Cuando hay un bloqueo de emociones en la vida de una persona
Por Jessika Krohne
www.psicologiaglobal.cl
Muchas veces me llegan pacientes a la consulta con el motivo de sentirse estancados en la vida, sin tener claro el objetivo de ésta o como enfrentar las cosas para seguir avanzando. Consultan personas de distintas etapas en su ciclo vital.
Una mujer, 36 años, de profesión ingeniero con tres hijos de 2, 4 y 6 años consulta porque esta sobrepasada. Trabaja exitosamente en una empresa tiempo completo. A su marido también le va bien profesionalmente; ella relata que con su esposo están muy distanciados, no se permiten espacios para compartir o intercambiar afectos, caricias o detalles. Ambos están enfocados en su vida laboral y en el cuidado de los niños que los demanda totalmente. El pequeño de dos años aun no duerme toda la noche y se turnan con su marido para el cuidado nocturno del pequeño. Ambos están agotados. Consulta porque quiere orientación en su vida matrimonial, en su vida personal etc.
Por otro lado me consulta un hombre de 34 años, muy exitoso profesionalmente con una propia empresa que fundó con dos socios. El es soltero y consulta después de un quiebre afectivo con su polola, cuya relación duró dos años. Me cuenta que estaban distanciados. A pesar de no tener hijos u otros factores distractores no lograban acercarse afectivamente y la comunicación era cada vez más escasa. Peleaban por whatsapp. El paciente se siente estancado en la vida
En fin, vivimos en una era del bloqueo emocional, donde tenemos que enseñar a las personas a sentir y a identificar sus emociones. Yo les hago un ejercicio en la primera consulta donde les digo que de aquí en adelante se detengan todos los días un minuto en sus actividades diarias, cierren los ojos y observen las señales que les entrega su propio cuerpo, ¿que sienten? ¿Hay un dolor? ¿Hay un malestar? ¿Qué están pensando?
Esa es la forma para empezar a identificar las emociones y darse cuenta lo que les pasa en la vida. Cuando uno logra identificar las propias emociones, también podrá expresarlas con otro y empatizar con las emociones de la persona que uno tiene cerca.
Ahora está muy de moda el mindfulness que se traduce como plena conciencia. Es una forma de hacer un alto en la vida y sentir lo que le está pasando a uno. Una forma distinta tal vez más efectiva de meditar.
Hace poco me visitó una terapeuta que se especializa en la meditación. En mi consulta me estuvo contando de su proyecto. Tiene un centro de meditación donde realiza meditaciones grupales a la hora de almuerzo para que las personas que trabajan en oficinas cercanos puedan hacer un alto en su vida para acudir a ese lugar. A mí me pareció una excelente alternativa para Santiago, una ciudad donde cada vez es más complejo vivir.
La capacidad de reconocer con precisión las emociones es esencial para nuestra existencia. El conocimiento emocional propio y el de los demás se pueden considerar la base de la inteligencia emocional.
Identificar las emociones nos aportan datos necesarios para la toma de decisiones y para realizar nuestra actividad diaria. También son un elemento para nuestro bienestar ya que las emociones positivas, por ejemplo, nos ayudan a desarrollarnos y a crecer como personas al indicarnos mediante su aparición que vamos por el buen camino. Además, las emociones son básicas en la interacción social, en nuestro sistema de comunicación interpersonal que se apoya solo en un 10% en el componente meramente verbal quedando el resto a la comunicación no verbal: gestos del cuerpo, entonación y la expresividad del rostro.
El mejor medio para comenzar a desarrollar esta capacidad de identificación es hacerlo por nosotros mismos. Para ello se presentan tres formas de hacerlo: ser conscientes de nuestros sentimientos y emociones, ser conscientes también de nuestra expresividad emocional y, por último, ser conscientes de los sentimientos y emociones de los demás.
Para la identificación emocional es necesario que no ocultemos las emociones, que tengamos acceso a ellas por lo menos en algún momento del día, en los momentos más emocionales. Para ello es conveniente escribir algún tipo de diario emocional, tanto orientado a las emociones como a los estados de ánimo como a las emociones positivas, que nos permita realizar una reflexión sistemática en algunos momentos el día para poder traer a la consciencia nuestras emociones y sus efectos. Este ejercicio nos permitirá además conocernos mejor y sabremos qué elementos cotidianos influyen en nuestros ciclos emocionales como pueden ser la comida o el sueño.
Cuando logremos identificar nuestras propias emociones, también podremos identificar las emociones de nuestros seres queridos y nuestra pareja lo que es fundamental para mejorar la vida de a dos.