Con una gran desilusión los chilenos se enteraron hoy, por una investigación de Radio Biobío, que la Cruz Roja tampoco es tan confiable como se creía hasta ahora, porque la filial en Chile recaudó cerca de 420 millones de pesos, de los cuales 370 millones de pesos los destinó para otros fines: pago de sueldo a los empleados, pago de impuestos, la cobertura de gastos de otras emergencias e incluso un préstamo al director ejecutivo.

Aparte de esto, el trabajo periodístico de Biobío detectó la constitución de sociedades con fines de lucro, donde incluso participarían socios voluntarios que ocupan altos cargos dentro de la Cruz Roja Chilena. Un experto en Ley de Donaciones advirtió que los posibles desvíos de recursos podrían constituir un fraude civil. En tanto, el presidente de la institución, Patricio Acosta (foto derecha), descartó la existencia de algún delito, aunque reconoció que “siempre hay cosas que corregir”.

Estas irregularidades no solamente se darían en el plan nacional chileno, sino también en otros puntos del mundo. Por ejemplo frente a la epidemia del ébola por África Occidental, entre 2014 y 2016, que dejó un saldo de 10 mil muertos. Para prestar ayuda humanitaria a los países afectados, la Federación Internacional de la Cruz Roja distribuyó entre sus respectivas sociedades nacionales cerca de 100 millones de dólares provenientes de donaciones. Sin embargo, a fines del año pasado se detectó que, de ese total, más de 5 millones de dólares fueron robados y algunos de los responsables fueron los mismos trabajadores de las sociedades nacionales de la institución, la que reconoció los hechos públicamente, como informó la BBC de Londres.

Lo anterior no es un caso aislado, pues una situación similar ocurrió en Haití, el país más pobre de todo el continente americano. Después del terremoto que destrozó a la nación centroamericana en 2010, la Cruz Roja logró recaudar 500 millones de dólares de donaciones para ayudar a la reconstrucción, tras realizar una mediática campaña. Luego de investigar si la institución humanitaria efectivamente había destinado los recursos para fines benéficos, en 2015 los medios de comunicación estadounidenses Propublica y NPR revelaron diversas irregularidades. Entre ellas, que de las 130.000 viviendas permanentes que había prometido construir, a esa fecha, la Cruz Roja solo había levantado seis. Pese a todos los antecedentes expuestos, la institución descartó las acusaciones, aunque nunca transparentó cómo efectivamente gastó el dinero en Haití, dice el reportaje de Biobío.

Chile no estaría exento de este historial de irregularidades que arrastra la Cruz Roja a nivel internacional.  La Radio accedió a un informe preliminar de una auditoría externa elaborada por KPMG que detectó las anomalías ya entregadas (primer párrafo)  en el manejo de dineros de la Cruz Roja Chilena, una institución de ayuda humanitaria de carácter autónoma. Entre ellas, que de los cerca de 420 millones de pesos recaudados a través de donaciones para desarrollar tres campañas solidarias, la entidad desvió unos 370 millones de pesos para otros fines: el pago de sueldos a sus empleados, bencina, el pago de impuestos e incluso le entregó un préstamo al director ejecutivo de la institución, Roberto Yáñez.

Este proceso de revisión fue solicitado por los representantes del Comité Internacional de la Cruz Roja y la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, a raíz de algunas denuncias que circulaban en torno a la organización local.

“Consideramos que existen elementos objetivos que permiten establecer un mecanismo irregular de los fondos recaudados en las cuentas bancarias, a través de la emisión de cheques (salida) y el posterior movimiento entre las distintas cuentas bancarias de la Cruz Roja Chilena. Lo anterior provoca confusión y limita un adecuado control de los dineros recaudados siendo utilizados para otros objetos distintos a su naturaleza”, se estableció en el documento emitido en diciembre pasado por KPMG, el cual está firmado por la socia advisory-forensic, Tamara Agnic, quien también fue su

El informe preliminar de KPGM, además, arrojó que la Cruz Roja Chilena constituyó sociedades con fines de lucro, donde incluso participaron como socios en la propiedad algunos miembros de la institución, como es el caso de Patricio Acosta, su actual presidente.

