China se «rejuvenece» para seguir en su papel de líder mundial en los tres campos fundamentales de la sociedad humana: el económico, el político y el militar, lo que fue aprobado este martes en el XIX Congreso del Partido Comunista de China (PCCh), que  definitivamente incluyó el “pensamiento de presidente chino  Xi Jinping sobre el socialismo con características chinas para dar vida a una nueva  era” en la Constitución, elevando la figura del mandatario al nivel de los históricos antecesores líderes chinos como Mao Zedong y Deng Xiaoping, fallecido en 1967. Sin embargo, de ellos dos, sólo Mao disfrutó en vida esta distinción al ver reconocida su filosofía como ‘pensamiento’; las ideas de Deng únicamente han sido catalogadas como “teoría”. Ahora, Xi ha sido igualado al Gran Timonel. Muy lejos quedan sus dos predecesores vivos, Jiang Zemin y Hu Jintao: aunque los dos lograron incluir pensamientos propios, pero sus nombres no son mencionados en el documento.

Los cerca de 2.300 delegados del PCCh presentes en la ceremonia de clausura del Congreso aprobaron a mano alzada y por unanimidad la inclusión del “pensamiento Xi”, un acto simbólico que da mayor poder y prestigio al máximo líder del Partido y presidente de la República Popular de China.

El propio Xi clausuró el Congreso subrayando que los cambios estatutarios y otras decisiones tomadas estos días persiguen “una misión histórica para el Partido Comunista de China en una nueva era” y buscan completar la consecución de una sociedad modestamente acomodada y un país modernizado.

Los cambios son “una guía para la acción”, explicó el presidente y secretario general del Partido, quien también destacó la aprobación en el XIX Congreso de un nuevo Comité Central para dirigir la formación.

”China está mostrando su belleza en el escenario y los nuevos líderes están llenos de energía”, subrayó el presidente, quien prometió que “esta nueva era estará llena de confianza, debemos ser valientes y apasionados”.

El orden del día de este martes para los 2.300 delegados, nombrar un nuevo Comité Central para el partido que, en China, es más importante que el propio Estado;  también, aprobar los trabajos de la Comisión Central para la Inspección de la Disciplina, el órgano encargado de la lucha contra la corrupción e igualmente aprobar las enmiendas constitucionales. Además de su propio nombre, Xi ha conseguido que se incluyan en el documento base del partido su campaña contra la corrupción y su Nueva Ruta de la Seda, el plan de conexión de China con Europa y África a través de redes de infraestructuras.

¿Hay alguna objeción?”, preguntó Xi Jinping. “¡Mei You!” (“¡No hay!”), le respondieron, en cada ocasión, siete voces; las de los grandes del Partido. La última, el “No hay” final, el suyo: «la inclusión en el documento del pansamiento Xi».

“Hoy se ha anunciado el comienzo de la era de Xi”, considera el historiador y analista político chino Zhang Lifan. “Es la única persona, además de Mao, que ha logrado introducir su filosofía en los estatutos del partido en vida…. Además, hay que tener en cuenta el nombre de la teoría, 16 ideogramas en mandarín. Jiang Zemin y Hu Jintao ya mencionaron ‘una nueva era’. ‘Socialismo con características chinas” es una idea de Deng Xiaoping. ‘Pensamiento’ nos retrotrae a Mao. Xi los agrupa a todos en una filosofía que lleva su nombre”.

Los analistas dan por seguro que, con todo su poder consolidado definitivamente, el jefe de Estado, de 64 años, continuará al frente del país más allá de 2022, cuando según las normas tácitas o explícitas del régimen debería retirarse por edad. Pero, una vez equiparado a Mao, es irrelevante el hecho de que conserve sus títulos o no: sea quien sea quien ocupe el puesto, siempre será él, con el estatus de gran emperador moderno, quien tendrá la última palabra. Ya ocurrió con Deng, el gran poder en la sombra hasta su muerte, aunque su único título oficial para entonces fuera el de presidente honorario de la Federación china de Bridge.

“Va a ser el nuevo Gran Timonel, el gran arquitecto que llevará a China a ser una ‘fuerte potencia socialista’ para 2050 o antes. Para entonces, China también será una superpotencia capaz de desafiar a EE UU”, apunta Willy Lam, de la Universidad China de Hong Kong. “Pero desde una perspectiva más amplia, esto marca un gran retroceso para la política china: un gran paso atrás a los días oscuros de gobierno de un solo hombre bajo la dictadura de Mao Zedong”.

La sesión también designó a los nuevos miembros del Comité Central del Partido, el tercer nivel de la jerarquía comunista. 376 personas -204 fijos y 176 suplentes- que este miércoles nombrarán de entre sus filas a los 25 miembros del Politburó -el segundo nivel- y a los del Comité Permanente, el máximo órgano de dirección, y compuesto por un número que suele oscilar entre los cinco y los nueve. Actualmente, son siete.

La gran incógnita es quiénes acompañarán a Xi en el Comité Permanente. Durante su primer mandato, el secretario general del partido estuvo rodeado de los asesores que le seleccionaron sus predecesores en el cargo. Ahora es su oportunidad de rodearse de sus fieles.

Únicamente se da por seguro que continuará el primer ministro, Li Keqiang. Y se ha despejado un interrogante que se planteaban algunos analistas: Wang Qishan, la antigua mano derecha de Xi Jinping y responsable de la Comisión Central para la Investigación de la Disciplina (CCID), no continuará en la política de primera línea. Aunque debía retirarse por edad, se había conjeturado con la posibilidad de que continuara, quizás a cargo de la economía china. Pero su nombre no aparece entre los miembros del nuevo Comité Central.

Sí aparece en todas las quinielas Zhao Leji, uno de los hombres de mayor confianza de Xi y hasta ahora director del Departamento de Organización del partido, un cargo clave encargado de los nombramientos en los diferentes organismos. Zhao ha quedado incluido este martes entre los nuevos miembros de la comisión para la investigación de la disciplina, algo que apunta a que será el nuevo responsable de esta organización en la “Nueva Era”.

Lo que no habrá en el Comité Permanente son mujeres. El Partido nunca ha contado con una fémina en su nivel más alto de poder, y no parece que en esta ocasión vaya a dar una señal a quienes “sostienen la mitad del cielo”, como decía Mao. Todo lo contrario. Solo han logrado entrar en el tercer círculo de poder, el Comité Central de 376 miembros, el mismo número que en 2012 eran diez.