En la foto de portada aparece Mariana Aylwin acompañando a su padre, el ex Presidente Patricio Aylwin, poco antes de su muerte.

Tras la renuncia de 31 militantes a la Democracia Cristiana, integrantes del grupo Progresismo con Progreso,  -entre ellos, la ex ministra Mariana Aylwin e hija del ex presidente Patricio Aylwin-, varios personeros DC, que actualmente ocupan cargos en el Gobierno, se expresaron desconcertados y descontentos con la decisión.

Para el ministro de Economía, Jorge Rodríguez Grossi, «la decisión de irse sin dar la pelea es renunciar a la política interna. Habría preferido que no se fueran y que hubiesen disputado sus ideas internamente».

La ministra Alejandra Krauss dijo sentirse «afectada y con mucha pena», por la salida de amigos que integran el grupo. Y agregó que, «con quienes compartimos los ideales del humanismo cristiano y de nuestros fundadores, siempre vamos a seguir siendo camaradas».

El subsecretario de Justicia, Nicolás Mena agregó que «la situación era insostenible. Hace mucho tiempo que ellos tenían un partido interior en la DC, completamente de derecha y que operaba al margen de la institucionalidad, y a través de los medios. Creo que nos estaba haciendo mucho daño».

La chispa que originó la hoguera en la DC fue la causa que abrió el Tribunal Supremo del partido contra Mariana Aylwin y varios dirigentes del grupo disidente por haber suscrito una declaración en contra de la idea de apoyar a Alejandro Guillier en segunda vuelta.

Hasta el tribunal ha sido llevada igualmente la declaración realizada el 21 de diciembre en El Mercurio por Mariana Aylwin de que ella se sentía «más identificada» con Chile Vamos que con la Nueva Mayoría.

Al respecto, la timonel de la falange Myriam Verdugo «Yo espero no tener que seguir hablando de Mariana ni de nadie que tensione el partido. Es no entender lo que es un partido, a los que uno entra de manera voluntaria, pero que se manejan por reglas internas, tenemos estatutos, código de ética, y si ella fue pasada al tribunal es porque se entendió que había razones para ello. Y allegamos antecedentes de una situación puntual que nos pareció grave».

Acto seguido, acusó a la ex secretaria de Estado de abusar de su historia familiar en la DC al formular reiteradas críticas al partido.

«Mariana nos está produciendo daño, está abusando de una situación personal, ella representa a una familia importante en la DC, que han contribuido a armar una estructura política que ha dado 60 años de historia, entonces es lamentable, porque no está a la altura de lo que uno espera de esas personas», concluyó.

Los miembros de la mesa directiva de la DC se reunieron ayer para abordar el difícil momomento que vive el partido y luego emitieron la siguiente declaración pública: «Los partidos políticos son organizaciones voluntarias en los cuales se participa de manera libre, por tanto, solo nos cabe lamentar cuando un camarada abandona la organización que en conjunto hemos ayudado a construir», comienza diciendo la declaración. El comunicado agrega además que «esperamos que el tiempo nos permita reencontrarnos en la tarea de construir un Chile más justo y solidario bajo la iluminación del humanismo cristiano».

«La situación de la Democracia Cristiana y su declive electoral no es de hoy día. Viene desde el año 97 en adelante y nosotros como partido no fuimos capaces de asumir que teníamos que enfrentar la manera en que la gente nos estaba dando el mensaje», dijo la presidenta del partido Myriam Verdugo al término de la reunión, enfatizando que «no podemos pasar 10 o 15 años sin ver que hay un declive permanente en lo electoral, que hay un declive permanente en la cantidad de militantes y no hacemos la introspección para saber por qué está pasando eso. Hoy día, nosotros queremos hacer eso».

Profecía autocumplida

El columnista DC Antonio Lara escribió en Radio Cooperativa que «poco a poco se va dando cuerpo a una profecía auto cumplida y los integrantes del grupo autodeminado “Progresismo con Progreso” empiezan a presentar sus renuncias individuales a la Democracia Cristiana. El Mercurio órgano  oficioso de comunicaciones usado por los integrantes del grupo para dar a conocer sus opiniones, anticipa que en pocos días más un número indeterminado de ese sector presentarán la renuncia en forma conjunta, que es lo que ocurrió este viernes.

