La calificadora crediticia estadounidense Standard & Poor’s (S&P) rebajó este lunes la deuda soberana de Venezuela en moneda extranjera a «default» (incapacidad de pago) después que incumpliera el abono de los intereses frente a dos tipos de bonos.

La calificadora anunció que la decisión se fundamenta en que las autoridades venezolanas no abonaron 200 millones de dólares de los cupones correspondientes de bonos globales emitidos con vencimiento en 2019 y 2024.

El pago no fue hecho después de que este fin de semana se cumplieran los 30 días del período de gracia.

En consecuencia, colocó en grado SD/D («selective default/default») la deuda soberana de Venezuela a largo y corto plazo en moneda extranjera, anunció la firma en un comunicado.

El endeudamiento en moneda nacional de largo y corto plazo se mantiene en CCC/C, el grado anterior a suspensión de pagos, pero con una vigilancia negativa en cuando a las perspectivas de que se cumplan los pagos de ese endeudamiento.

S&P cree que hay 50 % de posibilidades de que Venezuela «pueda entrar en suspensión de pagos otra vez en los próximos tres meses», dijo la calificadora en el comunicado.

La nota S&P se conoció poco después que el Gobierno de Nicolás Maduro anunciara que había iniciado «con rotundo éxito» la refinanciación de su deuda externa en una primera reunión con sus acreedores.

Cálculos oficiales señalan que Venezuela tiene una deuda total cercana a los 150.000 millones de dólares, con abonos anuales cercanos a los 10.000 millones.

Consejo de Seguridad de la ONU

El secretario general de la OEA, Luis Almagro, dijo ante el Consejo de Seguridad de la ONU que en Venezuela «hoy se ha instalado una dictadura tiránica, el país es gobernado por un esquema criminal con vínculos oficiales con el narcotráfico» a lo que la embajadora estadounidense ante Naciones Unidas Nikki Haley, aseguró en el mismo foro internacional  que Venezuela es cada vez más un «narcoestado violento» que supone una amenaza para la región y para todo el mundo».

Criticó a su vez  que varios miembros del Consejo de Seguridad optasen por no participar en el encuentro dedicado a Venezuela,  solicitado por Italia y EE UU,   y lo atribuyó a una supuesta «presión» del Gobierno venezolano para que no lo hiciesen.

Según la diplomática, el hecho de que el Ejecutivo de Nicolás Maduro haya buscado limitar la participación en la cita es muestra de que es «culpable» de los problemas que se aprecian en el país.

Haley denunció que Venezuela vive una de las situaciones «más trágicas» del mundo, pero subrayó que la crisis es «más que una tragedia humana» y «plantea una amenaza directa a la paz y seguridad internacional».

La diplomática estadounidense acusó al Gobierno de usar la violencia, de una represión masiva y, en definitiva, de «mostrar su verdadera cara como una dictadura».

«Les estamos observando. No nos engañan», dijo Haley a las autoridades de Caracas, antes de dirigirse al pueblo venezolano para pedirle que no «pierdan la esperanza».

Según Haley, «el mundo está cada vez más unido en sus esfuerzos para restaurar los derechos humanos y las libertades fundamentales» en el país y «la justicia llegará a Venezuela».

La renión del Consejo de Seguridad de la ONU fue informal (solicitada por EEUU e Italia) para analizar la crisis en Venezuela, según confirmaron fuentes diplomáticas.

El embajador de Venezuela ante la ONU, Rafael Ramírez, acusó sin embargo esta semana a Estados Unidos de tratar de desestabilizar a su país tras conocerse que podría abordarse el tema en el Consejo de Seguridad.

El máximo órgano de decisión de la ONU ya había evaluado el tema venezolano el pasado mayo sin que se produjesen conclusiones conjuntas, aunque varios países consideraron que la crisis de la nación caribeña no es un asunto que deba ocupar al consejo por no revestir una amenaza para la paz y la seguridad.