El presidente de Alemania, Frank-Walter Steinmeier (foto de portada con Merkel), pidió hoy a todos los partidos políticos alemanes con representación parlamentaria “disposición al diálogo para hacer posible la formación de Gobierno en un futuro cercano” tras el fracaso de las conversaciones que lideraba la Canciller democristiana (CDU) Angela Merkel con los partidos liberal (FDP) y los verdes.

Steinmeier instó a la “reflexión” en una comparecencia institucional en el palacio de Bellevue (Berlín) después de reunirse con la canciller, Angela Merkel, quien le informó del fracaso de las negociaciones.

Tras las elecciones del 24 de septiembre y después  que los socialdemócratas rechazaran reeditar la gran coalición, el gabinete tripartito era la única fórmula probable denominada “Jamaica” por los colores de las tres coaliciones verde, amarillo (oro) y negro

Justo antes de su comparecencia, los socialdemócratas reiteraron su rechazo a reeditar una gran coalición con los conservadores de Merkel.

Según la Constitución alemana, corresponde al presidente del país proponer al Bundestag (el Parlamento) un candidato a canciller y, para ser elegido, éste debe recibir el apoyo de la mayoría absoluta de los diputados en una primera votación y en una segunda, que tendría que celebrar dentro de los catorce días siguientes a la primera.

En la tercera votación el candidato puede ser elegido ya por mayoría simple y el presidente del país, en el plazo de siete días, tiene la opción de nombrarlo o de disolver el Parlamento, con lo que se convocarían elecciones en el plazo de sesenta días.

El portavoz del Gobierno alemán, Steffen Seibert, recordó hoy que en la madrugada (hora alemana)que la canciller había expresado su propósito de seguir trabajando para que el país fuera bien gobernado “también en estas semanas difíciles”.

Casi nadie esperaba que la formación de un Gobierno en Alemania pudiera fallar. Ahora, todo puede pasar, desde un Gobierno minoritario hasta unas nuevas elecciones, comentó la redactora jefe de la Deutsche Welle , Ines Pohl.

«Primero el «brexit”, después Donald Trump, y ahora esto: Angela Merkel, al menos por ahora, ha fracasado en su tarea de formar un Gobierno. En una Alemania estable y económicamente exitosa, el país en el corazón de Europa, el motor de la Unión Europea, exactamente ocho semanas después de las elecciones federales, aún no está claro cuál es el rumbo a tomar después de este fracaso en la conversaciones. Poco antes de la medianoche del domingo Christian Lindner, el jefe del partido liberal FDP, anunció la interrupción de estas; fiel al lema: ‘es preferible que no haya alianza gubernamental a que haya una equivocada», agregó Pohl.

¿Por qué fracasaron las negociaciones para formar Gobierno?

Migración: Este ha sido el punto más polémico durante las negociaciones. El bloque conservador de Merkel exige que se fije un límite anual a la entrada al país de peticionarios de asilo. Los Verdes insisten en que los migrantes tengan garantizado el derecho de repatriación familiar. Mientras, los liberales son partidarios de regular la política migratoria a partir de una nueva ley.

Clima: Después en Acuerdo de París de 2015, todavía no existe acuerdo a la hora de determinar cómo el país cumplirá con la exigencia de reducir sus emisiones de dióxido de carbono hasta 2020. Se reconoce la necesidad de disminuir la producción energética a partir del carbón. Sin embargo, falta determinar a cuánto ascenderá esta reducción.

Europa: El CSU (partido hermanode la CDU) insiste en cancelar las negociaciones de adhesión a la Unión Europea con Turquía. Los Verdes no comparten esta opinión y prefieren, por el momento, dejar el proceso «congelado». Tampoco reina el acuerdo en materia de rescates financieros en la UE. Los partidos presentan diferentes puntos de vista a la hora de poner en marcha mecanismos que sirvan para aliviar la situación de otros miembros del bloque que atraviesen graves problemas económicos.

No habrá soluciones fáciles

Por primera vez, el partido conservador de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) llega al Parlamento Federal alemán (Bundestag), y ha complicado vigorosamente las opciones gubernamentales hasta ahora habituales; no habrá soluciones fáciles en un Parlamento con representantes de siete partidos.

