El subsecretario del Interior, Mahmud Aleuy, permanecerá vinculado a La Moneda hasta después de tomarse vacaciones que inicia mañana, lo que se ha interpretado como «una renuncia» del funcionario al Gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet. Este sería uno de los mayores coletazos de los cambios en la querella contra cuatro comuneros mapuches por incendiar una iglesia evangélica cuando en su interior rezaban mujeres y niños, que estaban siendo procesados por la Ley Antiterrorista.
La información oficial de la Subsecretaría de Interior señala que el jefe de la repartición, Mahmud Aleuy, se tomará un feriado legal cuya extensión no fue definida, decisión que mantiene la incertidumbre sobre su permanencia en el Gobierno por su molestia por el manejo del fin de la huelga de hambre de cuatro comuneros mapuches, informó emol.com .
La Subsecretaría de Interior señaló en un breve comunicado que Aleuy será reemplazado por Mario Ossandón Cañas, jefe de la División de Gobierno Interior. La información del «feriado legal» se conoce luego de que esta tarde la Presidenta Michelle Bachelet lo recibiera por unos 30 minutos en su despacho, breve cita donde el subsecretario le habría expresado su molestia de cómo se resolvió la huelga de hambre de los imputados que se extendió por 116 días. El conflicto se resolvió mientras Aleuy se encontraba en Argentina, donde se reunió con la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, ante los antecedentes de un presunto envío de armas desde el país trasandino a comuneros investigados por violencia rural en el sur de Chile.
Reunión entre Aleuy y Bachelet
El subsecretario Aleuy se reunió esta tarde con la Presidenta Michelle Bachelet durante 30 minutos en La Moneda. Allí el alto funcionario le habría expresado a la Mandataria su malestar por retirar el carácter terrorista a la querella en contra de los cuatro comuneros involucrados en el caso Iglesia. El subsecretario ingresó pasadas las 17:30 horas al despacho de la Mandataria y se retiró pocos minutos después de las 18:00 horas.
La reunión fue considerada clave, ya que la autoridad manifestó su incomodidad con la decisión de recalificar el carácter terrorista de la querella interpuesta en contra de los involucrados en el Caso Iglesia. Todo sucedió el viernes pasado, cuando el ministro del Interior, Mario Fernández, junto a la jefa de gabinete de Bachelet, Ana Lya Uriarte, recibieron a los familiares de los cuatro mapuche imputados y que llevaban más de 110 días de huelga de hambre. En esa cita, ambos se comprometieron a analizar sus demandas. Horas más tarde, la Presidenta decidió acoger la petición de retirar la Ley Antiterrorista que pesaba en contra de Alfredo Tralcal y los hermanos Pablo, Benito y Ariel Trangol, contraviniendo la posición que Aleuy y su equipo jurídico habían mantenido de no realizar cambios a la acción judicial. Todo ello ocurrió mientras Aleuy se encontraba en Argentina, donde sostuvo una reunión de coordinación con la ministra de Seguridad de ese país, Patricia Bullrich, ante los antecedentes de un presunto envío de armas desde el país trasandino.
La situación se dio luego de que la Presidenta instruyera al ministro del Interior, Mario Fernández, a retirar la querella que invocó la Ley Antiterrorista contra los cuatro mapuches acusados de quemar una iglesia en Padre Las Casas, quienes en ese momento sostenían una huelga de hambre.
Todo ello ocurrió justo cuando el subsecretario del Interior estaba en Argentina, en medio de las diligencias por la Operación Huracán, buscando información por el posible ingreso de armas al país.
La instrucción de la Presidenta en el caso mapuches fue el punto de quiebre, según fuentes cercanas, que llevó a que el subsecretario tomara la decisión de hacer presente su malestar por el cambio de postura, ya que lo dejaba en una posición compleja luego que tanto él como el jefe jurídico del Ministerio del Interior, Luis Correa Bluas, horas antes habían indicado públicamente que una recalificación no formaba parte de las posibilidades del Gobierno.
Sin embargo, y estando Aleuy en Argentina por lo cual no fue parte de los diálogos, Michelle Bachelet y el ministro del Interior, Mario Fernández, decidieron el viernes reunirse con los familiares y abogados de los huelguistas.
Como resultado, el Gobierno comunicó que acataba el petitorio de los comuneros, que en ese momento cumplían 116 días de huelga de hambre, incluyendo sacar la acusación de terroristas de la querella original.
