a toda velocidad. Eso lo hicimos con las energías limpias y es lo que debemos replicar en muchas otras instancias.
Pero la sandez, la avaricia de los pocos de siempre, la ceguera y la culposa postura del pueblo mismo, nos llevan nuevamente por el camino de los resignados y de los perdedores.
Soquimich, esa empresa símbolo del asalto al Estado y su riqueza; símbolo del golpe en el rostro a nuestra moral pública; esa misma empresa que pensamos que debía ser retomada por el Estado, justamente en un respingo simbólico de dignidad y justicia, parece que seguirá siendo acuñada en los brazos de ministros como Jorge Rodríguez Grossi, quien debe estar muy feliz de cumplir esa última tarea, la tarea de los deshonrados.
¡Qué país hemos permitido!…..¡Cuánto ladrón hemos forjado!…..¡Cuánto trepador anda por ahí en servicio activo! ….¡Cuántos ciegos iluminando caminos!….¡Cuántos tramposos pontificando virtudes!…¡Cuántos funcionarios públicos forjándose futuro con los poderes privados!
Chile es un país desolador; pocos pueden entenderlo, si se le acercan un poco. Somos de una mediocridad que clama al cielo, pero es un país que sabe vestirse con ropaje de brillantez. Todos los pueblos mediocres son egoístas; toda persona mezquina es mediocre; el individualismo impermeable es nuestra característica y pareciera que nos sentimos conformes con tales defectos.
Los chilenos se admiran del reverencialismo norcoreano; pero mejor sería admirarnos de nuestra resignación casi arrobada, casi mística ante los poderes que nos dominan, nos esquilman, nos roban y nos burlan.
¡Qué tristeza, tocarnos estos tiempos, estas gentes!….., en un país que conoció la bondad de su pueblo, la bastante aceptable honradez de sus dirigentes sociales, religiosos y militares; también la sensatez de sus líderes políticos, con las debidas excepciones.
¡Qué podemos esperar del futuro?…Usted mismo responda, dados los antecedentes que disponemos.
Un grupo de parlamentarios pidió una sesión especial de la Cámara de Diputados para analizar el reciente acuerdo entre Corfo y SQM, el cual le permitirá a la minera seguir explotando litio en el Salar de Atacama hasta el 2030.
Es por ello que Eduardo Bitrán, vicepresidente ejecutivo de Corfo, explicaría este martes los alcances y términos de esta decisión, luego de las investigaciones en contra de la empresa por financiamiento irregular de la política.
Entre los principales aspectos de este convenio está el incremento en la capacidad de explotación del Salar de Atacama con una inversión de 1.000 millones de dólares, además de solicitar un cambio en el gobierno corporativo de SQM.
Así, la diputada Alejandra Sepúlveda expresó que la intención de la sesión especial es que Bitrán transparente este acuerdo “a la ciudadanía y saber las consideraciones que tuvo Corfo para entregarle esta nueva concesión hasta el 2030”.
Por su parte, el diputado Daniel Núñez fue crítico al señalar a radio Biobío que “este acuerdo legitima la corrupción y lo hace con una empresa emblemática, la que en Chile tiene más casos de corrupción comprobado. Es un acuerdo que a todas luces es inmoral, además le pone la lápida a la posibilidad de utilizar el litio para industrializar Chile a través de una empresa estatal”.
Con esto, se espera que esta sesión se concrete el próximo jueves 25 de enero, donde además se debatirá el valor estratégico del litio para nuestro país.