En un lugar distinto a donde pasaron las primeras noches, estas personas, en su gran mayoría de la tercera edad, varios de ellos enfermos o que padecen dolencias crónicas, no tuvieron otra opción que dormir en carpas o en cualquier espacio improvisado como habitación, ya no en el área de aparcamiento de vehículos, sino en la esquina de la avenida 15 y la calle 18 del NW.

“Lo que hicieron fue sacar a todas estas personas del estacionamiento con engaños, porque querían tener todo despejado allá adentro, y ahora ellos están peor, en la calle, como si esto fuera un país tercermundista”, dijo Nieves Gutiérrez, hija de una de las vecinas del lugar.

José Álvarez, portavoz del alcalde de Miami, Tomás Regalado, dijo el jueves 21, que 30 de esas personas serían instaladas en hoteles, en cumplimiento de un acuerdo logrado por una representante del senador Marco Rubio y el propietario de los edificios. Pero advirtió: “Ha sido difícil porque no hay hoteles disponibles”.

Solo el viernes en la mañana, algunos de los residentes recibieron la “buena noticia” de que pasarían “un tiempo” en hoteles, mientras se adelantan algunos trabajos de reconstrucción de las edificaciones que tardarían alrededor de 7 meses. Pero aún quedaron en un “limbo” al menos 40 inquilinos, cuyo camino por ahora parece ser el mismo: la calle.

El problema

Los inquilinos de Civic Towers recibieron la orden de ser evacuados previo al paso del huracán Irma por el sur de la Florida, debido a problemas que, según el propietario de los inmuebles, “comprometían la seguridad” de los residentes.

De tal suerte, la alcaldía de Miami les propuso a los habitantes de los apartamentos irse a un albergue pero, de acuerdo con un comunicado emitido por la oficina del alcalde, “muy pocos aceptaron” la oferta. Algunos se marcharon a casas de familiares o amigos por un tiempo, y más tarde regresaron a la calle.

Después del ciclón, y al tratar de retornar a sus viviendas, el propietario, que opera el inmueble con fondos federales HUD y del Condado Miami-Dade, no les permitió a los inquilinos el acceso al detectar ciertos daños ocasionados por los vientos del huracán en las estructuras de las edificaciones, pero también por la falta de fluido eléctrico y del servicio de agua.

La decisión del propietario fue apoyada por la alcaldía de Miami, que tras conducir una inspección, a través de la firma JEM Inspections & Engineering, determinó la existencia de “daños considerables” en las torres y recomendó realizar los arreglos necesarios antes de autorizar la ocupación de los inmuebles construidos en el año 1984.

De hecho, las dos edificaciones estaban siendo sometidas a reparaciones desde antes del paso del meteoro por la firma Red Housing Partners, de California, que las adquirió en el contexto de una negociación estimada en 45 millones de dólares. En abril pasado, según trascendió entre los vecinos del lugar, varios inquilinos fueron instalados provisionalmente en hoteles por varios meses para no entorpecer las reparaciones.

Por ello, algunos residentes afirman que el ciclón fue usado como “excusa” para propiciar una crisis y sacarlos de los apartamentos con el propósito de avanzar más rápido en la agenda de las obras. Otros han expresado comentarios que sin un sustento real este medio decide no publicar.

Una vecina de los edificios, que se identificó como “María”, señaló que “supuestamente” el propietario de los inmuebles les hará un descuento a los residentes en el pago de la renta, correspondiente a los días que hayan permanecido inhabitados.