Según Radio Biobío ya es oficial: la ministra de Salud, Carmen Castillo recibirá dos bonos por un total estimado de $80 millones tras dejar su cargo de secretaria de estado el próximo 11 de marzo.  Sin embargo ella misma declaró en octubre pasado que había renunciado a este beneficio al que había postulado, lo que generó una ola de críticas políticas y en las redes sociales.

Pero, al parecer la cosas han cambiado o la ministra lo ha pensado mejor, porque al final son 80 millones que están en juego. Para ello tendría que renunciar antes del 28 de febrero a su cargo de ministra de Salud, aunque podría seguir ejerciéndolo hasta el 10 de marzo.

Tras conocerse la información la secretaria de Estado definió el beneficio como un derecho que tenía por los más de 30 años que lleva en el servicio público, además de indicar que no dejará el cargo antes de finalizar el Gobierno.

Castillo firmó la postulación al bono, consistente en una compensación de los últimos 11 sueldos recibidos más un bono de 600 UF, bajo la ley por la que está contratada y que corresponde a los trabajadores de la Federación Nacional de Profesionales Universitarios de los Servicios de Salud, la Fenpruss, además de estar autorizada por quien estaba como subsecretario de salud pública subrogante a fines de agosto, Christian Herrera, informó la Radio que accedió en exclusiva al documento que la identifica ya no como postulante, sino como beneficiaria de una ley que ella misma impulsó en el Congreso y que incluso lleva su firma.

Esta Ley la está utilizando a su favor para acogerse a una bonificación creada para incentivar el retiro de los funcionarios de planta y contrata de la Salud Pública y otra por antigüedad. La resolución emitida el 31 de enero lleva la firma de la subsecretaria subrogante de Redes Asistenciales, es decir, una subalterna de Castillo. La medida que hace unos meses ya había sido cuestionada, hoy ya está zanjada, a pesar de la promesa que hizo a fines de octubre, cuando aseguró públicamente: “Mientras esté de ministra, no voy a postular al incentivo al retiro”.

Tres meses antes de asumir como ministra de Salud, la doctora Carmen Castillo cumplió 60 años. Era octubre de 2014 y por entonces no tenía ningún cargo en el sistema público de Salud. Aunque tuvo en ese sector una larga trayectoria que comenzó a mediados de los ‘80, hacía más de un año que había dejado la dirección técnica de un Centro de Salud Familiar (Cesfam) en la comuna de Santa María, en la V Región, para convertirse en directora del Campus San Felipe de la Universidad de Valparaíso. Con eso, ponía fin a su carrera funcionaria. Pero tiempo después, en enero de 2015, la Presidenta Michelle Bachelet la convocó para encabezar la cartera tras la abrupta salida de su antecesora, la ministra Helia Molina. Asumía así un cargo ya no de carrera, sino que de exclusiva confianza de la mandataria. El nombre de Castillo volvía aparecer en la nómina del personal de planta del ministerio con un sueldo bruto que superaba los $7,9 millones.Esa última condición es la que hoy aprovecha para acogerse a beneficios que ella misma, como ministra, gestionó en el Congreso para que se convirtiera en ley: un bono para incentivar al retiro de los funcionarios del sector Salud, como informó Radio Biobío.