Por Walter Krohne
Dos prestigiosos analistas se concentraron esta semana, cada uno en su respectivo círculo, para hacer un primer análisis del gobierno del Presidente Sebastián Piñera a solo un mes de haber asumido. Para el periodista
Marcel Garcés Muñoz poco se ha escuchado de los prometidos “tiempos mejores”, y se ha impuesto sin tapujos la “marcha atrás” a las reformas avanzadas y la profundización democrática elegida por los chilenos y requeridas objetivamente por las necesidades del futuro.
Para el analista Max Colodro, en cambio, la gestión del primer mes del Presidente Piñera se puede calificar de “positiva”, destacando que el hecho de haber convocado a acuerdos nacionales le fa
cilitó al gobierno desplegar sus temas en la agenda pública.
Contrariamente la actuación de la oposición, especialmente el PS y el PC, al restarse de participar en las comisiones convocadas por La Moneda, “inevitablemente van a pagar costos políticos altos producto de esa actitud”. añadió Colodro.
Garcés en cambio dice que al margen de una retórica de buenas maneras, supuestas intenciones de acuerdos, claramente se ha impuesto una práctica de amenazas, chantajes, acusaciones sin fundamentos, «agresividad verbal o maniobras pandillescas».
El periodista señala que «de lo que se trata es la puesta en marcha de un modelo de poder totalitario-populista sin tapujos, apenas camuflado con invocaciones a la Divinidad y algunas referencias a una cierta legalidad dada por los votos, como si ello otorgara legitimidad a un poder personalista, sin contrapeso ni contemplaciones con la institucionalidad democrática y republicana”.
Como desaciertos, Colodro calificó los dichos del ministro de Justicia, Hernán Larraín, sobre los jueces, como uno de los principales en las cuatro semanas del segundo periodo presidencial de Piñera. “Probablemente el error más serio que el Gobierno haya cometido en este periodo en La Moneda», dijo el analista en El Líbero. Se trata de la postura de este ministro sobre que la mayoría de los jueces eran de izquierda, lo que generó críticas en la Corte Suprema y otras autoridades (ver columna de Enrique Fernández en Kradiario esta semana).
Garcés se centra en criticar puntos ideológicos del Gobierno de derecha como el modelo mismo que -según su visión- “implica un poder presidencial a la cabeza de una estructura de voluntad única, un poder totalitario-populista de la economía de mercado, que se impone a partir de una red abrumadora que encabeza el aparato del Estado y el complejo empresarial derechista y a la cual sirve una combinación de poderes fácticos (centros de estudio, universidades empresariales, plataformas mediáticas nacionales e internacionales, fundaciones, púlpitos religiosos, articulistas mercuriales provenientes de las filas del pinochetismo y del integrismo, o francamente, de los centros de pensamiento de la CIA, el Pentágono o la Heritage Foundation -el centro ideológico que adoctrina e inspira el pensamiento conservador gobernante”.
¿Cómo evalúa el primer mes del Presidente Sebastián Piñera en La Moneda?, preguntó El Líbero a Colodro y su respuesta fue así: “Tiene un inicio de gobierno en términos generales positivo. Con relativa rapidez logró instalar a su equipo de gobierno, a pesar de las dificultades que ha habido en algunas áreas. El gran logro político de este primer mes es haber cambiado sustantivamente la agenda, haber instalado el tema de la infancia como la principal prioridad política. Y el haber instalado la idea de la necesidad de construir acuerdos transversales y, en ese marco, haber podido instalar comisiones de trabajo en las cuales ha participado un sector importante de la oposición.
La otra fuente del poder
Garcés insiste en analizar la «filosofía» y estructura del nuevo gobierno y señala que «la otra fuente del poder -o lo que llaman el “lado oscuro de la fuerza”- lo constituye una trinchera de nostálgicos, o ex militares y facinerosos del pinochetismo, hechores, cómplices o encubridores de sus crímenes y los que buscan atrincherarse, encubrirse y presentarse como la llamada “familia militar”, y otros empresarios que hicieron su primer millón de dólares a la sombra de las bayonetas de la dictadura y el terrorismo de Estado.
Agrega el periodista que «vivimos la puesta en escena de una estrategia y práctica permanente coordinada, planificada, alimentada y ejecutadas desde las sombras, mediante operaciones mediáticas, para la manipulación político electoral de masas ideadas e instaladas por Facebook y Cambridge Analytica una nueva expresión de guerra sicológica, que utilizando temores, incertidumbres, aspiraciones, prejuicios de los ciudadanos (consumidores) obtenidos mediante el engaño y robo sistemático de sus datos en redes informáticas, y que se puso en practica en la campaña electoral de Donald Trump.
