Corea del Norte lanzó este lunes una ofensiva diplomática para acabar con su aislamiento enviando cartas abiertas a Parlamentos y partidos extranjeros en un intento de atraer apoyo a su causa contra Estados Unidos, en el marco de la disputa por su controvertido programa nuclear y misilístico.
En esta forma el régimen norcoreano condenó al presidente estadounidense, Donald Trump, y acusó a su Gobierno de querer llevar a todo el mundo a una «catástrofe nuclear», en misivas enviadas por el comité de Asuntos Exteriores de la Asamblea Popular Suprema, el Parlamento del país, y el comité central del gobernante Partido de los Trabajadores. Ambos organismos abogan por una actuación conjunta contra Washington. El texto califica la amenaza de Trump de destruir a Corea del Norte, «ofensa intolerable» al tiempo que defiende el programa nuclear del país. El líder norcoreano, Kim Jon-un, calificó a su vez a Trump de «anciano demente» al que iba a domar con fuego.
El líder norcoreano se refirió al envío por parte de EE UU de varios bombarderos de largo alcance B-1B desde la isla de Guam así como cazas estadounidenses que sobrevolaron aguas internacionales al este de Corea del Norte en una demostración de fuerza.
«Que Trump piense que puede arrodillar a la República Popular, una potencia nuclear, con amenazas de guerra atómica, es un error de cálculo e ignorancia», dijo Kim Jon-un.
El Partido de los Trabajadores de norcoreano apela además a partidos extranjeros a frustrar la política estadounidense y evitar así un desastre nuclear en el mundo. El conflicto entre Corea del Norte y Estados Unidos por el programa nuclear y de misiles de Pyongyang escaló la semana pasada durante la Asamblea General de la ONU, cuando Trump amenazó con una «destrucción total» del país comunista y calificó su programa nuclear de un peligro para el mundo entero.
El líder norcoreano, Kim Jon-un, calificó a su vez a Trump de «anciano demente» al que iba a domar con fuego. Este fin de semana el Presidente Donald Trump anunció nuevas sanciones contra Corea del Norte y otros países como Venezuela y Chad, restringiendo o prohibiendo totalmente los viajes de nacionales de esos países a Estados Unidos. La Casa Blanca dijo que las nuevas restricciones son consecuencia de una revisión del intercambio de información por parte de gobiernos extranjeros.
En el caso de Venezuela, sostiene que el gobierno de Nicolás Maduro no coopera «en la verificación de si sus ciudadanos plantean amenazas a la seguridad nacional o pública». Las restricciones se limitan a funcionarios venezolanos que trabajan para agencias gubernamentales y sus familias, se informó.
Donald Trump emitió una proclamación presidencial el domingo en la que destacó que se están «tomando medidas para proteger la seguridad del pueblo estadounidense».
«La seguridad de Estados Unidos es la prioridad número uno. No vamos a admitir en nuestro país a personas que no podemos investigar de manera segura», dijo también Trump en un tuit.
Respuesta al líder coreano
«No hemos declarado la guerra a Corea del Norte, y francamente, sugerir eso es absurdo», dijo
La portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, en una conferencia de prensa, dijo este lunes en Washington que «no hemos declarado la guerra a Corea del Norte, y francamente, sugerir eso es absurdo».
Una portavoz del Departamento de Estado, Katina Adams, agregó que «ningún país tiene derecho a disparar sobre las aeronaves o barcos de otro país en espacio aéreo internacional o aguas internacionales».
Las portavoces reaccionaron así a las declaraciones del ministro norcoreano de Exteriores, Ri Yong-ho, quien hoy señaló desde Nueva York que su Gobierno se reserva «el derecho a derribar bombarderos estratégicos estadounidenses aunque no estén dentro del espacio aéreo» de Corea del Norte.
Ri también acusó al presidente, Donald Trump, de haber «declarado la guerra» a Corea del Norte durante su discurso de la semana pasada ante la Asamblea General de la ONU, en la que el líder estadounidense amenazó con «destruir totalmente» al país asiático.
La portavoz de Trump insistió en que el objetivo de la Casa Blanca sigue siendo la «desnuclearización» de Corea del Norte, y no una guerra con esa nación. No obstante, el Pentágono aseguró hoy que está preparado para ofrecer «opciones» militares a Trump si Corea del Norte continúa con sus «acciones provocativas».