Foto de Portada: Rl funeral en la casa de Nicanor Parra en el balneario de Las Cruces.

Kradiario, desde su creación el 10 de marzo de 2010,  ha destacado la figura del antipoeta Nicanor Parra y así, con la ayuda de nuestro archivo histórico, recordamos su partida después de vivir 103 años en este mundo del planeta Tierra.

Lunes 19 de diciembre de 2011

CRUCE EN LAS CRUCES, EL PUEBLO QUE ELIGIÓ EL POETA NICANOR PARRA PARA DORMIR EN UNA CRUZ

A sólo 100 km de Santiago, Chile, dos mil personas viven de espalda a los mercados y el consumo. En el pueblo no hay bancos, ni grandes tiendas, cines ni oficinas ministeriales… a cambio miran al sol caer en el Pacífico y cuentan los días y meses, según las bandadas de pájaros que llegan. Dicen que no mueren y los que mueren se van sanos; viven entre cruces, poesías, santuarios de naturaleza y reservas marinas.

Por Myriam Carmen Pinto

Desde Las Cruces, Chile.

Son pescadores, mariscadoras, monjas, ex trabajadores agrícolas; estos últimos una gran familia, propietaria de los terrenos cedidos por sus patrones en la época de las haciendas, hoy casi todos loteados y vendidos. Sus pensiones no llegan ni al salario mínimo, pero son dueños de vacas y caballos que transitan libres por solitarias calles mordiendo flores de jardines y hojas de cipreses, entre golondrinas, picaflores, tordos, cielos estrellados, gallos y grillos, cantando día y noche.

Aquí también residen arquitectos, artistas, artesanos y jubilados, todos huyendo de la capital, buscando tranquilidad, silencio y contacto con la naturaleza.

Cohabitan, entre casas y cabañas, vacías y cerradas, casonas y castillos casi abandonados, testimonios de vidas palaciegas de la elite del siglo XIX, quiénes diseñaron este balneario, asimilándolo a los que conocieron en Francia e Inglaterra, aspirando sentirse aún en Europa; así lo pensaron y entonces creían.

Su proyecto quedó a medias. Se fueron cuando este lugar perdió su exclusividad, conservándose los antiguos barrios «El Vaticano» y «El Quirinal», sus casas señoriales, muchas de ellas con grutas y capillas, las calles circulares, palmeras, una estatua de la virgen Stelamaris y dos iglesias de piedra. A este potencial de puesta en valor como «zona típica patrimonial», se suman los rezos del rosario, todas las tardes, y las cuatro misas de los domingos veraniegos.

En Las Cruces, no hay una plaza principal, pero sí playas, rocas, un santuario de la naturaleza, una reserva marina y un parque eco poético con ecopoemas escritos en letreros de madera.

En el sector, «Punta del Lacho», hay muchos miradores que permiten observar ocasos que dejan entrever hasta la propia curvatura del planeta y el rayo verde que se muestra a los verdaderos enamorados.

Desde aquí se aprecian playas vecinas y las viejas cruces de madera, erigidas entre las rocas en recuerdo de un naufragio. De esta historia surge el nombre «Las Cruces.»

«Es como un imán que viene del mar y que no se puede dejar de enmudecer». «El mar sereno, el mar que baña de cristal la patria». Así lo siente y describe el poeta Nicanor Parra, quién eligió residir en este pueblo hace unos 25 años (hoy serían unos 32 años), diciendo en sus poemas que duerme en una cruz y que tal vez bajo ella hay una iglesia.

Entorno de Nicanor Parra

La casa de Nicanor Parra se llama Torre de Márfil, aunque es blanca con tejuelas negras en el techo. Por el lado de la playa no se deja ver, escondiéndose entre árboles que él poeta ha dicho no podará ni cortará nunca más. La casa mira hacia el mar, frente a frente a Cartagena y a la tumba de Vicente Huidobro y por su puerta de acceso, un rayado que dice «Antipoesía», escrito por el mismo poeta, mira a Neruda, su casa y tierra de reposo en Isla Negra.

La Torre de Márfil está en la calle Lincoln; una larga calle que atraviesa el pueblo como una cicatriz formando una cruz media curva, agregando a su cabecera una escalera de piedra. A un costado, casi al llegar a sus pies, la casa de la cultura llamada Nicanor Parra y la calle Violeta Parra.

Subiendo desde la playa y la caleta de Los Caracoles, la vida rural cotidiana y en verano de visitantes playeros, se reúne y sale a su paso… el supermercado, la posta, dos locales de internet, otro de verduras y un buen par de pares de botillerías para los sobrevivientes que intentan recomponer sus almas desgarradas.

La parroquia principal tiene un antiguo campanario y para llegar a ella es necesario atravesar un pequeño puente paralelo a la orilla del mar, subir una escalera que lleva al cielo, trepar una colina o bien adentrarse hacia un sinuoso sendero de arena dorada, cruzando colinas y barrancos llenos de vegetación rústica.