Debate sobre el legado de Bachelet queda atrás
Colodro –abordando la acción del Gobierno en cuatro semanas, explica que Piñera ha logrado instalar una agenda donde destaca el tema de la infancia, el tema de la inmigración, el tema de la seguridad ciudadana. En ese sentido, logró rápidamente dejar atrás la discusión y el debate sobre el legado del gobierno anterior. «Y en ese sentido eso es, a mi juicio, uno de los principales logros políticos de este primer mes de Sebastián Piñera, el haber podido desplazar rápidamente la discusión sobre el legado y el haber instalado una agenda propia».
¿Y los desaciertos? «Contrariamente a lo que se esperaba -continúa Colodro-, los errores no han ido por el lado del Presidente de la República sino que más bien que por el lado de miembros del gabinete. Creo que el ministro de Salud con el tema del protocolo en materia de la Ley de Aborto cometió un error importante, sobre todo porque llevó adelante una iniciativa que aparentemente no había sido visada por el propio Presidente. Eso, sin duda, es un problema que deja al ministro de Salud (Emilio Santelices) en relativa debilidad y es una situación que terminó por comprometer al jefe de asesores del segundo piso, Cristián Larroulet. También creo que el principal desacierto de este mes son, sin duda, las palabras del ministro de Justicia, Hernán Larraín, respecto de los jueces y de la judicatura en general. Es probablemente el error más serio que el gobierno ha cometido en este primer mes de gestión», reiteró Colodro.
Discurso de los «acuerdos»
Sobre este punto, el de las acciones y errores, Garcés es mucho más crítico. «El asunto -dice- es que logrado el primer objetivo y llegar a La Moneda el 11 de marzo del presente el gobierno del presidente Piñera se quita los hábitos de dialogante y busca imponer a troche y moche su plan . El discurso de los “acuerdos”, sobre temas obvios, no pasa de ser un señuelo demagógico, un recurso mediático del chantaje político, destinado a culpar a “otros” de sus propias incapacidades políticas y gubernamentales, junto con su estrategia de dividir a la oposición. En el primer mes el gobierno ha dado suficientes muestras de su verdadero perfil».
Agrega, para muestra un botón, o unos cuantos. El gobierno persiste en criminalizar el conflicto con el pueblo mapuche. El presidente declara ( el 23 de marzo) que impulsará un “Plan de Desarrollo y Paz en la Araucanía·”, algo así como la Pacificación de la Araucanía ( 1861-1883), de triste recuerdo en la historia del país, y muy parecido a las Operaciones Cívico Militar de la estrategia contrainsurgente del Pentágono (en Colombia, por ejemplo)».
Garcés sigue diciendo que «el presidente anuncia desde Temuco una “reformulación “ de la Ley Antiterrorista, (Ley 13.314), que se ufanó, “permitirá a Chile ponerse a la vanguardia en la materia de instrumentos legales para combatir el terrorismo, no solamente en nuestro continente, sino que a nivel mundial”. Esto es ampliar el concepto de “terrorismo”, utilizar ampliamente a los “agentes encubiertos”, agentes “reveladores”, espionaje electrónico, entregas vigiladas. Por su parte el Intendente de La Araucanía Luis Mayol Bouchon, simplificó -o fue más franco- el mensaje declarando que “instruí más patrullaje policial”, en el territorio sometido a una ocupación y militarización permanente».
¿Militarizar, ley antiterrorista, contrainsurgencia, represión, “pacificación” en el estilo del general Cornelio Saavedra Rodríguez (militar y político chileno del siglo 19) y el mercenario de origen italiano y con estadías en China y Rusia, y durante la ocupación chilena de Lima, durante la Guerra del Pacífico, el tristemente célebre, capitán Hernán Trizano, es el objetivo real del publicitado “acuerdo de paz” ofrecido por La Moneda al pueblo mapuche?.
Agenda de Piñera
Colodro siguiendo con el tema de los «errores no forzados» afirma que éstos se pueden evitar con una mayor presencia del comité político en el diseño comunicacional y en las cosas que los ministros sectoriales pueden o deben decir. Cree que todavía falta un marco más preciso y más acotado respecto de cuáles son los lineamientos políticos generales del gobierno por parte de La Moneda.
«Claramente el gobierno no ha entrado con un énfasis legislativo, sino que más bien marcando la pauta política por el lado del trabajo de las comisiones y de la búsqueda de acuerdos en el ámbito prelegislativo. Eso también es un acierto porque, tras el segundo gobierno de Michelle Bachelet, quedó instalada la idea de que se descuidaba la calidad de los proyectos en función de la celeridad».
