El multimillonario sudafricano Patrick Soon-Shiong, propietario minoritario del equipo de baloncesto de los Lakers de Los Ángeles, anunció hoy la compra por 500 millones de dólares de Los Angeles Times y el San Diego Union-Tribune, dos veteranos periódicos de más de 130 años.

“Esperamos continuar con la gran tradición del periodismo galardonado llevado a cabo por los periodistas y editores de Los Angeles Times, el San Diego Union-Tribune y los otros títulos del California News Group”, apuntó el magnate en un comunicado divulgado en la web de su firma de inversión, Soon-Shiong Nant Capital.

Soon-Shiong adquirió estos títulos de la editorial Tronc por un total de 500 millones de dólares en efectivo y un acuerdo para asumir 90 millones en obligaciones por pensiones.

La compra de Los Angeles Times, de 136 años de antigüedad, se produce después de un período particularmente complicado para el periódico, que ha tenido tres editores jefes distintos en los últimos seis meses, así como una investigación de acoso sexual.

El acuerdo, según los medios especializados, se cerró rápidamente durante los últimos días y tomó por sorpresa a muchos expertos del sector porque Tronc, empresa de la que Soon-Shiong es el segundo mayor accionista, había insistido en que Los Angeles Times era clave para su estrategia de crecimiento.

Después de cerrar la venta de parte de sus activos, se espera que Tronc, con sede en Chicago, use los 500 millones de esta transacción para pagar deuda y avanzar en su estrategia digital en los medios que aún posee, incluyendo el Chicago Tribune, el Orlando Sentinel, el South Florida Sun-Sentinel, el Baltimore Sun y el New York Daily News.

“Nos complace transferir el liderazgo de Los Angeles Times y el San Diego Union-Tribune a la propiedad local, y estamos seguros de que la excelencia periodística en el sur de California continuará en el futuro”, apuntó en un comunicado Justin Dearborn, director ejecutivo de Tronc.

Soon-Shiong, uno de los residentes más ricos de Los Ángeles y propietario minoritario de los Lakers, se convirtió de esta manera en el último multimillonario en lanzar un chaleco salvavidas a un importante periódico.

En los últimos tiempos, entre otros, el fundador de Amazon, Jeff Bezos, compró el The Washington Post por 250 millones; el propietario del equipo de béisbol Red Sox, John Henry, obtuvo el Boston Globe por 70 millones, y el dueño del equipo de baloncesto de los Timberwolves de Minesota, Glen Taylor, adquirió el Minneapolis Star-Tribune por cerca de 100 millones.

El negro futuro para los diarios de papel

Víctima de la continua erosión de sus ventas, el periódico en papel está condenado en Estados Unidos, según estima la mayoría de los expertos, salvo si renuncia a una publicación diaria.

Desde hace años ya, la prensa cotidiana se encuentra bajo presión, en Estados Unidos y otro países, a raíz de la caída de las ventas y la publicidad.

Sin embargo, en veinte años, el número de diarios sólo disminuyó un 13% en Estados Unidos, según cifras de la Newspaper Association of America. Una parte importante de esta caída se debió a fusiones entre empresas.

Los ejemplos de los grandes diarios que desaparecieron por completo son muy pocos, aunque se puede citar al Rocky Mountain News (región de Denver) y el Seattle Post-Intelligencer, en 2009.

Pero los tiempos se aceleran, según Gordon Borrell, del gabinete especializado Borrell. Este experto señala la reciente disminución de las tradicionales publicidades impresas incluidas en las ediciones del domingo, que «pueden representar del 40 al 50% del margen» total de los diarios.

En el caso de los gigantes de la distribución como Walmart (baja del 39% del número de páginas de esos impresos), Sears (-31%) o Kmart (-41%), el repliegue es claro, de acuerdo con cifras comunicadas a la AFP por el gabinete Market Track.

Según el sondeo anual efectuado por Borrell entre más de 300 profesionales de los medios o la publicidad y difundido en enero, el 68% de los entrevistados piensa que de aquí a diez años ningún diario seguirá publicándose en edición papel los siete días de la semana.

La opinión generalizada es que solo los grandes diarios con audiencia internacional como The New York Times, The Wall Street Journal y The Washington Post, podrían sobrevivir.

«En los próximos tres, cuatro años, podría verificarse que el modelo económico del diario impreso ya no es rentable», estima Tom Hartman, analista de la agencia Standard and Poor’s.

ALTERNATIVAS

Pero entre una edición diaria y la desaparición por completo de la versión en papel, existen alternativas.

Los ingresos publicitarios obtenidos por los diarios en su versión papel cayeron el 64% en diez años, según el instituto Pew Research Center. Pero representan aún casi cinco veces lo que consiguen los portales en internet de esos mismos periódicos.

El punto de equilibrio podría pasar por publicar sólo algunos días por semana, quizás uno solo, como ya lo hace La Presse, el diario de Montreal que desde enero aparece en versión impresa únicamente el sábado.

En Estados Unidos, varios periódicos ya renunciaron a la edición diaria en papel, como el Times-Picayune de la Nuevas Orleans, que se publica solamente tres días por semana.

«De aquí a seis años, la mayoría de las ciudades solo tendrá un diario impreso el domingo», asegura incluso Joel Kaplan, decano conjunto de la Newhouse School en la Universidad de Syracuse.

«Pienso que esto puede hacerse sin perder demasiada publicidad», estima Martin Langeveld, experiodista y editor convertido en consultor.

«Hay muchos periódicos (no diarios) estables y con ganancias en este país, que no perdieron tantos lectores como los diarios», afirma.

Para Gordon Borrell, «los diarios son todavía productos muy sólidos con una audiencia integrada por gente con diploma universitario y altos ingresos que interesa mucho a los anunciantes».

Queda por atravesar el paso simbólico vinculado a no estar más todos los días en los kioscos, algo que muchos rechazan por ahora.

Para Joel Kaplan, la supresión de una o varias ediciones cada semana puede ayudar a los portales en internet del diario.

Pero de todos modos, se trataría de una fase transitoria, según Borrell.

«La ciencia ficción es un buen indicador del futuro. Y no vi a nadie leyendo un diario en ‘La guerra de las galaxias'», concluye.