Por Martín Poblete

En las postrimerías de su mandato, la Presidenta Michelle Bachelet ha lanzado el proyecto, mas bien la idea, todavía no es un proyecto, de construir un megapuerto a partir del actualmente limitado puerto de San Antonio;  doña Michelle quedará como autora de la propuesta original, en lo poco restante de su gobierno no hay tiempo para formular un proyecto de las dimensiones del mencionado, lo que ha afectado notablemente sus relaciones con los porteños, como se les llama a los ciudadanos de Valparaíso, que dejaría de ser el «puerto principal» de Chile.

Se trata de hacer de San Antonio un gran puerto, conforme a las exigencias del comercio de la globalización en el Siglo XXI.   El nuevo Canal de Panamá ha cambiado las proyecciones del comercio con las grandes potencias exportadoras asiáticas:  China, Japón, Corea del Sur; de pronto, los cargueros regulares pasan a ser los de cien mil a doscientas mil toneladas, cambiando los fundamentos de la logística portuaria y de las tecnologías para servirla.    Los grandes puertos americanos sobre el Atlántico Occidental ya han iniciado masivas transformaciones de su infraestructura.   Las empresas productoras de tecnología portuaria, particularmente de las grúas capaces de trabajar con barcos cargados con mas de cinco mil contenedores, también han empezado a fabricar estos nuevos equipos incorporando los mas recientes avances en «software» y automatización. El megapuerto planteará nuevos desafíos en materia de servicios, administración y procedimientos.

Es difícil que los nuevos cargueros de  mas de doscientas mil toneladas lleguen a Chile, nuestro comercio tendría dificultades para justificar el largo viaje de semejantes naves. Sin embargo, el megapuerto debiera estar preparado para recibir y atender barcos trayendo cinco mil contenedores, ser capaz de procesar su ingreso y ejecutar la descarga con eficiencia en la mas breve estadía posible, conscientes de la competitividad en los costos de operación.  Los contenedores no han cambiado, en su mayoría mantienen capacidad de treinta toneladas, algunos de hasta cuarenta, otros, los menos, de alrededor de veinte toneladas.   Para despachar un carguero con cinco mil contenedores se necesitará disponer de un mínimo de mil camiones, alternativamente de mil carros planos de ferrocarril, o bien una combinación de ambos medios, acompañados por la construcción de canchas de estacionamiento de contenedores a la espera de su despacho, esto último trae aparejadas importantes cuestiones de seguridad en el puerto mismo y en sus áreas circundantes.

El megapuerto necesitará de amplias vías  de acceso y salida para la zona portuaria las cuales, a su vez, exigirán la construcción de nuevas extensiones a las carreteras existentes, y ampliación de estas últimas especialmente la Ruta 78/Autopista del Sol.   No es necesario ser ingeniero para pronosticar el colapso de la Ruta 78, de no procederse a una ampliación en paralelo con la construcción del megapuerto; actualmente, esa carretera tiene dos vías en cada sentido, lo mas fácilmente inmediato es ampliar a tres vías por sentido,  mejorar los servicios a lo largo del camino y construir conexión mas expedita con la Ruta 5 Sur.

Otro asunto es el del ferrocarril

El existente, de una sola vía, va por un trazado sinuoso conforme a la lógica de cuando se lo construyó hace mas de noventa años;  después de Malvilla, evita la Cuesta de Llolleo mediante cinco túneles, muy atractivo para el turismo, pero se necesitará significativa modernización de vías, obras, señalética, para elevar su capacidad a las exigencias del servicio intensivo de carga.   Además se deberá construir la segunda vía, probablemente con un trazado diferente entre San Antonio y Leyda.   Será inevitable la extensión del tendido eléctrico, y la construcción en la Región Metropolitana de un terminal ferroviario de carga equipado para transferencias intermodales.   Todas las estaciones intermedias necesitarán importantes obras de construcción, particularmente los andenes paralelos y pasarelas sobre nivel.

Basta dejar el mar a la espalda, girando la mirada a los cerros y el pequeño plano en el contorno de la bahía, para darse cuenta de la inadecuación del San  Antonio actual para prestar mínimos servicios urbanos al gran puerto en proyecto;  la oferta hotelera es irrisoria, todas las avenidas y calles necesitarán extensa reingeniería, trabajo de geografía urbana por delante.

El anuncio presidencial

El histórico Valaparaíso, que lentamente se convierte más y mas en  un gran basural, con callejuelas y rincones que fueron idílicos hace muy pocos años, y con  sitios eriazos, donde antiguamente se levantaban imponentes edificios de la arquitectura alemana y británica, hoy pierde fuerza y puntos frente a San Antonio que atrevidamente le gana espacio.

La presidenta Michellet Bachelet anunció el 17 de enero último que el puerto a gran escala de Chile  será finalmente construido en San Antonio y no en Valparaíso.

La mandataria dijo que no fue una decisión antojadiza, sino que se “evaluó todas las variables respecto a los costos, conectividad, proyecciones de demanda, percepción ciudadana, planificación territorial, entre otros antecedentes”, todos estudiados por la Comisión Nacional de Desarrollo Logístico.

Bachelet agregó que este proyecto debe continuar un largo proceso para la materialización de la obra, destacando la relevancia de un puerto articulado con los otros, con beneficios para las cinco regiones de la macrozona central.

Dicha zona contribuye al 63% del Producto Interno Bruto, representa el 63% de las importaciones, 37% de las exportaciones y en ella habita el 62% de la población del país, destacó la Presidenta.

La ministra de Transportes, Paola Tapia, destacó que lo que sigue tras la presentación de EPV de sus bases de licitación es su ingreso, que luego irá al tribunal de defensa de la libre competencia.

Desde ahí, lo que siguen son los trámites ambientales, y luego la construcción.

Respecto al Hospital Claudio Vicuña, aseguró “que no fue nada de fácil. Éste sí que fue un parto difícil. Hasta yo me junté con el contralor de la república para saber qué es lo que había pasado”.

La secretaria de Estado agregó que el tren veloz es un proyecto complementario y que se está analizando la presentación de la solicitud de concesión desde la normativa vigente para tener una respuesta a la brevedad.

El proyecto de Puerto a Gran Escala fue comprometido por la propia Michelle Bachelet en su discurso del 21 de mayo de 2014.

Permitirá añadir 6 millones de TEUs (que equivale cada uno a un contenedor de aproximadamente 6 metros de largo) adicionales de capacidad anual, el triple de la actual.

Las obras costarían unos 3.600 millones de dólares y comenzarían a materializarse a partir de 2026.

En el anuncio también participaron la ministra de Salud, Carmen