Las elecciones catalanas de este jueves han dado dos grandes ganadores: Ciudadanos, con Inés Arrimadas al frente, logra una victoria histórica en votos y escaños (37); y el bloque independentista casi mantuvo la mayoría absoluta con 66 escaños con la lista de Junts per Catalunya (JxCat) liderada por el president cesado de la Generalitat, Carles Puigdemont, que ha logrado 34 diputados. Por detrás se sitúa ERC, que obtiene 32 diputados y que ve relegadas sus altas expectativas. El PSC se sitúa en cuarta posición con 17 escaños, Catalunya en Comú, quinta fuerza con ocho parlamentarios, mientras que la CUP se haría con cuatro y el PP de Catalunya se vería relegada como última fuerza política con sólo tres diputados.

De esta forma, la jornada electoral deja dos grandes novedades, la victoria por primera vez del partido de Albert Rivera en unos comicios, y de una fuerza no catalanista que se impone en unos comicios en Catalunya tras sólo 10 años de vida parlamentaria, y la pujanza de la lista del expresident, Carles Puigdemont, que se ha impuesto a la de Oriol Junqueras contra todo pronóstico.

La victoria de Arrimadas puede ser poco efectiva a la hora de iniciase una nueva etapa de gobierno como consecuencia de la ajustada mayoría absoluta que revalidan las fuerzas partidarias de la secesión. Sin embargo, Arrimadas se ha congratulado de que “por primera vez” una fuerza constitucionalista haya ganado las elecciones en Catalunya y que esta sea Ciudadanos. POr eso ha considerado que Ciudadanos ha enviado un mensaje al mundo”: “la mayoría social en Catalunya está “a favor de la unión con España” y que “los independentistas ya no pueden hablar en nombre de todos”.

El hecho de que las fuerzas independentistas sumen 70 diputados supone que revalidan la mayoría absoluta que obtuvieron hace dos años, aunque con dos escaños menos (en 2015 consiguieron 72), un hecho determinante que marcará el futuro inmediato a la hora de formar gobierno si se confirman los datos provisionales y la distribución de esos escaños entre los tres partidos. Puigdemont puede tener en su mano de nuevo la presidencia de la Generalitat si cuenta con los apoyos de ERC, pero no necesitará el voto positivo de la CUP, sino simplemente su abstención.

Los resultados también pueden leerse como un serio toque de atención al Gobierno central y al Partido Popular (PP). El hecho de que la candidatura de Xavier García Albiol se haya visto relegado a la última posición con unos malos resultados que le hacen perder ocho escaños, supone un acto de castigo por parte de los electores. Se tratan de momento de los peores resultados del PP en Catalunya. Además, con sus medidas en virtud del artículo 155 de la Constitución, Rajoy no habría conseguido rebajar las aspiraciones de los partidos independentistas.