El presidente Donald Trump, es un magnate multimillonario con muchos problemas comunicacionales y personales, pero lo peor es que ni siquiera se entiende con sus propios colegas,  los millonarios estadounidenses.

Un grupo de 400 millonarios de “América primero” (lema de Trump)  se han mostrado este lunes contrarios a la reforma fiscal presentada por la Administración del presidente   por considerar que aumentará la desigualdad en el país y que afectará a servicios básicos, y pidió al Gobierno que les suba los impuestos.

“Les pedimos que se opongan a cualquier legislación que exacerbe aún más la desigualdad”, señalaron los miembros de la asociación Riqueza Responsable (Responsible Wealth) en una misiva dirigida a los miembros del Congreso que fue divulgada en la página web de la organización.

La agrupación está formada por cientos de personas de las clases más altas de la sociedad estadounidenses, como médicos, abogados y ejecutivos de grandes empresas

Este grupo considera que el proyecto de Ley conllevaría “profundos recortes” en diversos “servicios fundamentales”, tales como la educación o la sanidad pública.

Ante las reticencias del Partido Demócrata, la propuesta presentada por el Partido Republicano no contempla reducir la actual tasa del 39,6% que pagan las rentas más elevadas, pero sí incluye medidas que favorecen a las clases más altas, como la supresión del impuesto de sucesiones.

Asimismo, el proyecto, que fue presentado el pasado 2 de noviembre en la Cámara de Representantes, incluye una marcada reducción de la tasa impositiva a las empresas desde el 35% actual al 20%, y no contempla imponer un límite máximo a la aportación a los planes de pensiones, que está exenta de impuestos.

La reforma fiscal republicana beneficiaría de manera desproporcionada a individuos ricos y a empresas con recursos”

Los millonarios que firman la carta, entre los que se encuentran el inversor George Soros o la productora cinematográfica Abigail Disney, piden al Gobierno que, lejos de aplicar esta reforma, les suba los impuestos para así “reforzar a la clase media y asegurar el éxito de la economía estadounidense”.