Agregó Lara al observar el proceso de disidencia que «llaman  la atención en las renuncias hasta aquí conocidas un par de cosas: la primera, es que ellas se hagan a través de cartas o comunicados a los diarios y luego a la instancia partidaria y lo segundo que  llama profundamente la atención es que el argumento común es el sentirse no escuchados por las instancias partidarias generándose así una desafección creciente de los integrantes del grupo hacia el Partido Demócrata Cristiano.

Como factor de esta renuncia en masa se debe agregar  además la crítica severa de la dirigencia de la DC  a mantenerse como socio del PC y  una cada  vez más gélida relación con la Nueva Mayoría.

Lara escribe que «muy jóvenes vivimos la separación del MAPU y la Izquierda Cristiana pero en ambos casos se esgrimieron razones de peso que al muy corto plazo fueron refrendadas por ambos partidos al integrarse a  la Unidad Popular.

Si revisamos brevemente la agenda que ha seguido la DC en decisiones institucionales, todas ellas han tenido como origen o fueron la postura defendida por quienes hoy renuncian: no ir a una Primaria para elegir al Candidato de la Coalición, optar por el camino propio para conseguir una mayor identidad partidaria, llevar lista al parlamento sin los socios principales de la Nueva Mayoría, presentar un programa de gobierno en el cual los énfasis estaban dados por el crecimiento económico y  la gradualidad. Decisiones sustantivas que sin duda acompañan la  fuerte derrota sufrida el 17 de noviembre.

La ex candidata presidencial, Carolina Goic, fue una de ellas y dijo que «no me gusta lo que veo en la DC», ya que este tipo de decisiones «lo que hacen es debilitar un partido», aseguró a CNN Chile. 

Sin embargo, a través de su cuenta de Twitter lamentó la decisión de Mariana Aylwin y de otros militantes de renunciar. «Cuando se busca reprimir opiniones de un sector, se pierde la fraternidad y se renuncia a incidir, sólo se acrecienta la crisis. La DC tiene que modernizarse y enfrentar un debate interno”, manifestó. Hay que recordar que Goic es una de las responsables de la «vía propia» que terminó en un rotundo fracaso electoral.

Mariana Aylwin, una líder encubierta 

Los 31 dirigentes que dimitieron acusaron a la mesa de tener una estructura que favorece la “intolerancia” y la “descalificación”. Hito constituye la mayor fractura interna desde la expulsión de Adolfo Zaldívar en 2007.

Encabezados por Mariana Aylwin, ex ministra de Educación, 31 militantes criticaron el giro del partido hacia la izquierda y reivindicaron la era de la Concertación. La directiva lamentó la diáspora. “La DC está en una situación casi terminal”, dice el senador Jorge Pizarro.

La carta de renuncia ya estaba redactada, pero solo faltaba la confirmación de Mariana Aylwin para hacerla pública. Este vierne, luego de varias reuniones y encuentros privados entre los miembros de Progresismo con Progreso, un grupo de 31 militantes DC -muchos de ellos ex ministros y ex autoridades de gobierno, decidió terminar con el partido.

La lista de los renunciados

Álvaro Clarke, Ex superintendente de SVS; Ana Luz Durán, Ex asesora del Ministerio de Educación (2001-2008); Baldemar Higueras, Secretario ejecutivo de la CNTC; Clemente Pérez, Ex presidente de Metro (2007); Delia Del Gatto, Ex directora del Sename; Ernesto Tironi, Ex embajador ante las Naciones Unidas y ex gerente de Corfo; Felipe Del Río, Ex Intendente de la IV Región; Gabriela Ruitort, Ex directora de ProChile; Gino Servato, Ex candidato a concejal; Guillermo Le Fort, economista, miembro del Grupo de Política Monetaria; Héctor Sánchez Rodríguez, Ex superintendente de Isapres; Hernán Garfias, integrante del comité asesor del Consejo Nacional de Cultura; Hernán Herrera, Presidente de la Conacep; Hugo Lavados, Ex ministro de Economía; Julio Bustamante, ex superintendente de AFP; Luciano Gligo,miembro de “Progresismo con Progreso”; Luis Lizama, ex presidente de la Sociedad Chilena de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social; Manuel Inostroza, ex superintendente de Salud; Manuel Llanos, miembro de “Progresismo con Progreso”; Mariana Aylwin, ex ministra de Educación; Mario Jerez, ex director de la Cenabast; Mauricio Olavarría, Consultor del Banco Mundial; Miguel Patricio Aylwin, hijo del ex presidente Aylwin; Oscar Acuña, Secretario ejecutivo del Consejo de Monumentos Nacionales; Patricio Sesnich, ex presidente de la Zofri; Raúl Martínez, Ex integrante de la Conacep; Santiago Venegas, Experto en Salud; Sergio Hernández, vicepresidente Ejecutivo de Cochilco y ex sub. de Minería; Carlos Correa, Luis Felipe Cristi y  Rodrigo Pablo.

