Ver también video de archivo que explica los orígenes y causas de esta crisis en entrevista con el ex presidente del PDC Ricardo Hormazábal, hoy ex militante activo.

El mal resultado obtenido por la candidatura presidencial de Carolina Goic, unido al también mal resultado de las candidaturas a diputados y senadores, marcan un punto de inflexión en las dificultades del Partido Demócrata Cristiano (PDC), pasando a una fase de auténtica crisis por ahora sin solución de continuidad.

De partida, la declaración conjunta del diputado Gabriel Silber, la senadora electa Ximena Rincón, y el todavía diputado Ricardo Rincón, el día siguiente a la primera vuelta exigiendo la renuncia de Carolina Goic a la presidencia del Partido, tuvo rasgos de vulgar ajuste de cuentas con características casi mafiosas.   Ese mismo día en la tarde, la directiva DC por medio de su presidente subrogante anunció el apoyo incondicional a la candidatura presidencial de Alejandro Guillier; ese lenguaje no es propio de la política, demuestra incapacidad de reaccionar ante situaciones adversas.  Al día siguiente, la senadora electa Yasna Provoste se integró «con entusiasmo» al comando de la campaña de Guillier,  recibiendo la crítica entre irónica y sarcástica de la ex-ministra Soledad Alvear por no haber mostrado similar entusiasmo por la candidatura de Goic.

Los días siguientes en esta misma semana han visto anuncios de varios militantes llamando a votar por Sebastián Piñera en la segunda vuelta de la elección presidencial.   La reacción de la dirigencia DC ha sido pasar a esos militantes al tribunal de disciplina; si bien es cierto tales declaraciones tienen aspectos calificables como faltas al orden interno, en sí mismas no reflejan  problemas disciplinarios sino políticos; el recurso a la instancia disciplinaria no resuelve la cuestión de fondo, cual es una seria falta de voluntad de un grupo probablemente considerable de militantes, de acompañar el llamado a votar por la candidatura de Alejandro Guillier en segunda vuelta.   A lo anterior se agrega la renuncia al Partido del ex ministro de Hacienda Eduardo Aninat, expresada en carta enviada y publicada este viernes por El Mercurio;  los puntos planteados por Aninat parecen acertados, pero al renunciar se resta sin mayor discusión al proceso posterior al período electoral; aceptando el carácter voluntario de la asociación a  partidos políticos, en este sentido Aninat tiene derecho a terminarla, su renuncia no resuelve nada, salvo enfatizar la situación crítica de la DC.

En  semanas inmediatamente posteriores a la segunda vuelta de la elección presidencial, la Democracia Cristiana deberá llamar a Junta Nacional, tal vez en enero de 2018, de ahí convocar a elección de nueva directiva en marzo, con plena participación de las bases, un militante un voto, los aspectos institucionales seguidos de un vigoroso  análisis con debate de ideas  sobre el curso de acción a seguir, única forma de mostrar al país que todavía queda vitalidad intelectual.

La crisis DC, perdió el 35% de los votos, no es exclusiva de los democristianos; el PPD perdió el 45% de los votos;  Amplitud, lanzado buscando un proyecto liberal de centro, quedó a  riesgo de su desaparición al perder a su única senadora Lily Pérez;  Ciudadanos,  también quedó en similares condiciones, incapaz de elegir senador en el Maule a su fundador el ex-ministro de hacienda Andrés Velasco.   Hay un remezón dejando dañadas las opciones asociadas con el centro del espectro electoral y político, queda por verse cuales serán capaces de emerger renovadas.