No hace mucho se instaló un resort, la única edificación urbana y moderna. Ubicado frente a la playa grande está cercado y para entrar hay que ser socio y/o invitado, mostrar el carnet y firmar un libro grande de registros.

Nadie envejece ni muere

En el pueblo antiguo todos se miran, sonríen y saludan. Dicen que aquí nadie envejece ni muere y los que mueren se van sanos para que no los olviden. Quizás por ello, tampoco hay cementerios.

Cruces en la poesía de Nicanor Parra

«Los saluda con lágrimas de sangre

El poeta que duerme en una cruz».

“Tal vez bajo esta cruz hay una iglesia”.

“Más temprano que tarde caeré de rodillas a los pies de la cruz”.

“Tarde o temprano llegaré sollozando a los brazos abiertos de la cruz”.

Jueves, 1 de diciembre de 2011

EL ANTIPOETA CHILENO NICANOR PARRA ES PREMIO CERVANTES 2011

El poeta chileno Nicanor Parra Sandoval recibió hoy en España el Premio Cervantes 2011, el galardón más importante de las letras hispanas. El fallo fue anunciado por la ministra de Cultura de España, Ángeles González-Sinde, en Madrid. Así, el antipoeta se convirtió a los 97 años en el tercer chileno galardonado con este Premio después Jorge Edwards (1999) y el poeta Gonzalo Rojas (2003).

El premio dotado con 125.000 euros y entregado desde 1976, fue otorgado a Parra por la enorme influencia en la literatura hispanoamericana. El año pasado lo ganó la escritora catalana Ana María Matute. Los contendores de Parra este año fueron el poeta nicaragüense Ernesto Cardenal, el novelista colombiano Fernando Vallejo y el uruguayo Eduardo Galeano.

Su vida

Parra, nacido en San Fabián de Alico en 1914 es el mayor de nueve hermanos artistas -entre ellos la folclorista Violeta Parra-. En 1932 llegó a Santiago estudiando Física en el Instituto Pedagógico y después viajó a Estados Unidos para estudiar allí Física y Mecánica Avanzada. Regresó a Chile en 1945, antes de publicar su primer libro, en 1938, Cancionero sin nombre.

En 1948 publicó una antología y en 1952 realizó el mítico diario El quebrantahuesos, junto a Enrique Lihn y Alejandro Jodorowsky. En 1954 publicó su obra más influyente y que provocaría un cisma en la literatura hispanoamericana, Poemas y antipoemas. Sus obras más célebres son Versos de salón (1962) y Obra gruesa (1969).

Los Premios y algo más

Parra recibió el premio Nacional de Literatura en 1969, y en 1972 fue postulado por primera vez al Premio Nobel de Literatura, tras publicar por primera vez sus «artefactos». Entre 1977 y 1981 publicó sus Sermones del Cristo de Elqui, y en 1985, Hojas de Parra, otros títulos influyentes.

El antipoeta recibió en 1991 el Premio Juan Rulfo, en México, y el 2001 el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana.

También residió en Inglaterra, donde estudio Cosmología en Oxford, pero su estancia allí sólo le acercó más a la poesía; pese a ello, esta universidad le distinguió en 2000 con el “Honorary Fellow”.

Admirado por Bob Dylan, Alan Ginsberg y Roberto Bolaño, Parra es un profundo devoto de clásicos como el propio Cervantes, Shakespeare y Dante y -según confesó una vez a la agencia española Efe- de Gonzalo de Berceo.

En este último, Parra creyó encontrar un remoto referente de la antipoesía, pues utilizó “el lenguaje del pueblo” en su creación literaria.

Utilizar el “lenguaje del pueblo” es uno de los elementos principales de la poética de Parra, además de su temática, que pone al hombre común enfrentado a sus dilemas de la vida corriente.

La antipoesía es la poesía de lo cotidiano en su forma y en su fondo y Parra lo dejó en claro ya en 1954, cuando proclamó que “durante 50 años la poesía han sido el paraíso del tonto solemne”.

Preguntado después del éxito de “Poemas y Antipoemas” si buscaba ser el mejor poeta de Chile, respondió: “No, me conformo con ser el mejor poeta de Isla Negra”, en alusión a Pablo Neruda, que en ese entonces ya vivía en esa localidad de la costa central de Chile.

También aludió a otros poetas chilenos cuando proclamó: “No a la poesía de pequeño Dios (por Vicente Huidobro), no a la poesía de toro furioso (por Pablo de Rokha), no a la poesía de vaca sagrada (por Neruda)”.

Pese a esas arremetidas contra sus pares, Parra vive ahora en Las Cruces, un lugar situado entre Isla Negra, donde vivió y está sepultado Neruda, y Cartagena, donde vivió, murió y está enterrado Huidobro.

La izquierda chilena rompió con él por tomar té en la Casa Blanca con la esposa de Richard Nixon mientras él se declaraba ecologista y producía sin cesar nuevos volúmenes, entre ellos sus “Artefactos” (1972).