Debido a la negativa anticipada del Partido Socialdemócrata (SPD) de entrar en una renovada gran coalición, la canciller Merkel se vio forzada, después de doce años en el cargo, a negociar una coalición en la que no tenía un puesto de poder real desde el principio, a pesar de representar al partido más fuerte. Debilitada por el pobre desempeño de su partido (la Unión Demócrata Cristiana de Alemania, CDU), su papel se redujo únicamente al de mediadora, con el que, a fin de cuentas, fracasó. Indudablemente, fue el FDP el que evitó que Angela Merkel encontrara una nueva narrativa y que desarrollara una idea para una alianza gubernamental; una alianza que no retrocediera a certidumbres ya probadas, sino que abordara valientemente y de manera proactiva, así como con nuevas ideas, las nuevas realidades políticas.

El despertar este lunes no fue solo un shock para Alemania, sino para toda Europa. Sobre todo porque se aproximan muchas semanas más, tal vez meses, de incertidumbre política.

¿Gobierno de minoría?

Al no lograrse el acuerdo, Merkel sólo tiene ahora ante sí dos opciones: un Gobierno de  minoría con la inestabilidad que eso conlleva o nuevas elecciones generales.  Esta es una opción que la dirigente intentará evitar a toda costa, porque podría darle más alas al partido conservador de derecha Alternativa para Alemania (AfD), que ya se sienta en el Parlamento germano como tercera fuerza política.

Además, unos nuevos comicios la situarían en una posición muy complicada, obligándola a concurrir de nuevo en la carrera por las urnas después de haber sido elegida el pasado 24 de septiembre con su segundo peor resultado y de que su conservadora Unión Cristianodemócrata (CDU) y su partido hermano bávaro la Unión Cristianosocial (CSU) sufriesen una notable pérdida de apoyos.

Tras más de 12 años en la cúspide del poder en Alemania y en el ámbito internacional, este seguramente es el peor de los escenarios que Merkel se podría imaginar para poner punto y final a su carrera política.

Efectos inmediatos en el euro

La dificultad de Angela Merkel para formar gobierno ha provocado desazón en los mercados. La mayor economía de la zona euro tendrá que convocar nuevas elecciones o la canciller tendrá que pilotar el país en minoría. Las Bolsas y el euro reaccionaron con caídas en los primeros compases de la negociación, pero después salieron a escena los «cazagangas» mientras el mercado daba posibilidades a una coaliación con los socialistas.

Al final, después de que el jefe del SPD, Martin Martin Schulz, reiterara lo que ya dijo tras las elecciones, que no quiere formar parte de una coaliación con la CDU de Merkel, las órdenes de venta contra el euro ganaron las batalla en el mercado de divisas. Por si fuera poco, la propia lider del centroderecha germano abonó esta tesis: prefiere nuevos comicios antes que gobernar el país en minoría.

En cuanto a la renta variable, España hubo empate. El Ibex, que llegó a subir hasta los 10.060 puntos, cerró con una simbólica alza del 0,15%, para acabar en los 10.025,5 puntos.

Los bancos volvieron a ser el lastre de la Bolsa española. Bankia se dejó un 1,13%;CaixaBank, un 0,89%; Bankinter, un 1,08%; BBVA, un 1% y Sabadell, un 0,12%. Mención aparte mereció Siemens Gamesa, que ha vuelto a ser el valor que más ha sufrido con una caída del 5,06%, después de una recomendación negativa de Goldman Sachs. Así, el fabricante de aerogeneradores cotiza en niveles mínimos desde inicios de 2015.

En el resto de Europa los cierres fueron relativamente mejores. El Dax alemán subió un 0,5% al igual que el Cac alemá.

La inestabilidad germana tiene el efecto de devaluar el euro, que ayer marcó un mínimo en los 1,172 dólares y finalizó en los 1,175. Lo paradoja es que la debilidad de la moneda única tiene un efecto benéfico en las Bolsas. Las compañías exportadoras, principalmente las alemanas y, entre estas, los fabricantes de automóviles (Volkswagen subió más de un 4%), fueron los grandes ganadores de la jornada bursátil.

En Estados Unidos, la apertura alcista de sus tres índices clave (S&P, Dow Jones y Nasdaq) logró tranquilizar a los inversores europeos, pero al mismo tiempo se mantiene la incertidumbre sobre la reforma fiscal de Donald Trump.