Una orden ejecutiva firmó el presidente de Estados Unidos,  Donald Trump, contra el régimen venezolano de Nicolas Maduro, aunque son medidas que en general le afectarán a todo el pueblo de este país caribeño. La medida se toma después de las elecciones presidenciales celebradas en Venezuela, que el Gobierno estadounidense consideró una «farsa» y calificó de «fraudulentas», como también en el resto de los mundo, con la excepción de Cuba , China, Nicaragua y  Bolivia, entre otros.

El Mandatario incluyó la prohibición a los ciudadanos y empresas estadounidense de comprar todo tipo de deuda u propiedades estatales venezolanas al Gobierno de Nicolás Maduro. La idea es limitar la capacidad del régimen de Nicolás Maduro de vender activos estatales a cambio de sobornos, dijeron altos funcionarios de la Casa Blanca en Washington. «La orden ejecutiva cierra otra vía de corrupción que hemos observado que se usa”.

Esta orden incluyen  además las  inversiones derivadas de Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA). Se trata en el fondo de limitar la capacidad del Gobierno de Madura de obtener liquidez, incluyendo las “cuentas por cobrar”.

Sin embargo resulta curioso que las sanciones no ataquen directamente las transacciones petroleras de Venezuela, por lo que EE. UU no pone impedimento a que el crudo venezolano siga comercializándose en el país, porque en el fondo varios sectores estadounidenses  lo necesitan.

La administración de Trump, según el Diarios Las Américas, calificó al régimen de Maduro como la mayor «cleptocracia» vista nunca en la región. «No seremos parte de las transacciones con este régimen dictatorial», declaró un funcionario de la Casa Blanca.

La administración de Trump anunció la firma de la orden ejecutiva poco después de que el secretario de Estado, Mike Pompeo, anunciara en un comunicado que Washington iba a tomar «veloces acciones económicas y diplomáticas» dirigidas a «restaurar» la democracia venezolana.

«La elección de Venezuela fue una farsa. Estados Unidos está en contra de la dictadura y con el pueblo de Venezuela pidiendo elecciones libres y justas”, declaró el vicepresidente Mike Pence. «EE.UU. no se quedará de brazos cruzados mientras Venezuela se derrumba», agregó.

En un comunicado paralelo, Pence insistió en que el resultado electoral, del que salió ganador el dictador Nicolás Maduro, es «ilegítimo» y «un golpe más a la orgullosa tradición democrática de Venezuela».

«Todos los días, miles de venezolanos huyen de la opresión brutal y la pobreza extrema. (…) El régimen de Maduro debe permitir la ayuda humanitaria en Venezuela y debe permitir que su gente sea escuchada», reiteró el vicepresidente estadounidense.

El secretario de Estado, Mike Pompeo, subrayó por su parte que consideró que el proceso electoral de este domingo fue «coreografiado por un régimen demasiado impopular y temeroso de su propia gente para arriesgarse a unas elecciones libres y a una competencia abierta».

Acusó a Maduro de manipular los tribunales venezolanos y el Consejo Nacional Electoral (CNE) con miembros sesgados alineados con su gobierno, además de silenciar a las voces disidentes. Prohibió la participación en las elecciones  de los principales partidos y líderes de la oposición. A partir del 14 de mayo, más de 338 presos políticos permanecieron encarcelados, más que en todos los demás países del hemisferio», alertó.

Asimismo, recordó que «el régimen ha sofocado a la prensa libre» y dijo que «lo más despreciable de todo» es que el régimen de Maduro utilizó la entrega de alimentos para «manipular los votos de venezolanos hambrientos».

Según el CNE, Maduro, obtuvo 6,1 millones de votos en los comicios del domingo, de los 20,5 millones de venezolanos que estaban llamados a las urnas, pero se registró un 53,98% de abstención -a la que llamaba la oposición-, la más alta en décadas.