De esta manera, uno a uno los ex dirigentes de la DC comenzaron ayer a enviar personalmente su carta de renuncia al Servicio Electoral, apuntando a los motivos que llevaron a su dimisión.

Para muchos al interior de la DC, la renuncia de este grupo no los tomó por sorpresa, pero sí el momento, principalmente porque este grupo tenía previsto que fuera luego del debate de la junta nacional del próximo 27 y 28 de enero cuando oficializaran su salida.

Desde el movimiento reconocieron, sin embargo, que la determinación del tribunal supremo de la DC de declarar admisible la solicitud de expulsión de muchos de sus miembros, sumado a la postura que tomó la mesa en torno a este tema, aceleró la renuncia de manera masiva.

El hito constituye la mayor fractura interna en la DC en una década, desde que en diciembre de 2007 se expulsara a Adolfo Zaldívar y, posteriormente, se gatillara la renuncia al partido de Alejandra Sepúlveda, Pedro Araya, Eduardo Díaz, Carlos Olivares y Jaime Mulet, entre otros.

Pasadas las 15.00 de ayer, los 31 personeros de Progresismo con Progreso -considerados como parte del establishment de la colectividad y muchos de ellos vinculados a la ex Concertación-enviaron una carta al secretario nacional del partido, Gonzalo Duarte, explicando sus razones.

“Con mucho pesar le informamos que hemos decidido renunciar a nuestra condición de militantes del Partido Democracia Cristiana, lo que hemos sido por muchos años o décadas”, anunciaba en sus primeros párrafos la misiva.

En ella se indica, además, que “la DC ha perdido tanto su influencia política como su perfil moderado y cuidadoso de la calidad técnica de sus propuestas. Se apoyaron una serie de reformas que tenían fines loables, pero estuvieron pobremente diseñadas y peor ejecutadas”. Y se agrega que “a pesar del muy adverso resultado en las urnas, en las que el electorado DC, como es evidente, rechazó la propuesta continuista de su directiva, no se ha realizado un proceso sereno de reflexión crítica que lleve a enmendar rumbos”.

En otro de sus párrafos cuestionan también que “la orgánica de la directiva de la DC está controlada por una estructura que favorece la intolerancia, la descalificación, sin espacios para el debate con altura de miras. Nos duele profundamente llegar a la convicción – como muchos otros que ya no es posible cambiar la cultura que se ha instalado dentro del partido, destructiva de nuestros liderazgos y de nuestra propia identidad”. Y concluye: “Algunos de los firmantes de esta carta hemos sido objeto de una acusación basada en argumentos no aceptables en una agrupación democrática y, peor aún, su requerimiento ha sido acogido por el tribunal supremo y apoyado por la directiva nacional subrogante, pese a no ser procedente de acuerdo a los estatutos”.

Los pasos a seguir

Al interior del partido reconocían ayer que una de las primeras consecuencias que tendrá la renuncia de estos 31 militantes a la colectividad sumado a la dimisión del economista Ernesto Tironi- será el cambio que esto traerá a las fuerzas internas que conviven en la Democracia Cristiana.

Más aún, porque el sector moderado se verá “debilitado” frente a quienes promueven mantener una alianza con la izquierda.

Respecto al movimiento Progresismo con Progreso, sus propios miembros descartan que este se disuelva. Por el contrario, ya se han conversado algunas alternativas para mantenerse en vigencia, como, por ejemplo, a través de un centro de estudios para la construcción de nuevas políticas públicas o asesoramiento técnico, incluso para la DC.

“Queremos irnos con la frente en alto y pensando que, desde fuera, tal vez podamos aportar con mayor libertad a renovar los planteamientos de políticas basadas en el pensamiento del humanismo cristiano, a entender la complejidad de la sociedad actual, a reivindicar una historia que nos enorgullece y a plantear ideas para un camino político”, finalizan en la misiva.

Desde Chile Vamos, en tanto, ya comenzaron los primeros llamados para que, muchos de los ahora ex militantes, se puedan sumar a futuro a sus filas.

Pese a eso, al menos en el caso de Aylwin se ha mostrado -hasta ahora- contraria a una opción como esa o a formar parte del gobierno de Sebastián Piñera.