La decisión presidencial que, tal como ocurrió con el proyecto Dominga, y que generó un quiebre entre la Presidenta y su entonces equipo económico liderado por Rodrigo Valdés, abrió una grieta con Aleuy y su equipo. El mismo que desde el 8 de marzo del 2014 ha solucionado una larga lista de conflictos de esta administración e incluso fue un pilar fundamental para superar la crisis política que vivió Bachelet tras el estallido del caso Caval y SQM, que dejó fuera a los ministros Rodrigo Peñailillo y Alberto Arenas.
El pasado lunes, Mahmud Aleuy llegó como de costumbre temprano a su oficina en La Moneda, pero a diferencia de las semanas anteriores, instruyó a su equipo suspender todas sus actividades que tenía en agenda, lo cual rápidamente comenzó a circular en la arena política, especialmente en el Partido Socialista, donde el fantasma de una renuncia comenzó aumentar al paso de las horas, dijeron los medios de prensa destacados en La Moneda.
Luego de reunirse por algunos minutos con la jefa de gabinete de Bachelet, Ana Lya Uriarte, decidió pedirle a sus escoltas de la PDI el auto para irse a su casa en la comuna de Providencia. Antes eso sí de abandonar su oficina, pasado el mediodía, comenzó a ordenar carpetas y a desocupar algunos estantes.
Este punto hizo que marcara una diferencia con agosto de 2015, cuando Aleuy también se molestó, en esa oportunidad con el ministro del Interior Jorge Burgos, quien había autorizado el ingreso de camiones quemados hasta La Moneda, contraviniendo la posición inicial que había marcado el subsecretario de no dar luz verde para que circularan las máquinas por el centro de Santiago. Molestia que llegó a su fin, luego que Burgos hablara con Aleuy, reconciliándose 48 horas después.
Esta vez todos en La Moneda advierten que es diferente, al tratarse primero de la Presidenta de la República y segundo por lo complejo del tema, ya que para Mahmud Aleuy y su equipo la señal que entregó Bachelet sería errónea al dar protagonismo a un “pequeño grupo” radicalizado.
Pero no fue lo único que habría molestado al subsecretario. Las declaraciones del ministro de Desarrollo Social, Marcos Barraza, respecto a que en La Araucanía no existe terrorismo, acrecentó su molestia con el relato que se ha ido generando en las últimas horas.
El plan para retener a Aleuy
El fantasma de la renuncia de Mahmud Aleuy encendió alertas la tarde del lunes en La Moneda. De hecho el propio ministro del Interior, Mario Fernández, indicó públicamente que nunca se dejó de lado a Aleuy durante la negociación con los comuneros en huelga de hambre, ya que se comunicaron a Argentina con el asesor jurídico, quién se supone debió haber informado de los pasos que se estaban dando en La Moneda.
Para esto Ana Lya Uriarte estuvo en su oficina, sin embargo, el diálogo entre ambos no habría surtido efectos, como tampoco los mensajes de Osvaldo Andrade y otros emblemáticos del PS.
Por esta razón algunos esperaban anoche que fuera la propia presidenta Bachelet quien hiciera recapacitar a Aleuy, ante la posibilidad que ambos se reúnan este martes, para dialogar sobre lo que está pasando.
Otro factor fueron las declaraciones del ministro Barraza en el El Mercurio
El ministro de Desarrollo Social, Marcos Barraza, comunista, descartó que en La Araucanía existiera terrorismo, a raíz de los hechos de violencia originados en la zona del conflicto mapuche.
En entrevista con El Mercurio, el ministro señaló que “yo no veo un Chile con terrorismo y con una situación en donde la gente esté aterrorizada. No es el caso. Uno no puede homologar la realidad de Colombia a la realidad de Chile, porque estamos lejos de tener los grados de inseguridad, de violencia. Chile no tiene terrorismo. Lo que eventualmente se tipifica como conductas terroristas son hechos violentos particulares”.
El secretario de Estado, además, discrepó cómo se llevó la Operación Huracán, donde se detuvo, entre otros, al fundador de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM), Héctor Llaitul.
“Creo que efectivamente en la Operación Huracán se abusó de efectismo comunicacional, porque probablemente a Héctor Llaitul se le pudo haber detenido cuando va a firmar, él está con firma mensual, y no mediante esas imágenes televisivas”, sostuvo. Todo esto molestó también enormemente al subsecretario Aleuy.