Trump aprovecha de enviar mensaje a Cuba

El estadounidense aprovechó el caso de Venezuela  para reclamar  un «futuro mejor y más libre» para el pueblo cubano, denunciando que el «régimen comunista» apaga el derecho a la «libertad individual» y a la «autodeterminación» de sus ciudadanos.

En una declaración escrita con motivo del aniversario de la independencia de Cuba, que se cumple hoy pero no se celebra en la isla, Trump envió sus «mejores deseos» y los de la primera dama, Melania Trump, «al pueblo de Cuba que sueña con la verdadera libertad» y a los estadounidenses de origen cubano en EEUU.

«Volvamos a comprometernos con un futuro mejor y más libre para el pueblo cubano», señaló Trump.

«En este día especial, refiriéndose al 20 de mayo fecha de la independencia cubana, recordamos que los patriotas cubanos encendieron una llama de libertad que nunca se apagará del todo mientras los hombres y mujeres puedan soñar con un mejor mañana», indicó.

«El veinte de mayo marca la celebración de la independencia cubana, ganada por patriotas que deseaban libertad individual y el derecho a la autodeterminación, ambos trágicamente apagados por un trasnochado régimen comunista», subrayó Trump.

«Aún así, el valiente pueblo de Cuba sigue trabajando -bajo una opresión continua y circunstancias extremadamente difíciles- para sostener a sus familias y restaurar los derechos humanos y civiles», agregó el presidente.

El legado de líderes como José Martí, Antonio Maceo – grandes líderes cubanos- y George  Washington y Thomas Jefferson –dos de los padres fundadores de EE UU- «sigue alentando a todos los pueblos a seguir comprometidos con la lucha por la democracia y la restauración de los derechos políticos, económicos y religiosos», aseguró Trump.

Trump ha congelado el proceso de normalización de las relaciones bilaterales con Cuba iniciado por Obama, y ha restringido el comercio y los viajes a la isla, además de dejar bajo mínimos su embajada en La Habana en respuesta a los supuestos ataques sónicos sufridos por funcionarios de EEUU.

Trump tiene siempre “el ojo puesto” en  Corea del Norte

El mandatario  Donald Trump urgió además a China que mantenga «una frontera fuerte y férrea» con Corea del Norte hasta que se concrete el compromiso con Pyongyang para que concluya su programa nuclear, en la proyectada Cumbre de Singapur, fiojada para el 12 de junio.

«China debe continuar con una frontera fuerte y férrea con Corea del Norte hasta que logremos un acuerdo», dijo Trump en su cuenta de Twitter.

El mandatario señaló que «recientemente la frontera se ha hecho mucho más porosa y más cosas se han filtrado».

«Quiero que esto ocurra, y que Corea del Norte sea muy exitosa, pero solo después de firmar (un acuerdo)», remarcó Trump.

Las palabras de Trump se producen a dos semanas de su prevista reunión con el líder norcoreano Kim Jong-un en Singapur el 12 de junio.

El pasado 9 de mayo, el secretario de Estado, Mike Pompeo, se reunió en Pyongyang con Kim y logró la liberación de tres ciudadanos estadounidense retenidos en Corea del Norte desde 2015, un gesto considerado de buena voluntad en el proceso de acercamiento entre ambos países.

Aunque la Casa Blanca ha asegurado que los preparativos para el encuentro continúan, la pasada semana Corea del Norte sugirió una posible cancelación del encuentro si EEUU exige una desnuclearización «unilateral».

La cita entre Kim y Trump sería la primera entre los líderes de Estados Unidos y Corea del Norte tras casi 70 años de confrontación iniciada con la Guerra de Corea (1950-1953) y más de un cuarto de siglo de fallidas negociaciones.

De hecho, supone un enorme giro en las relaciones entre Washington y Pyongyang desde la llegada de Trump a la Casa Blanca en 2017, ya que durante su primer año como presidente las tensiones militares escalaron hasta el punto de que el gobernante amenazó con destruir Corea del Norte.