El parlamento cubano eligió al vicepresidente Miguel Díaz Canel como el único candidato para suceder en la Presidencia de Cuba a Raúl Castro, el último representante  de la familia Castro Ruz, poniendo así fin a un largo mandato familiar desde la revolución en 1959 y la caída del dictador Fulgencio Batista.

Raúl Castro sucedió a su hermano Fidel en 2006 asumiendo como presidente de Cuba. En su mandato impulsó y llevó a cabo el mejoramiento de las relaciones con Estados Unidos bajo la Presidencia de Barack Obama, programa que se revirtió parcialmente desde que Donald Trump ingresó en la Casa Blanca hace un año.

Sin embargo, Castro  permanecerá como jefe del Partido Comunista hasta su próximo congreso en 2021.

El próximo líder cubano heredará un país en estancamiento económico y con una población joven impaciente por el cambio.

Díaz Candel fue nombrado vicepresidente del Consejo de Estado de Cuba en 2013, pero desde entonces se ha convertido en el aliado clave de Castro. Su perfil ha sido siempre muy bajo.

Durante los últimos cinco años, ha sido preparado para la presidencia y la entrega del poder. Pero incluso antes de ser nombrado primer vicepresidente, el hombre de 57 años ya había tenido una larga carrera política.

Nació en abril de 1960, poco más de un año después de que Fidel Castro asumiera el poder en Cuba.

Estudió ingeniería eléctrica y comenzó su carrera política cuando tenía poco más de 20 años como miembro de la Liga de Jóvenes Comunistas en Santa Clara, escalando posiciones hasta llegar a ser segundo secretario a la edad de 33 años.

Raúl Castro ha elogiado su «firmeza ideológica» y sabe que Díaz Canel representa una extensión del modelo cubano especialmente políticamente.

El mensaje de continuidad política que el gobierno cubano ha enfatizado desde el momento en que se anunció el traspaso ha quitado gran parte de la sensación de renovación, dice la BBC de Londres, agregando que al menos dos de los círculos cercanos a Raúl Castro, hombres de más de 80 años, han permanecido en el Consejo de Estado.

Los mayores desafíos, al menos a corto plazo, son económicos. Debe abordar un complejo sistema de doble moneda (dólar y peso) al tiempo que intenta asegurarse de que la inflación no aumente para los cubanos comunes.

También debe tratar de estimular una economía estancada. Muchos están mirando para ver si revierte la congelación de nuevas licencias comerciales privadas para al menos señalar algún apoyo para el concepto de empresa privada en la isla.

Es poco probable que realice cambios importantes en el corto plazo, especialmente mientras Castro siga siendo una fuerza política a tener en cuenta.

La Asamblea Nacional es considerado como un cuerpo sin mayores atribuciones que cuenta con 605 miembros que vota la composición del omnipotente Consejo de Estado, cuyo presidente sirve como jefe de estado y gobierno.

El corresponsal de el Diario El Mundo de España relató hoy que todos los focos, incluidos lo de la Televisión Cubana, apuntaron esta mañana a Raúl Castro y a su vicepresidente primero, Miguel Díaz-Canel, cuando hicieron su entrada solemne a la sesión constitutiva de la Asamblea Nacional del Poder Popular Cubano en el Palacio de Convenciones de La Habana.

No se equivocaban: los dos son los principales protagonistas de la nueva era post Fidel Castro que este jueves debe continuar  en Cuba con el histórico relevo generacional.

Agregó el corresponsal que “la trascendencia del momento puede conducir a un error porque no se  trata del postcastrismo sin Castro, porque Castro y los suyos seguirán estando por todos lados. Cuba se enfrenta a un cambio de guardia cuyo principal reto, encomendado por el General de Ejército a su delfín, es alcanzar la viabilidad económica sin abandonar el credo comunista y castrista. El propio Raúl se mantendrá vigilante desde el Partido Comunista de Cuba (PCC) y su hijo, el coronel Alejandro Castro, desde los servicios de Inteligencia y Contrainteligencia del Estado.