Denuncia de Piñera, hasta ahora sin fundamentos claros, podría costarle la elección
Por Martín Poblete
El candidato presidencial Sebastián Piñera, también algunos integrantes de su comando, han lanzado una seria acusación, todavía no tiene carácter de denuncia formal, de votos marcados en la primera vuelta de la elección presidencial; dichos votos habrían tenido la preferencia previamente marcada a favor de los candidatos Alejandro Guillier o Beatriz Sánchez.
Considerando las características de nuestro actual sistema electoral, para poder enviar electores con voto previamente marcado se necesitaría un elaborado sistema, empezando con la entrega del voto marcado al elector por los comandos presuntivamente interesados; luego, para poder ejecutar el engaño, se necesitaría de la complicidad de todos los integrantes de la mesa receptora de sufragios.
Mientras no haya una denuncia formalmente presentada ante el SERVEL, las acusaciones lanzadas por la campaña de Sebastián Piñera, comentadas por el mismo candidato, deben ser consideradas trucos publicitarios destinados más bien a llamar la atención de sus propios partidarios, tal vez con ello estimular el reclutamiento de voluntarios para la exigente tarea de apoderados de mesa; de todas maneras, queda en el ambiente la percepción de irresponsabilidad, de parte del candidato y los integrantes de su comando.
En otros tiempos, el voto marcado era una práctica estrechamente ligada a los acarreos, el cohecho, las encerronas, todo ello parte del andamiaje electoral de la oligarquía terrateniente, minera y financiera; su ejecución requería de numerosos especialistas en los procedimientos, fue parte integral del sistema electoral en el Siglo XIX hasta comienzos del siglo XX.
El trabajo del Partido Radical primero, luego del Partido Democrático, después de comunistas, socialistas, y la entonces Falange socialcristiana, fue gradualmente sacando el voto marcado de las ciudades y pueblos.
La elección presidencial de 1952, con el triunfo del General Carlos Ibáñez del Campo muy cerca de la mayoría absoluta, dejó las viejas prácticas reducidas a reductos rurales alejados de la vigilancia de las autoridades y de los políticos en contienda. Hacia fines del segundo gobierno del Presidente Ibáñez, en 1957, se aprobó la reforma del sistema electoral dejándolo básicamente como es ahora; la elección presidencial de 1958 fue la primera con cédula única.
Sería en grado sumo lamentable, si llegasen a comprobarse las acusaciones tan ligeramente lanzadas por el candidato Sebastián Piñera y su comando; esperemos todo no sea mas que un momento de falta de criterio, el cuarto de hora fatal del cual ninguna candidatura está libre.
El candidato opositor acusó la existencia de muchos casos de irregularidades en la primera vuelta.
Sánchez anuncia que votará por Guillier tras denuncia de Piñera
El candidato oficialista Alejandro Guillier calificó la denuncia de «una infamia contra Chile».
«La bomba estalló» en una entrevista con el ciclo radial “Si yo fuera Presidente” -de Concierto, ADN y Rock and Pop-, donde el abanderado de Chile Vamos fue consultado si el reforzamiento del contingente de apoderados de mesa con miras a la segunda vuelta respondía a alguna duda suya sobre el trabajo del Servicio Electoral. “Mire, a mí no me gusta poner en duda nuestro sistema electoral, porque eso es parte del patrimonio del país… Porque sería primera vez que eso ocurriría en democracia. Lo que sí ocurre en todas las elecciones es que hay muchos que se pasan de vivos. Usted vio que muchos votos en las mesas estaban marcados previamente, lo vimos todos el día de la elección. O estaban marcados por Guillier o por Sánchez, no por nosotros”, sostuvo el ex mandatario.
Consultado nuevamente sobre el punto, Piñera insistió en su denuncia. “Lo que yo vi el día de la elección y que lo mostraron todos los canales de televisión y que lo comentaron todas las radios, es que a mucha gente le pasaban un voto que ya estaba marcado en favor de Guillier o de la Beatriz Sánchez”, sentenció, justificando luego el reforzamiento del equipo de apoderados de mesa reiterando que “tienen que haber ojos vigilantes”.
Desde el Servel pidieron “prudencia” y subrayaron que, hasta el momento, no existe una sola denuncia formal referida a votos marcados y que solo se conoce, informalmente, de una situación en Punta Arenas.
Más adelante y cuando el escándalo comenzaba a tener consecuencias y respuestas verbales duras, el candidato Piñera dijo: “Quiero enfatizar que nunca puse en duda el resultado electoral de la primera vuelta”, agregando que su aseveración estaba fundada en lo que señalaron ocho medios de prensa, entre los que mencionó a La Tercera. “Esos medios denunciaron de forma muy profusa las denuncias ciudadanas y el gobierno hizo oídos sordos”, sostuvo el abanderado de Chile Vamos, quien descartó que su reacción responda a la inquietud ante el escenario electoral. “No hay ningún nerviosismo, esa es una estrategia que siguen ellos. Mucha gente se ve en el espejo, cuando ellos están nerviosos o piensen que han perdido la elección tratan de transmitir eso a quien está al frente. Ustedes me ven, estoy muy tranquilo”, sentenció el ex mandatario, buscando dar por cerrado un flanco de controversia inesperado, a 13 días de la segunda vuelta presidencial, como realata este martes «La Tercera».
La derrotada candidata de primera vuelta por el Frente Amplio, Beatriz Sánchez, a pesar de la declaración de la última semana de dejar en libertad de acción a sus simpatizantes en segunda vuelta, anoche, tras la denuncia de Piñera, de hecho anunció su decisión de respaldar a Guiller en el balotaje tras asegurar que el candidato oficialista había traspasado “un límite” y que por eso votaría en contra de él.