El tribunal de primera instancia de Bruselas puso fin este jueves a la orden europea de detención y entrega que pesaba contra el expresidente cataláns  Carles Puigdemont y los cuatro exconsellers -Toni Comín, Clara Ponsatí, Lluís Puig y Meritxell Serret- que se encuentran prófugos de la justicia española en Bélgica desde el 30 de octubre pasado.

Así lo informó la Fiscalía de Bruselas. A la justicia belga no le quedaba otra opción que archivar la euroórden después que el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena  decidiera retirarla. Este resultado es un fracaso evidente para el aparato judicial y el Gobierno de España encabezado por el derechista Mariano Rajoy (PP).

La audiencia ante la Cámara del Consejo de Bruselas apenas duró cinco minutos y participaron solo los abogados sin la presencia de los políticos.

El juez belga ha dictaminado que, en ausencia de petición de España, ya no hay caso. «Eso cierra el procedimiento», ha dicho la Fiscalía en un comunicado.

Las medidas de vigilancia contra Puigdemont en Bélgica para evitar otra fuga ya se levantaron el pasado 5 de diciembre, el mismo día que Llarena anunció su decisión. El expresidente catalán y su antiguo equipo pueden ahora moverse y hacer campaña para el 21-D en total libertad por toda la UE. Sólo serán detenidos si regresan a España. En el resto de UE sigue vigente la orden de detención que España la mantiene, pero podrán permanecer en Bélgica sin problemas.

En sus últimas comparecencias y entrevistas, Puigdemont ha dicho que de momento su intención es quedarse en Bélgica. Ni siquiera tiene previsto votar el 21-D. Sólo se plantea volver si los independentistas ganan las elecciones catalanas. «A lo mejor vale la pena correr el riesgo» de regresar para ser investido presidente en el Parlament y automáticamente ser detenido por las mismas ideas que habrán avalado los catalanes, dijo el martes a la Agencia Catalana de Noticias.