Salvador Nasralla (izquierda), de la izquierdista Alianza de Oposición Contra la Dictadura, se perfila como ganador de las elecciones presidenciales en Honduras, con 45,17% de los votos frente a 40,21% del actual mandatario Juan Orlando Hernández (derecha), según anunció en la madrugada de este lunes el Tribunal Supremo Electoral (TSE). Sin embargo ambos se dan como ganadores de las elecciones, lo que es muy típico en América Central.
El presidente del tribunal, David Matamoros, dio a conocer los resultados parciales con 57% de las mesas escrutadas, tras una larga espera durante la que ambos candidatos se proclamaron vencedores tensando los ánimos.
Hernández, del derechista Partido Nacional (PN), aseguró su victoria ante una multitud, mientras su rival Salvador Nasralla dijo tener ventaja en la votación y habló de «fraude».
Minutos antes de la presentación de datos, Hernández dijo a sus simpatizantes en un hotel capitalino: «Estamos arriba por siete puntos». Mientras seguidores de la Alianza de Oposición Contra la Dictadura llegaron en caravana a la sede del TSE para exigir resultados.
Dos presidentes
«Estoy muy contento, alegre, porque he estado viendo (…) una enorme cantidad de encuestas de boca de urna y procesamiento en tiempo real de las actas y el recuento es más que claro y contundente: ganamos esta elección», declaró Hernández ante una multitud que lo aclamaba en la capital.
Agregó que «las elecciones están terminando, después seguimos siendo los mismos hondureños, tenemos que vernos como hermanos».
Poco después, Nasralla se presentó ante sus militantes para decir que posee resultados oficiales que le dan una ventaja importante sobre Hernández.
«Yo les ofrecí durante toda la campaña que iba a cumplir el mandato del pueblo hondureño, y el mandato es fuera JOH», declaró Nasralla, citando las iniciales de Hernández.
Aseguró tener las actas de resultados de poco menos de un tercio de las 17,500 mesas de votación, que le dan una ventaja de unos 18,500 votos sobre Hernández.
Nasralla convocó a sus seguidores a movilizarse a partir de este lunes para rechazar «cualquier fraude» que se pudiera dar.
El proceso, al que estaban convocados seis millones de electores, estuvo marcado por los cuestionamientos a la aspiración del presidente Juan Orlando Hernández de reelegirse en el cargo y por los temores de la oposición a un fraude.
Las 17.500 mesas de votación abrieron poco después de las 7:00 de la mañana (hora local) con largas filas de personas abrigadas en una fresca mañana en Tegucigalpa. Los centros electorales debían cerrar a las 4:00 de la tarde locales, pero las autoridades electorales extendieron el horario una hora más. El candidato del Partido Liberal, Luis Zelaya, fue de los primeros en acudir a votar.
La Constitución hondureña prohíbe la reelección presidencial, pero Hernández logró inscribir su candidatura a un segundo período consecutivo gracias a una interpretación de la Sala de lo Constitucional, que avaló un recurso presentado por diputados cercanos al mandatario. La decisión levantó las criticas de la oposición, con denuncias de un posible fraude. Desde 1982 la Constitución prohíbe un supuesto afán reeleccionista el que solo se quebró para justificar el derrocamiento del presidente Manuel Zelaya en 2009.