Sus Obras

“Sermones y prédicas del Cristo de Elqui” (1977), “Nuevos sermones y prédicas del Cristo de Elqui” (1979), “Chistes para desorientar a la policía” (1983), “Coplas de Navidad” (1983), “Poesía política” (1983), “Hojas de Parra” (1985) “Poemas para combatir la calvicie” (1993), son otras de sus obras.

También “Páginas en blanco (2001), “Lear Rey & Mendigo” (2004), “Obras completas I & algo +” (2006) y “Discursos de Sobremesa” (2006).

Mientras tanto, afina los últimos detalles de su “Anti Museo”, que construye en Isla Negra, y da los últimos retoques a dos nuevos libros: “Cacha la hueá” y “El Marica de Shakespeare”, títulos en la línea de sus “artefactos”, verdaderos misiles poéticos (”Si los maricones volaran/ no se vería la luz del sol”; “Cuba sí, yanquis también”).

Trabaja además en una traducción de “Hamlet”, que seguirá a “Lear, rey & mendigo”, que ha merecido el aplauso unánime de la crítica, además de publicar un nuevo tomo de sus “Obras Completas & Algo Más” (Galaxia Gutenberg).

Mientras huye de las entrevistas pero conversa con vecinos, recibe amigos o conduce un viejo Volkswagen escarabajo, Parra ha debutado en el cine en 2010 como protagonista del documental “Retrato de un antipoeta”, de Víctor Jiménez, quien le siguió cámara en mano durante diez años.

Sin la presencia de Nicanor Parra ni tampoco del Rey de España Carlos I fue entregado hoy el premio Cervantes en la Universidad de Alcalá al antipoeta chileno Nicanor Parra. Fue su nieto Cristóbal Ugarte, el encargado de recibir el galardón de manos del príncipe Felipe de Asturias.

Al aceptar el reconocimiento, Ugarte leyó a los presentes, «mi abuelo me ha encargado que pida prórroga de al menos un años, del 23 de abril de 2012 al 23 de abril de 2013, para así poder perigueñar un discurso medianamente plausible». «Don Quijote no cabe en un fin de semana», agregó.
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A continuación, Ugarte leyó poemas y antipoemas de su abuelo, como Soliloquio del Individuo y El Quijote de Parra, en cuanto «por de pronto, fueron estos los que merecieron tal atención del jurado para considerarlo acreedor al llamado Nobel de las Letras Hispanas».

«Los premios son como las dulcineas del toboso», continuó, «mientras más pensamos en ellas, más lejanas». «Los premios», leyó el nieto de Nicanor Parra, «son para los espíritus libres y para los amigos del jurado».

Ugarte finalizó diciendo: «Mi abuelo se formula la siguiente pregunta: ¿Se considera usted acreedor del premio Cervantes? Claro que sí ¿por qué? por un libro que estoy por escribir».

viernes, 29 de agosto de 2014

PUBLICAN UNA INVESTIGACIÓN SOBRE NICANOR PARRA A SOLO DÍAS DE QUE EL ANTIPOETA CUMPLIERA CIEN AÑOS

En la Casa de la Cultura de Providencia se recordó anoche la figura, la vida y el talento de Nicanor Parra, quien ha sido presentado muchas veces en el mundo literario  «como  uno de los mejores poetas de Occidente». En un singular encuentro de «parristas» y «también no parristas» se hizo un recorrido por su vida llena de altos y  bajos y demasiados acontecimientos personales,  al presentarse un nuevo libro sobre este personaje ganador del Premio Miguel de Cervantes en 2011 y el Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda (2012), escrito por las periodistas Sabine Drysdale  y Marcela Escobar.

Las dos autoras siguieron paso a paso la vida del vate conociéndolo en su propia casa de Las Cruces (litoral central) frente al Océano Pacífico, donde decidieron investigar a fondo su vida a través de decenas de testigos que algún tipo de relación han tenido o tuvieron con él en cualquier parte de Chile o del mundo. Todo esto ocurre cuando faltan solamente siete días para que Nicanor Parra cumpla un siglo de vida el próximo 5 de septiembre. Los homenajes para el creador de la antipoesía serán múltiples y este libro es uno de ellos.

Las escritoras Sabine Drysdale y Marcela Escobar  publican  en forma de presentación de la investigación lograda con éxito  una carta que le enviaron a Parra el 11 de marzo de 2013 que en parte decía:  «Hemos escrito artículos para distintos medios que han tratado sobre su vida, sus ideas, sus musas, su antipoesía. Son artículos que hemos disfrutado escribiendo. Pero hoy nos pusimos una tarea más ambiciosa: queremos escribir un libro sobre usted, sobre su vida, sobre el lado más cotidiano y pedestre del hombre detrás de la antipoesía. Esperamos que el día en que  aparezcamos por su casa, en la calle Lincoln de las Cruces, en vez de que amanezca con esa frase de Hamlet, » how if i say no», cambie la última palabra por un «yes».

Así nació y se desarrolló esta brillante investigación, como la han calificado algunos críticos como Camilo Marks y Andrés Gómez que fueron los presentadores del libro (ver foto arriba).