Tras la catástrofe  de incendios que afectó a Valparaíso en 2015 diversas organizaciones sin fines de lucro contribuyeron con la reconstrucción y los afectados. Una de ellas fue la Cruz Roja Chilena, que lanzó la campaña “Todos con Valparaíso y su gente”, gracias a la que logró recaudar cerca de 220 millones de pesos a través de donaciones.

Pero lo que parecía ser una labor humanitaria terminó desvirtuándose, dice la Radio. De acuerdo al informe preliminar elaborado por KPMG, durante la campaña de apoyo a Valparaíso la Cruz Roja Chilena gastó 66,6 millones de pesos, los cuales provenían de cuentas bancarias diferentes a la cuenta receptora de las platas para dicha colecta. En paralelo, la institución de ayuda humanitaria desvió 214 millones de pesos del total recaudado para utilizarlos en fines distintos a la ayuda a la ciudad puerto: se cubrieron gastos de otros siniestros, pagaron el sueldo a los empleados, entregaron un préstamo a Roberto Yáñez, director ejecutivo de la Cruz Roja Chilena, y se pagaron impuestos, entre otros conceptos.

El 1 de abril de 2014, un terremoto grado 8,2 en la escala de Richter remeció a Iquique y sus alrededores. Murieron siete personas y 200 resultaron heridas, mientras que más de 9.500 viviendas presentaron daños, entre las que cerca de mil tuvieron daños irreparables.

Como era de esperar, la Cruz Roja Chilena, al igual que otras ONGs, emprendió una campaña para reunir fondos con el fin de ayudar a los afectados y a la reconstrucción. Entre todas las donaciones que recibió, recaudó un poco más de 168 millones de pesos. Pero tal como ocurrió con la misión de apoyo tras el incendio de Valparaíso, los gastos que realizó (83 millones de pesos) fueron proveídos a través de cuentas bancarias diferentes a la cuenta recaudadora de esta campaña.

En tanto, del total recaudado, KPMG evidenció que 140 millones de pesos fueron desviados a otras cuentas bancarias para luego ser utilizados en conceptos distintos a la campaña de ayuda a Iquique. Así, la Cruz Roja Chilena destinó estos recursos para pagar anticipos de sueldos, finiquitos, nómina de empleados y bencina, entre otros conceptos.

La empresa de auditoría externa también detectó una tercera situación de uso indebidos de donaciones. Luego del terremoto que afectó a Coquimbo en 2015, la institución reunió 30 millones de pesos por concepto de donaciones locales, de los cuales 15 millones de pesos fueron destinados a fines no relacionados a la misión de ayuda.

Consultado por las implicancias que podría traer que una organización de ayuda humanitaria desvíe los fondos de campañas para otros objetivos, el abogado Roberto Peralta sostiene que “este tipo de fraudes es más bien de tipo civil, es difícil que llegue a ser un fraude criminal. Si una entidad pide plata diciendo que es para contribuir a la reconstrucción por determinada emergencia, pero luego destina parte de esa plata para prestarle dinero a su director ejecutivo, por ejemplo, ahí estamos frente a un engaño, que es lo que podría constituir el fraude”.

Este escenario deja expuesta a la Cruz Roja Chilena a eventuales demandas en su contra. “Podrían presentar alguna acción legal todos aquellos que hayan donado y se sientan engañados por el uso final que le dieron a esos recursos, independiente del monto. Incluso, si una persona donó un peso y ese peso lo usaron mal, tiene derecho a presentar una demanda”, argumenta Peralta al ser consultado por el quipo de investigación periodística de la emisora.

En este escenario, Patricio Acosta afirma que “todas las instituciones de beneficencia destinamos un porcentaje de las donaciones para ayuda en gastos de administración de la respectiva emergencia. Hay servicios y personas a las que hay pagarles. Sabemos que hay cosas que corregir, de hecho, para eso son estos informes. Sí cometemos errores, eso lo reconozco, pero no te podría decir que en base a un borrador si algo estuvo mal o no porque debemos esperar el informe final”.