Ha habido si críticas al proyecto de identidad de género porque se ha dicho que se “tomó la agenda”, siendo que no estaba incluido en el programa. ¿Lo considera así?, pregunta El Líbero al analista Colodro y éste responde: «Ha sido un tema que ha estado presente por razonas obvias. Venía discutiéndose desde antes del término del gobierno de Bachelet. Me parece que lo que correspondía era lo que el gobierno hizo, es decir, hacerse cargo de esa discusión. En ese sentido, el Presidente ha sido lo suficientemente claro y preciso para fijar su posición respecto del tema, y estando dispuesto a los costos políticos que ello ha significado, particularmente con la UDI.
La marcha atrás de Garcés
Para Garcés, sin embargo, hay estrategias de “marcha atrás”, y de la venganza revanchista de la derecha y el pinochetismo como es el anuncio de Andrés Chadwick, ministro del Interior, de que el Gobierno del presidente Sebastiàn Piñera desestimaría el proyecto de Reforma de la constitución presentada por la presidenta Michelle Bachelet.
Ante el empresariado reunido por Icare bajo el eslogan :”¿Cómo viene el 2018?”, sostuvo el jefe del gabinete ministerial que el gobierno del presidente Piñera rechaza el proceso de buscar una nueva Constitución para Chile, iniciado con una consulta popular el año pasado, y que contó con la participación de los más amplios sectores políticos y sociales del país.
Garcés escrbió: «Utilizando un tono soberbio, el titular de Interior y Seguridad Publica, proclamó el 15 de marzo: No queremos que avance el proyecto de una nueva Constitución que presentó la presidenta Bachelet, cosechando los consabidos aplausos de los concurrentes a la cita del Instituto Chileno de Administración de Empesas (ICARE).
Se trata de una reforma que partió con un mecanismo de participación ciudadana, democrático, masivo, participativo, que fue reconocido nacional a internacionalmente, como por la OCDE, y por cierto muy distinto al proceso desarrollado bajo la dictadura de Pinochet para imponer su Constitución: con un puñado de políticos de la Derecha prodictatorial junto a generales y almirantes, poco proclives e interesados en las leyes y mucho menos en la democracia, opinó el periodista, escribió Garcés.
Otras muestras de esa política de marcha atrás, dijo el periodista, es la declaratoria de “desierta” para el proceso de licitación del Transantiago adelantado por el Gobierno Bachelet en busca de modernizar y resolver los cuello de botella del sistema; la imposición- por decreto- de un cambio sustancial en el protocolo de objeción de conciencia de la Ley de Despenalización del aborto en tres causales donde se impedía que las instituciones privadas recibieran recursos del Estado si se negaran como empresas a cumplir con la ley; la persecución a funcionarios designados legalmente por la Alta Dirección Pública del Estado durante la Administración Bachelet a los que se presiona para que renuncien a sus cargos aduciendo que tendrían un ”sello político”
Con respecto a la oposición, para Colodro «el principal problema que ha mostrado en este primer mes son sus divisiones, sus desacuerdos, su incapacidad para poder articular una iniciativa común. La Democracia Cristiana no ha querido participar en las reuniones de coordinación de los partidos de la ex Nueva Mayoría. Eso es una señal evidente de las tensiones que hay respecto de cómo enfrentar al gobierno y de cómo proyectarse a futuro. Las divisiones y los desacuerdos que hay en la oposición son el principal síntoma de la profundidad que tuvo la derrota en la Nueva Mayoría.
El PS y el PC se han restado de las comisiones de La Moneda, incluso por decisión partidaria no le permitieron al senador José Miguel Insulza asistir a la Comisión de Seguridad, lo que para el analista «es un error político que pone a ambos partidos en un escenario que va más bien en contra de lo que es un estado de ánimo de colaboración y de búsqueda de acuerdos que se refleja en la opinión pública mayoritariamente. El Partido Socialista y el Partido Comunista inevitablemente van a pagar costos políticos altos producto de esta posición y de esta actitud.
La ausencia de Michelle Bachelet en este primer mes es la mejor evidencia de la debilidad con la cual salió del gobierno. En las últimas semanas de Bachelet fueron semanas muy negativas, muy críticas en las cuales su gobierno cometió errores muy sustantivos, como por ejemplo, la incapacidad de cerrar Punta Peuco con los tiempos adecuados. La manera de cómo cerró su administración fue tan negativa que eso es un poco lo que explica el por qué ha habido una ausencia tan marcada y tan visible de Bachelet en este primer mes.